Sor Ana de la Trinidad —Ana Ramírez de Arellano— (Alcanadre, 1577 – Calahorra, 1613) es una gran desconocida de las letras españolas, pese a tratarse de una de nuestras más notables escritoras. Hija de una de las familias más influyentes de su época —una de las varias ramas de los Ramírez de Arellano—, su padre fue el señor de Alcanadre, Ausejo y Murillo de Río Leza y su tío, señor de los Cameros. Mujer de grandes inquietudes religiosas, de buena formación y muy aficionada a la lectura, adquirió de manera autodidacta importantes conocimientos de música, latinidad y aritmética.
A principios del siglo xvii ingresó en el convento recién creado por la orden carmelita en Calahorra, bajo la dirección de la escritora y abadesa Cecilia del Nacimiento, quien la orientó y le enseñó las formas poéticas de la literatura mística.
Ana murió a la temprana edad de treinta y seis años, habiendo previsto ella misma el día de su muerte.