Desescolarizar la vida
Ivan Illich y la crítica de las instituciones educativas
Eslóganes como el aprendizaje para toda la vida (lifelong learning) o el aprendizaje para todos (learning for all) que en la actualidad predominan en el campo de la educación internacional, nos devuelven la imagen de un mundo en el que las vidas humanas quedan insertas en un proceso continuo de control pedagógico, desde el nacimiento hasta la muerte. Ya no se trata de entrar en la escuela para ganarse la vida, pues es la escuela y sus métodos pedagógicos los que entran en nuestra vida para mayor ganancia de la clase política y económica.
Las principales ideas que Ivan Illich desarrolla con el fin de criticar las instituciones educativas quedan expuestas tanto en el libro La sociedad desescolarizada como en los diferentes panfletos que publica entre 1968 y 1971.
Para Illich, el aprendizaje se desencadena en el libre encuentro: mediante el texto publicado por un autor; escuchando con disciplina y por elección propia las lecciones que imparte un maestro; junto con compañeros con los que se explora una campo de conocimiento; por medio de la contemplación en soledad; con quien comparte su sabiduría en un ambiente de amistad; creando y recreando el arte con esfuerzo y dedicación o trabajando las herramientas que están a disposición de cada individuo o colectivo.
Muchas de las ideas expuestas en La sociedad desescolarizada proceden de la experiencia directa que Ivan Illich desarrolla en los centros de formación, respectivamente en México y Brasil, para misioneros estadounidenses y canadienses que participaban en los planes desarrollistas de la Iglesia. Tomando como referencia la experiencia de estos dos primeros centros, en 1963 funda en la ciudad de Cuernavaca el Centro Intercultural de Documentación (cidoc), totalmente autogestionado y frecuentado por algunos de los intelectuales de más renombre del pensamiento crítico de los años sesenta y setenta: entre otros, Erich Fromm, Octavio Paz, Paulo Freire, Paul Goodman, John Womack, André Gorz, Jean-Pierre Dupuy, Sergio Méndez Arceo, Enrique Dussel, Peter Berger, Augusto Salazar Bondy, John Holt o Susan Sontag.
15,00€
Categories: Pedagogia i educació
Desescolarizar la vida
Ivan Illich y la crítica de las instituciones educativas
Eslóganes como el aprendizaje para toda la vida (lifelong learning) o el aprendizaje para todos (learning for all) que en la actualidad predominan en el campo de la educación internacional, nos devuelven la imagen de un mundo en el que las vidas humanas quedan insertas en un proceso continuo de control pedagógico, desde el nacimiento hasta la muerte. Ya no se trata de entrar en la escuela para ganarse la vida, pues es la escuela y sus métodos pedagógicos los que entran en nuestra vida para mayor ganancia de la clase política y económica.
Las principales ideas que Ivan Illich desarrolla con el fin de criticar las instituciones educativas quedan expuestas tanto en el libro La sociedad desescolarizada como en los diferentes panfletos que publica entre 1968 y 1971.
Para Illich, el aprendizaje se desencadena en el libre encuentro: mediante el texto publicado por un autor; escuchando con disciplina y por elección propia las lecciones que imparte un maestro; junto con compañeros con los que se explora una campo de conocimiento; por medio de la contemplación en soledad; con quien comparte su sabiduría en un ambiente de amistad; creando y recreando el arte con esfuerzo y dedicación o trabajando las herramientas que están a disposición de cada individuo o colectivo.
Muchas de las ideas expuestas en La sociedad desescolarizada proceden de la experiencia directa que Ivan Illich desarrolla en los centros de formación, respectivamente en México y Brasil, para misioneros estadounidenses y canadienses que participaban en los planes desarrollistas de la Iglesia. Tomando como referencia la experiencia de estos dos primeros centros, en 1963 funda en la ciudad de Cuernavaca el Centro Intercultural de Documentación (cidoc), totalmente autogestionado y frecuentado por algunos de los intelectuales de más renombre del pensamiento crítico de los años sesenta y setenta: entre otros, Erich Fromm, Octavio Paz, Paulo Freire, Paul Goodman, John Womack, André Gorz, Jean-Pierre Dupuy, Sergio Méndez Arceo, Enrique Dussel, Peter Berger, Augusto Salazar Bondy, John Holt o Susan Sontag.