Lucía Sánchez Saornil (1895-1970) Oriunda de una familia proletaria, su formación fue autodidacta. En 1914, con apenas 19 años, publicó su primer poema. En 1918 participa como militante activa del ultraísmo, siendo la única poetisa que publica en las revista de este movimiento. En la década 1920, se vincula a la CNT y participa activamente en las huelgas de su categoría. De sus publicaciones en periódicos anarquistas y anarcosindicalista, se destaca su contundente crítica al machismo estructural dentro de la CNT, como se puede evidenciar por medio del debate trabado entre ella y Mariano Vázquez en las páginas del periódico barcelonés “Solidaridad Obrera”. Consciente de que la “cuestión femenina” no podía ser reducida a la “cuestión social”, ella fue, junto a Mercedes Comaposada y Amporo Póch y Gáscon, una de las iniciadoras de Mujeres Libres, organización que movilizó cerca de veinte mil mujeres trabajadoras durante la Revolución Española. Lucía se exilió en Francia, y retornó a España tres años después. Durante el franquismo, se mantuvo completamente desligada de las actividades políticas. Lucía murió un 2 de junio de 1970 en Valencia, a causa de un cáncer de pulmón. En su tumba, se puede leer el siguiente verso: “¿Pero es verdad, que la esperanza ha muerto?”, primera estrofa de sus “Sonetos de la desesperanza”.