Cuerpo político negro
En su libro Las almas del pueblo negro (1903), W. E. B. Du Bois escribió:
Entre el otro mundo y yo hay siempre una pregunta no formulada. Todos la esquivan: unos, por delicadeza; otros, por la dificultad de plantearla correctamente. Se acercan a mí de manera vacilante, me miran con curiosidad o compasión, y entonces, en lugar de decir directamente: «¿Qué se siente al ser un problema?», dicen: «Conozco a un excelente hombre de color en mi ciudad», o: «Yo combatí en Mechanicsville» [victoria de los Estados del Norte sobre los del Sur en la Guerra de Secesión], o: «¿No le hacen hervir la sangre esas afrentas sureñas?». A todo ello, según la ocasión, sonrío, me intereso o reduzco la ebullición a fuego lento. A la verdadera pregunta: «¿Qué se siente al ser un problema?», pocas veces contesto. Sin embargo, ser un problema es una experiencia extraña, peculiar incluso para quien nunca ha sido otra cosa, salvo quizá en su primera infancia.
La comunidad negra, cuya ciudadanía no se reconoció hasta la segunda mitad del siglo XIX, fue definida por un conjunto de conceptos que ayudaron a perpetuar la vieja ideología racial respaldada por las instituciones y los medios de comunicación. Medio siglo antes del escrito de Du Bois, Frederick Douglass pronunció su muy difundido discurso «El significado del 4 de Julio para el negro», en el cual declaraba que su gente se sentía totalmente ajena a la fiesta conmemorativa de la libertad de un país que los excluía de ella. Setenta años después de Las almas del pueblo negro, Donald Goines titulaba una de sus novelas policíacas Justicia del hombre blanco, aflicción del hombre negro. En 2016, la profesora Carol Anderson publicó La rabia blanca. Cuatro ejemplos que muy someramente dan cuenta de la resistencia intelectual de una fracción de la población que ha sido tratada, dentro de sus propias fronteras, como extranjera y problemática. Así ha ido conformándose el pensamiento surgido en el lado menos escuchado de la línea del color que todavía recorre Estados Unidos.
Los escritos compilados en este volumen proceden de épocas y autores tan distintos en edad como en intereses. Cada uno de ellos aborda un tema específico desde un punto de vista, un tono y un género literario diferentes. Sin embargo, parten de una experiencia común que sin duda los une en un solo colectivo: el que constituye el Cuerpo político negro de Norteamérica.
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Categories: Migracions i racisme, Moviments socials, Norteamérica
Cuerpo político negro
En su libro Las almas del pueblo negro (1903), W. E. B. Du Bois escribió:
Entre el otro mundo y yo hay siempre una pregunta no formulada. Todos la esquivan: unos, por delicadeza; otros, por la dificultad de plantearla correctamente. Se acercan a mí de manera vacilante, me miran con curiosidad o compasión, y entonces, en lugar de decir directamente: «¿Qué se siente al ser un problema?», dicen: «Conozco a un excelente hombre de color en mi ciudad», o: «Yo combatí en Mechanicsville» [victoria de los Estados del Norte sobre los del Sur en la Guerra de Secesión], o: «¿No le hacen hervir la sangre esas afrentas sureñas?». A todo ello, según la ocasión, sonrío, me intereso o reduzco la ebullición a fuego lento. A la verdadera pregunta: «¿Qué se siente al ser un problema?», pocas veces contesto. Sin embargo, ser un problema es una experiencia extraña, peculiar incluso para quien nunca ha sido otra cosa, salvo quizá en su primera infancia.
La comunidad negra, cuya ciudadanía no se reconoció hasta la segunda mitad del siglo XIX, fue definida por un conjunto de conceptos que ayudaron a perpetuar la vieja ideología racial respaldada por las instituciones y los medios de comunicación. Medio siglo antes del escrito de Du Bois, Frederick Douglass pronunció su muy difundido discurso «El significado del 4 de Julio para el negro», en el cual declaraba que su gente se sentía totalmente ajena a la fiesta conmemorativa de la libertad de un país que los excluía de ella. Setenta años después de Las almas del pueblo negro, Donald Goines titulaba una de sus novelas policíacas Justicia del hombre blanco, aflicción del hombre negro. En 2016, la profesora Carol Anderson publicó La rabia blanca. Cuatro ejemplos que muy someramente dan cuenta de la resistencia intelectual de una fracción de la población que ha sido tratada, dentro de sus propias fronteras, como extranjera y problemática. Así ha ido conformándose el pensamiento surgido en el lado menos escuchado de la línea del color que todavía recorre Estados Unidos.
Los escritos compilados en este volumen proceden de épocas y autores tan distintos en edad como en intereses. Cada uno de ellos aborda un tema específico desde un punto de vista, un tono y un género literario diferentes. Sin embargo, parten de una experiencia común que sin duda los une en un solo colectivo: el que constituye el Cuerpo político negro de Norteamérica.
Categories: Migracions i racisme, Moviments socials, Norteamérica
Editorial: Oriente y el Mediterráneo
ISBN: 9788494656453
304 págs.