Harold Pinter comenzó su hoy extensa obra en 1957 con The room (el cuarto), siendo desde entonces los cuartos cerrados, con muy pocos personajes, dos o poco más, los escenarios de muchos de sus dramas. En 1960 daría The caretaker (que se tradujo como El guardián), y comenzó su fama. Aquella vanguardia naturalista trascendió luego, hasta nuestros días, en un "teatro político" que da lugar a temas como la tortura y la opresión lingüística. A esta fase corresponden las excelentes muestras contenidas en este volumen.