Editorial: Hacer (Utopías)

ISBN: 9788485348084

238 págs.

El error militar de las «izquierdas»

Estrategia de la guerra revolucionaria

Entre el 18 de julio y el primero de agosto de 1936, la situación política y estratégica del ejército fascista era desesperada. Tenían solamente parte de la Meseta y del Noroeste de España y una pequeña cabeza de puente en An­dalucía. Así pues, el frente Norte de los generales «golpistas» estaba separado del Sur. Franco y Mola no tenían sus fuerzas reunidas, sino separadas, lo cual significaba una gran desventaja estratégica.

Los republicanos ocupaban en el mes de julio, las zonas más industrializadas, más ricas y de mayor densidad de población de España: Vasconia, Asturias, Valencia, Madrid y Cataluña. Con desventaja geoestratégica el frente republicano estaba separado en dos zonas geográficas: Una formada por Asturias y Vasconia (con el reducto de Oviedo), entre Castilla la Nueva y el mar Cantábrico, con una ancha cabeza formada por parte de Aragón y Navarra. La otra, por las regiones del Noreste (Cataluña y parte de Aragón), Levante (Valencia y su región), Murcia, casi toda la costa andaluza mediterránea, la región del Centro, Extremadura y parte de Huelva. La mayor parte de la población, los recursos financieros, las fábricas militares y la flota de guerra, en julio de 1936, estaban en poder de los republicanos.

La posición estratégica de los generales alzados no era favorable a la victoria de sus armas. Sin flota de guerra, sus fuerzas africanas (moros y legionarios), tropas profesionales de choque, difícilmente podrían ser trasladadas a la península, pues gran parte de la marina de guerra española había sido tomada por los soldados y suboficiales republicanos. Entonces ¿qué errores se cometieron para perder la guerra?

6,00

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Abraham Guillén fue resinero en el pueblo y estudiante en Madrid, después de haber conseguido una beca de la República; redactor de las revistas "Juventud Libre" y "FIJL", comisario político de la 14ª División y del 4º Cuerpo del Ejército, comandado por Cipriano Mera. Director de la revista "Nosotros" en Valencia, pasó los tres fatídicos días del final de la guerra en el puerto de Alicante, junto a otros muchos miles que esperaban unos barcos que nunca llegaron. Detenido, encarcelado, condenado a muerte, tiene en su haber dos evasiones: primero del campo de trabajo de Aranjuez, y finalmente de la cárcel madrileña. Una tribu de gitanos libertarios le escondió en Madrid hasta que pudo hacer el viaje a la frontera. En este libro hace un repaso a la guerra civil española desde un punto de vista militar...
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El error militar de las «izquierdas»

Estrategia de la guerra revolucionaria

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Entre el 18 de julio y el primero de agosto de 1936, la situación política y estratégica del ejército fascista era desesperada. Tenían solamente parte de la Meseta y del Noroeste de España y una pequeña cabeza de puente en An­dalucía. Así pues, el frente Norte de los generales «golpistas» estaba separado del Sur. Franco y Mola no tenían sus fuerzas reunidas, sino separadas, lo cual significaba una gran desventaja estratégica.

Los republicanos ocupaban en el mes de julio, las zonas más industrializadas, más ricas y de mayor densidad de población de España: Vasconia, Asturias, Valencia, Madrid y Cataluña. Con desventaja geoestratégica el frente republicano estaba separado en dos zonas geográficas: Una formada por Asturias y Vasconia (con el reducto de Oviedo), entre Castilla la Nueva y el mar Cantábrico, con una ancha cabeza formada por parte de Aragón y Navarra. La otra, por las regiones del Noreste (Cataluña y parte de Aragón), Levante (Valencia y su región), Murcia, casi toda la costa andaluza mediterránea, la región del Centro, Extremadura y parte de Huelva. La mayor parte de la población, los recursos financieros, las fábricas militares y la flota de guerra, en julio de 1936, estaban en poder de los republicanos.

La posición estratégica de los generales alzados no era favorable a la victoria de sus armas. Sin flota de guerra, sus fuerzas africanas (moros y legionarios), tropas profesionales de choque, difícilmente podrían ser trasladadas a la península, pues gran parte de la marina de guerra española había sido tomada por los soldados y suboficiales republicanos. Entonces ¿qué errores se cometieron para perder la guerra?

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Abraham Guillén fue resinero en el pueblo y estudiante en Madrid, después de haber conseguido una beca de la República; redactor de las revistas "Juventud Libre" y "FIJL", comisario político de la 14ª División y del 4º Cuerpo del Ejército, comandado por Cipriano Mera. Director de la revista "Nosotros" en Valencia, pasó los tres fatídicos días del final de la guerra en el puerto de Alicante, junto a otros muchos miles que esperaban unos barcos que nunca llegaron. Detenido, encarcelado, condenado a muerte, tiene en su haber dos evasiones: primero del campo de trabajo de Aranjuez, y finalmente de la cárcel madrileña. Una tribu de gitanos libertarios le escondió en Madrid hasta que pudo hacer el viaje a la frontera. En este libro hace un repaso a la guerra civil española desde un punto de vista militar...
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