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¿Drones armados para tareas policiales? Ya están aquí

Por Iker Bizkarguenaga

Imaginen la escena: un criminal –o una manifestante, un activista, un altermundista, una inmigrante, un militante…– corre como alma que lleva el diablo. No se permite parar, por si acaso, pero mira hacia atrás de reojo y no ve a nadie. Medio sonríe, porque piensa que ha despistado a sus perseguidores. En ese momento de fugaz relajación, una descarga eléctrica que proviene del cielo lo deja noqueado. Cuando se despierta está tumbado en el camastro de una celda. Lo han pillado.

Esta secuencia, que parece propia del imaginario distópico de Asimov, Philip K. Dick, Scott, los Wachowski o, ya que hablamos de policías, del menos talentoso Verhoeven, podría ser real antes de lo que pensamos. De hecho, ya es factible en Dakota del Norte, estado que tiene el dudoso honor de ser el primer lugar, junto a la India, en autorizar el uso de drones armados con fines policiales.

En principio, según lo aprobado se trataría de armamento «no letal» –¿cabe un oxímoron mayor?–, como gas lacrimógeno, gas pimienta, tasers que lanzan descargas eléctricas o balas de goma, cuya «no letalidad» desgraciadamente conocemos muy bien en este país. Algo parecido ocurre con los tasers, que según datos de “The Guardian” solo en lo que llevamos de 2015 han matado a 39 personas. Mucho, para un arma no letal.

Partidarios y detractores

La decisión, de la que se informa detalladamente en thedailybeast.com, ha llegado después de un largo debate promovido por una iniciativa legal registrada en enero, el Proyecto de Ley 1328, cuyo objetivo era regular el uso de drones en tareas policiales. Después de medio año de discusiones sobre los pros y los contras de la incorporación de armas, se decidió aprobar su uso con armamento calificado como no mortal. Estos drones en principio solo podrán ser utilizados en caso de «manifestaciones fuera de control», en situaciones en los que haya armas por medio, o que algún ciudadano o agente corran peligro. Estas prevenciones legales, sin embargo, no han aplacado la polémica entre favorables y detractores de la nueva normativa, pues no son pocos los que piensan, con razón, que estos aparatos pueden ser usados de manera incorrecta. Y los cuerpos policiales estadounidenses tienen un largo historial de abusos, extralimitaciones y agresiones como para no ser desconfiados.

De hecho, en declaraciones al citado diario, Rick Becker, representante republicano en la Cámara de Dakota del Norte y promotor de la iniciativa inicial, explica que a él le hubiera gustado que no se permitiera el uso de ningún arma. «A mi juicio debería existir una línea roja: los drones no deberían ser armados». Becker argumenta, entre otros motivos, que cuando la persona que pilota el aparato no está «sobre el terreno» puede tomar decisiones «despersonalizadas» que no le permitan calibrar sus consecuencias.

Por contra, los defensores del uso de estos drones sostienen que ayudarán a reducir la criminalidad y los «problemas» que surgen dentro de las manifestaciones. Por no hablar del papel desempeñado por los lobbies de la industria dedicada a fabricar las máquinas y sus equipamientos, que han maniobrado para ampliar su nicho de negocio. Con todo, una vez aprobada la nueva ley, el tira y afloja promete seguir siendo intenso, en unos casos para intentar derogarla y en otros para ampliar el nivel del armamento admitido.

Y en Europa, ¿qué?

Llegados a este punto, alguien podrá pensar que ese es en todo caso un problema de los habitantes de ese estado fronterizo con Canadá, sin embargo, es improbable que una vez que se ha abierto esa puerta otros no quieran entrar por ella. De hecho, la pregunta que probablemente deberíamos hacernos es cuándo nos va a tocar a nosotros.

Y «cuándo» quiere decir en qué momento van a ir armados. Porque hace tiempo que la Policía utiliza drones para diferentes tareas, sobre todo para labores de vigilancia, pues son mucho más discretos y manejables que los aviones o helicópteros tripulados y pueden permanecer en el aire más tiempo. Estos ingenios permiten hacer fotografías aéreas de alta definición, pues están provistos de cámaras y sistemas de rastreo avanzados, y en algunos casos también cuentan con mecanismos de reconocimiento facial y tienen capacidad de tomar imágenes térmicas. Además, las naves no tripuladas pueden también hackear redes de WiFi e interceptar comunicaciones. Un auténtico chollo, por tanto, para las policías de todo el mundo.

