De pronto, mi cuerpo
De la autora de "Monólogos de la vagina"
Autora de «Monólogos de la vagina» y fundadora del movimiento global V-Day —destinado a frenar la violencia contra las mujeres y las niñas—, Ensler ha dedicado su vida al cuerpo de la mujer: cómo hablar de él, cómo protegerlo y valorarlo. Habla de la relación profundamente íntima y dolorosa que ella tiene con su propio cuerpo y cómo éste cambió a lo largo de su vida: una desconexión provocada por el abuso sexual de su padre y la lejanía de su madre. «Porque yo no lo hice, no podría habitar mi cuerpo», escribe, «yo no podía sentir o conocer su dolor.»
Después de viajar a 60 países y convivir con mujeres que «tenían la violencia y el sufrimiento experimentado», Ensler pensó que había escuchado todo, pero nada la preparó para la brutalidad del Congo. La prolongada guerra se ha cobrado ocho millones de vidas y ha llevado a la violación y tortura de cientos de miles de mujeres. Estaba construyendo un centro de mujeres de urgencia cuando le diagnosticaron cáncer uterino. Tras varios meses de un tratamiento desgarrador, su cuerpo es pinchado, perforado, cortado, escaneado. Y entonces toda distancia se borra. Une su propia enfermedad a la devastación de la tierra, su fuerza vital a la resistencia de humanidad, y se siente gratamente unida al cuerpo del mundo.
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Categories: Gènere i Feminisme
De pronto, mi cuerpo
De la autora de "Monólogos de la vagina"
Autora de «Monólogos de la vagina» y fundadora del movimiento global V-Day —destinado a frenar la violencia contra las mujeres y las niñas—, Ensler ha dedicado su vida al cuerpo de la mujer: cómo hablar de él, cómo protegerlo y valorarlo. Habla de la relación profundamente íntima y dolorosa que ella tiene con su propio cuerpo y cómo éste cambió a lo largo de su vida: una desconexión provocada por el abuso sexual de su padre y la lejanía de su madre. «Porque yo no lo hice, no podría habitar mi cuerpo», escribe, «yo no podía sentir o conocer su dolor.»
Después de viajar a 60 países y convivir con mujeres que «tenían la violencia y el sufrimiento experimentado», Ensler pensó que había escuchado todo, pero nada la preparó para la brutalidad del Congo. La prolongada guerra se ha cobrado ocho millones de vidas y ha llevado a la violación y tortura de cientos de miles de mujeres. Estaba construyendo un centro de mujeres de urgencia cuando le diagnosticaron cáncer uterino. Tras varios meses de un tratamiento desgarrador, su cuerpo es pinchado, perforado, cortado, escaneado. Y entonces toda distancia se borra. Une su propia enfermedad a la devastación de la tierra, su fuerza vital a la resistencia de humanidad, y se siente gratamente unida al cuerpo del mundo.