Ernst Wiechert (1887-1950) fue uno de los escritores con mayor éxito de ventas durante los años 30 del siglo XX en Alemania. Fecundo novelista, trabajó sobre algunos mitos nórdicos y religiosos que le valieron la sospechas tanto de antitotalitaristas como de afines al nazismo. En 1933 abandonó la docencia e inició un camino de disidencia de pequeños grandes gestos. Dirigió una carta pública al ministro nazi de Propaganda e Instrucción pública condenando su política de unificación cultural. Bajo vigilancia de la Gestapo desde 1934, en mayo de 1938 fue finalmente deportado al campo de concentración de Buchenwald. Tras cuatro meses de reclusión, obtuvo la libertad previo paso por el despacho de Joseph Goebbels. Este le advirtió de que ya no disponiía de más oportunidades. Afirmó que no dudarían en ordenar su eliminación física. Ese era el inicio de un exilio interior resultante de la prohibición de hablar en público, viajar y publicar nuevas obras, del hecho de que sus editores pudieran reeditar las anteriores pero no publicitarlas con su nombre y de que los libreros tuvieran prohibido exhibir sus libros en los escaparates. De su paso por Buchenwald surgió El bosque de los muertos, su obra más conocida. El libro que sobrevivió enterrado en una caja de hojalata en el jardín de su casa.