Editorial: Zorro Rojo

ISBN: 9788412270556

96 págs.

Cartilla Escolar Antifascista

«Las cartillas ponen en evidencia el carácter propagandístico que tiene toda enseñanza, toda instrucción pública, asumiendo esta función sin miedo alguno a llamar las cosas por su nombre. Crean un terreno de juego o espacio lúdico en medio de la administración de muerte que es la guerra y que es capaz aquí de jugar con balas, tanques y aviones como si fuesen canicas, huevos o gallinas.» Pedro G. Romero
Con el estallido de la guerra civil española, los avances conseguidos hasta entonces por la República en materia de educación popular se detuvieron. Pese a todo, en octubre de 1937, el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes puso en marcha la primera campaña estatal de alfabetización, que hizo posible que un millón de soldados del bando republicano aprendiesen a leer, escribir y contar durante los años que duró la contienda. Dependientes de este órgano arrancaron su labor las Milicias de la Cultura, responsables de la distribución en el frente de todo tipo de material de lectura: libros, mapas y una peculiar publicación, la Cartilla escolar antifascista, cuya misión no era solo la de alfabetizar a los jóvenes milicianos, sino también la de inculcar el ideario y las consignas políticas del gobierno en su lucha contra el fascismo.

19,90

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Cartilla Escolar Antifascista

19,90

«Las cartillas ponen en evidencia el carácter propagandístico que tiene toda enseñanza, toda instrucción pública, asumiendo esta función sin miedo alguno a llamar las cosas por su nombre. Crean un terreno de juego o espacio lúdico en medio de la administración de muerte que es la guerra y que es capaz aquí de jugar con balas, tanques y aviones como si fuesen canicas, huevos o gallinas.» Pedro G. Romero
Con el estallido de la guerra civil española, los avances conseguidos hasta entonces por la República en materia de educación popular se detuvieron. Pese a todo, en octubre de 1937, el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes puso en marcha la primera campaña estatal de alfabetización, que hizo posible que un millón de soldados del bando republicano aprendiesen a leer, escribir y contar durante los años que duró la contienda. Dependientes de este órgano arrancaron su labor las Milicias de la Cultura, responsables de la distribución en el frente de todo tipo de material de lectura: libros, mapas y una peculiar publicación, la Cartilla escolar antifascista, cuya misión no era solo la de alfabetizar a los jóvenes milicianos, sino también la de inculcar el ideario y las consignas políticas del gobierno en su lucha contra el fascismo.

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Editorial: Zorro Rojo

ISBN: 9788412270556

96 págs.