Santiago Alba Rico, filósofo y escritor, autor de obras como Dejar de pensar, Volver a pensar o Las reglas del caos, título éste último por el que resultó finalista del Premio Anagrama de Ensayo; Iñaki Antigüedad, recientemente elegido diputado a las Cortes generales en las listas de Bildu, profesor de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea y especialista en Geomorfología que en sus contribuciones defiende políticas progresistas de ordenación del territorio, así como la necesidad de acomodar nuestra existencia al uso y consumo de aquellos medios, elementos y recursos que la naturaleza pone a nuestra disposición en nuestro entorno más cercano; Amparo Lasheras, periodista que colabora habitualmente con el periódico Gara y que ha trabajado también en otros medios de comunicación como Radio Nacional de España, Egin Irratia, El Periódico de Álava o El Mundo; Empar Pineda, veterana activista feminista y lesbiana, cofundadora de la Coordinadora Feminista de Cataluña, del Colectivo de Feministas Lesbianas de Madrid y ex dirigente del Movimiento Comunista; Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde del municipio andaluz de Marinaleda desde hace ya más de treinta años y promotor de  numerosas campañas e iniciativas políticas que ponen en cuestión el sistema capitalista y su lógica de actuación; y una vez más, el propio Alfonso Sastre, al cargo de la clausura de esta dupla de ediciones de nuestros ASKEncuentros dedicadas a buscar las más certeras respuestas a las preguntas que en su convocatoria nos habíamos formulado, consagradas, en fin, a imaginar y explorar las más adecuadas vías de defensa de esa Humanidad de la que todos formamos parte y que a día de hoy se encuentra tan grave como múltiplemente amenazada.

De su mano, tratamos de seguir indagando sobre si las personas en general, y aquellas que desempeñamos un oficio intelectual o poético en particular, podemos hacer algo en defensa del “género humano”, por decirlo en internacionales palabras, a través de la expresión de un pensamiento y un arte críticos que pongan en cuestión la globalización capitalista y la instalación planetaria de ese “pensamiento único” al servicio del Imperialismo norteamericano y de sus cómplices al que tantas veces hemos aludido.

Intentamos también elucidar si, como desde la segunda parte del lema de los ASKEncuentros convocados sugeríamos, es el de una suerte de neosocialismo, al que convinimos en llamar Socialismo del siglo XXI, el único camino fiable y viable para conseguir conjurar los múltiples peligros que acechan a la Humanidad en su conjunto y cuyo amplio espectro apenas hemos esbozado en párrafos anteriores.

Bajo esa quizá atrevida, quizá novedosa, pero seguro que estimulante hipótesis, el de la defensa de la humanidad y el del socialismo del siglo XXI serían en el fondo un mismo tema, pues solamente un neosocialismo sería capaz de enfrentarse en el mismo acto a la cuestión de la justicia social, propia del socialismo de todos los tiempos, y a la defensa de las múltiples asechanzas a que en nuestros días se ven sometidas tanto la naturaleza en su conjunto como la propia especie humana en particular.