Editorial: Banda Propia

Col·lecció: Destinos Cruzados

ISBN: 9789560936240

98 págs.

[escribir] París

Escribir una ciudad es un desafío de traducción o, incluso, de invención que Sylvia Molloy y Enrique Vila-Matas resuelven con crónicas autobiográficas en que la memoria se vuelve un mapa de tradiciones situadas, historias antiguas y contemporáneas, imaginarios impropios.
El «París de Molloy» narra dos ciudades: la de una estudiante argentina que se traslada a estudiar a la Sorbona, y se esfuerza por ser francesa, en los tiempos de la segunda posguerra y la batalla argelina; y la ciudad al borde de la revolución que visitará una década después, en pleno Mayo francés, y revisitará en sucesivas ocasiones con los recuerdos de Victoria Ocampo, el Parque de Bagatelle, los paseos de «juiciosa flânerie».
«Aire de París» es la capital recorrida por Enrique Vila-Matas como huella de otras ocupaciones: las calles donde cohabitan el bar preferido de Sinclair Lewis, Ezra Pound, John Dos Passos, el taller fotográfico de Man Ray, el hotel donde Tristan Tzara pensó el Dada, y aquel en que vivió Paul Gauguin y André Breton. Pero también la plaza en la que Georges Perec cuenta «todo lo que pasaba cuando no pasaba nada», el lugar en que Apollinaire inventa una palabra para decir «surrealismo» y donde los planos urbanos podrían ser caligramas.

10,00

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Categories: Narrativa

Paraules clau: cronica, escribir paris, vilamatas

 
Sylvia Molloy Nació en Buenos Aires en 1938. Dice habitar un lenguaje de doble o triple ascendencia porque es hija de padre irlandés y madre francesa, pero nació en Buenos Aires. En 1958 se traslada a París para estudiar Literatura en la Sorbona, con una esquiva pretensión de ser francesa que aparece simultánea a la batalla de Argelia. Cuatro años después Molloy vuelve a Buenos Aires y muy pronto se traslada a Estados Unidos, donde comienza una prolífica carrera de escritora y ensayista. Regresará a París en medio del Mayo del 68, y de allí en adelante volverá innumerables veces, como esos familiares políticos que se visitan con eventual periodicidad. Hoy su escritura resuena en los debates sobre géneros referenciales, sobre las fronteras entre memoria y ficción. Es catedrática de la Universidad de Nueva York, autora de Acto de presencia: La escritura autobiográfica en Hispanoamérica i En breve cárcel, entre otros celebrados títulos que también tienen como escenario esa ciudad familiar y cosmopolita. Enrique Vila-Matas Nació en Barcelona en 1948. En su literatura los lugares y particularmente las ciudades funcionan como los primeros nudos de autoficción, luego aparecen las personas, las figuras célebres, los otros escritores. Para Vila-Matas, París es un compendio de vidas póstumas y contemporáneas inscritas como capas de una ciudad que nunca acaba de ser reescrita. En los años setenta, Marguerite Duras le alquila una buhardilla, que será la escena en que el escritor reemplaza al actor y se convierte en protagonista de su obra. París no se acaba nunca, Bartleby y compañía, Aire de Dylan, entre otros de sus libros regresan sobre esta ciudad como un objeto de reescritura continuo. Como Barcelona y algunas ciudades de América Latina, París ocupa un lugar medular en su literatura: son los años del aprendizaje literario, de las escenas iniciáticas de escritura.
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[escribir] París

10,00

Escribir una ciudad es un desafío de traducción o, incluso, de invención que Sylvia Molloy y Enrique Vila-Matas resuelven con crónicas autobiográficas en que la memoria se vuelve un mapa de tradiciones situadas, historias antiguas y contemporáneas, imaginarios impropios.
El «París de Molloy» narra dos ciudades: la de una estudiante argentina que se traslada a estudiar a la Sorbona, y se esfuerza por ser francesa, en los tiempos de la segunda posguerra y la batalla argelina; y la ciudad al borde de la revolución que visitará una década después, en pleno Mayo francés, y revisitará en sucesivas ocasiones con los recuerdos de Victoria Ocampo, el Parque de Bagatelle, los paseos de «juiciosa flânerie».
«Aire de París» es la capital recorrida por Enrique Vila-Matas como huella de otras ocupaciones: las calles donde cohabitan el bar preferido de Sinclair Lewis, Ezra Pound, John Dos Passos, el taller fotográfico de Man Ray, el hotel donde Tristan Tzara pensó el Dada, y aquel en que vivió Paul Gauguin y André Breton. Pero también la plaza en la que Georges Perec cuenta «todo lo que pasaba cuando no pasaba nada», el lugar en que Apollinaire inventa una palabra para decir «surrealismo» y donde los planos urbanos podrían ser caligramas.

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Paraules clau: cronica, escribir paris, vilamatas

Editorial: Banda Propia

Col·lecció: Destinos Cruzados

ISBN: 9789560936240

98 págs.

Sylvia Molloy Nació en Buenos Aires en 1938. Dice habitar un lenguaje de doble o triple ascendencia porque es hija de padre irlandés y madre francesa, pero nació en Buenos Aires. En 1958 se traslada a París para estudiar Literatura en la Sorbona, con una esquiva pretensión de ser francesa que aparece simultánea a la batalla de Argelia. Cuatro años después Molloy vuelve a Buenos Aires y muy pronto se traslada a Estados Unidos, donde comienza una prolífica carrera de escritora y ensayista. Regresará a París en medio del Mayo del 68, y de allí en adelante volverá innumerables veces, como esos familiares políticos que se visitan con eventual periodicidad. Hoy su escritura resuena en los debates sobre géneros referenciales, sobre las fronteras entre memoria y ficción. Es catedrática de la Universidad de Nueva York, autora de Acto de presencia: La escritura autobiográfica en Hispanoamérica i En breve cárcel, entre otros celebrados títulos que también tienen como escenario esa ciudad familiar y cosmopolita. Enrique Vila-Matas Nació en Barcelona en 1948. En su literatura los lugares y particularmente las ciudades funcionan como los primeros nudos de autoficción, luego aparecen las personas, las figuras célebres, los otros escritores. Para Vila-Matas, París es un compendio de vidas póstumas y contemporáneas inscritas como capas de una ciudad que nunca acaba de ser reescrita. En los años setenta, Marguerite Duras le alquila una buhardilla, que será la escena en que el escritor reemplaza al actor y se convierte en protagonista de su obra. París no se acaba nunca, Bartleby y compañía, Aire de Dylan, entre otros de sus libros regresan sobre esta ciudad como un objeto de reescritura continuo. Como Barcelona y algunas ciudades de América Latina, París ocupa un lugar medular en su literatura: son los años del aprendizaje literario, de las escenas iniciáticas de escritura.
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