El tren de Finlandia
Soy un profesor de universidad. Hasta el 7 de abril de 1979 enseñé en Padua y en París. Ese día me detuvieron. La orden de detención decía: asesino del presidente Aldo Moro. He sido acusado de ser el jefe de las Brigadas Rojas, brazo armado de ese movimiento de masas que se llamaba Autonomía Obrera. También me acusaron de haber fomentado la insurrección contra las instituciones. Además del de Aldo Moro, tenía que responder de otros 17 asesinatos. Me han absuelto de todas estas acusaciones. Y mientras tanto me han juzgado: he sido condenado a 30 años de prisión. En julio de 1983 he sido elegido a la Cámara de Diputados, en Roma, Nápoles y Milán. He salido así de prisión tras cuatro años y medio de detención preventiva. Después de meses y meses de debates, la Cámara ha decidido privarme de la inmunidad parlamentaria con 300 votos a favor y 293 en contra. He elegido entonces la libertad y me he refugiado en París. Soy inocente de todos los crímenes de que me acusan. Sólo la arrogancia de los jueces y la razón de Estado me han condenado. Este libro es un diario: en él relato la prisión, el proceso, mi elección y mi fuga a Francia. Espero un día poder escribir un segundo diario que relate mi regreso a Italia y la victoria de la justicia sobre las leyes y sobre los hombres cuya acción desmaterializa la democracia de mi país.
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Categories: Història
El tren de Finlandia
Soy un profesor de universidad. Hasta el 7 de abril de 1979 enseñé en Padua y en París. Ese día me detuvieron. La orden de detención decía: asesino del presidente Aldo Moro. He sido acusado de ser el jefe de las Brigadas Rojas, brazo armado de ese movimiento de masas que se llamaba Autonomía Obrera. También me acusaron de haber fomentado la insurrección contra las instituciones. Además del de Aldo Moro, tenía que responder de otros 17 asesinatos. Me han absuelto de todas estas acusaciones. Y mientras tanto me han juzgado: he sido condenado a 30 años de prisión. En julio de 1983 he sido elegido a la Cámara de Diputados, en Roma, Nápoles y Milán. He salido así de prisión tras cuatro años y medio de detención preventiva. Después de meses y meses de debates, la Cámara ha decidido privarme de la inmunidad parlamentaria con 300 votos a favor y 293 en contra. He elegido entonces la libertad y me he refugiado en París. Soy inocente de todos los crímenes de que me acusan. Sólo la arrogancia de los jueces y la razón de Estado me han condenado. Este libro es un diario: en él relato la prisión, el proceso, mi elección y mi fuga a Francia. Espero un día poder escribir un segundo diario que relate mi regreso a Italia y la victoria de la justicia sobre las leyes y sobre los hombres cuya acción desmaterializa la democracia de mi país.