Jacob Burckhardt, historiador pionero que centró sus investigaciones en el arte y en la cultura, contempló en el Renacimiento italiano el origen del mundo moderno. Tras perder la fe y abandonar tanto la iglesia como sus estudios de Teología, entre 1839 y 1842 se dedicó a la Historia en la Universidad de Berlín, y asistió a seminarios dictados por Leopold von Ranke –el más célebre historiador vivo de la época–. Burckhardt se doctoró en 1843 y, una década más tarde, publicó Época de Constantino el Grande, seguida dos años más tarde por una guía histórica de los tesoros artísticos de Italia, El cicerone. Estos dos libros le habilitaron para poder ganar una cátedra Burckhardt y, en 1855, se convirtió en profesor de Arquitectura e Historia en Zúrich. Mientras estaba allí, escribió La cultura del Renacimiento en Italia. Volviendo a Basilea en 1858, permaneció allí el resto de su vida, dando conferencias en la universidad; en sus palabras, «vivía exclusivamente para trabajar como maestro».