En Europa, según detalla en la web seguridadinternacional.es Cristina Blasi, doctora en Derecho por la Universidad Europa de Florencia, el presupuesto para la creación y uso de drones con fines policiales crece año tras año. De hecho, bajo la influencia de un gran número de grupos de presión, la Unión Europea está proporcionando subsidios a las fabricantes, unas ayudas que empezaron a llegar tras los atentados del 11S, cuando las instituciones europeas situaron los proyectos de seguridad como prioridad y empezaron a invertir en este terreno, tanto a través de la Agencia de Defensa Europea (EDA) como de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Uno de los problemas, en este sentido, es la falta de una legislación uniforme en la UE. A pesar de que adquirió nuevas competencias en materia de seguridad interior con el Tratado de Lisboa, y que el European Remotely Piloted Aerial Systems Steering Group publicó en 2013 una hoja de ruta sobre cómo debería ser la legislación europea sobre drones, este es todavía un ámbito bajo competencia estatal, y los drones usados con fines policiales quedan de momento excluidos de cualquier normativa europea. Ahora queda la duda de qué estado los armará primero.

 


No solo las armas, la vulneración del derecho a la intimidad también preocupa

 

Más allá de la posibilidad de que los drones puedan ir armados, hay otras aplicaciones de estos artilugios que causan preocupación en materia de derechos humanos. Hablamos, por ejemplo, del derecho a la privacidad y la intimidad de las personas que son retratadas y grabadas por las cámaras.

Según recuerda Cristina Basi, algunos organismos como la American Civil Liberties Union llevan años reclamando que los drones no sean desplegados de forma indiscriminada y que solo se usen cuando exista una razón argumentada, como la opción de recabar pruebas para un delito concreto, y siempre que se haya pasado por un juicio de proporcionalidad por parte de la administración. Asimismo, en Estados Unidos se han publicado varios informes donde se estudia el posible conflicto del uso de drones con la Cuarta Enmienda de la Constitución, según la cual los estadounidenses tienen derecho a proteger su persona, domicilio, documentos y otros efectos «contra registros e incautaciones no razonables». Añade además que el derecho a la privacidad no debe ser violado y ninguna orden judicial debe ser emitida sin un certificado previo que describa con detalle el lugar, los elementos y las personas a registrar.

El debate está en torno a si los drones entran en este supuesto, pues no se produce un registro físico ni detención, y todavía no existe jurisprudencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos.

Tampoco la hay en la UE, donde el uso de drones por parte de cuerpos policiales se rige por la normativa estatal. La única ley común aplicable es el Convenio Europeo de DDHH, en concreto el Artículo 8, aunque cualquiera que quiera invocarlo debe agotar primero las instancias judiciales de su estado. Por otro lado, debido al secretismo generalmente imperante en la labor policial, no suele hacerse público en qué situaciones se utilizan los drones, y es por tanto difícil determinar si se ha producido una vulneración de derechos fundamentales.I.B.


PROYECTO ARGUS 3D

 

En el ámbito policial, la UE ha invertido 2,6 millones de euros en el proyecto ARGUS 3D, diseñado para prever posibles ataques «terroristas» a partir del uso de pequeños drones que vuelan a baja altura. Además, cada estado está desarrollando sus propios proyectos en esta materia.


CONTRA INMIGRANTES

 

Una de las principales funciones que la UE está otorgando a los drones consiste en patrullar sus fronteras para vigilar e impedir la entrada de inmigrantes. De ello se encargan la agencia Frontex y el programa European Border Surveillance System (Eurosur).


JUEGOS DE LONDRES

 

El uso de drones se ha extendido muchísimo en los últimos años, en todos los ámbitos. Uno de los hitos se produjo durante los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012, durante los cuales se hizo un uso masivo de aviones no tripulados para tareas de seguridad en el recinto.

 

16/28 en Europa >Al menos 16 de los 28 estados miembros de la UE utilizan ya drones para fines militares y policiales, y el mercado aumenta año tras año. Además, la UE está dando subsidios a las constructoras.

 

 

Reportaje publicado en Gara el 07/09/2015

 

 

 

29/09/2015 10:57:39
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