Editorial: Verso Libros

ISBN: 9788419719355

396 págs.

La cuestión meridional

El problema meridional ha sido estudiado a lo largo de todo el siglo XIX por un gran número de investigadores. Su denuncia de los males sociales y políticos se ha presentado como un problema relacionado con la distribución de la riqueza o con la necesidad de atajar las fuentes de la desigualdad. Esta agenda se sostenía gracias a un ideal reformista que dejaba en el aire la cuestión esencial: qué fuerza debería hacerse protagonista de la transformación del Sur, puesto que la burguesía italiana no respondía a su llamada.
Situándose en la época donde imperaba el fascismo en el país, Antonio Gramsci va más allá y traslada a los problemas concretos de entonces a la fórmula de los consejos soviéticos y además adapta el concepto de consejo campesino que se hizo famoso durante la revolución rusa. Al igual que en la ciudad, también en el campo, el Consejo organizará de manera permanente a las masas, las educará en términos socialistas, será la sede en la que la comunidad campesina afrontará sus propias necesidades y planificará colectivamente la misma acción productiva. Para el autor, en este Consejo campesino nacerá un nuevo tipo de productores, surgirá una nueva conciencia del hombre.

17,00

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Antonio Gramsci (1891-1937) se cuenta entre los pensadores más originales de la tradición marxista. Sardo de nacimiento, será en Turín donde transcurrirán sus años de formación y donde abrazará el ideario socialista al que dedicaría su vida. Cofundador en 1921 del Partido Comunista Italiano, del que sería secretario general; director del semanario L’Ordine Nuovo y fundador del diario L’Unità; y diputado comunista, la deriva autoritaria de Mussolini le llevaría primero a la clandestinidad y, finalmente, a su detención en 1926. Tras once años de malos tratos y confinamiento –periodo en el que, sin embargo, escribirá los fundamentales Quaderni del carcere– que acabarían por minar su salud, de por sí frágil, falleció en Roma en 1937. Manuel Sacristán (1925-1985) estudió Derecho y Filosofía en Barcelona, y amplió estudios de Lógica matemática y Filosofía de la ciencia en Münster (Alemania). Su antifranquismo le costó la expulsión en 1965 de la universidad, a la que no volvería sino tras la muerte de Franco. Catedrático de Metodología de las Ciencias Sociales en la Universidad de Barcelona, tradujo al castellano a los principales filósofos y científicos sociales del siglo XX y de la tradición marxista (Marx, Engels y Gramsci, además de Adorno, Agnes Héller o E. P. Thompson). Entre sus principales obras destacan la Introducción a la lógica y al análisis formal (1969 y 1990), Las ideas gnoseológicas de Heidegger (1959 y 1995) y numerosos artículos y textos breves recopilados en cuatro volúmenes de Panfletos y materiales (1983-1985).
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Introducción de Joan Tafalla

La cuestión meridional

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El problema meridional ha sido estudiado a lo largo de todo el siglo XIX por un gran número de investigadores. Su denuncia de los males sociales y políticos se ha presentado como un problema relacionado con la distribución de la riqueza o con la necesidad de atajar las fuentes de la desigualdad. Esta agenda se sostenía gracias a un ideal reformista que dejaba en el aire la cuestión esencial: qué fuerza debería hacerse protagonista de la transformación del Sur, puesto que la burguesía italiana no respondía a su llamada.
Situándose en la época donde imperaba el fascismo en el país, Antonio Gramsci va más allá y traslada a los problemas concretos de entonces a la fórmula de los consejos soviéticos y además adapta el concepto de consejo campesino que se hizo famoso durante la revolución rusa. Al igual que en la ciudad, también en el campo, el Consejo organizará de manera permanente a las masas, las educará en términos socialistas, será la sede en la que la comunidad campesina afrontará sus propias necesidades y planificará colectivamente la misma acción productiva. Para el autor, en este Consejo campesino nacerá un nuevo tipo de productores, surgirá una nueva conciencia del hombre.

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Antonio Gramsci (1891-1937) se cuenta entre los pensadores más originales de la tradición marxista. Sardo de nacimiento, será en Turín donde transcurrirán sus años de formación y donde abrazará el ideario socialista al que dedicaría su vida. Cofundador en 1921 del Partido Comunista Italiano, del que sería secretario general; director del semanario L’Ordine Nuovo y fundador del diario L’Unità; y diputado comunista, la deriva autoritaria de Mussolini le llevaría primero a la clandestinidad y, finalmente, a su detención en 1926. Tras once años de malos tratos y confinamiento –periodo en el que, sin embargo, escribirá los fundamentales Quaderni del carcere– que acabarían por minar su salud, de por sí frágil, falleció en Roma en 1937. Manuel Sacristán (1925-1985) estudió Derecho y Filosofía en Barcelona, y amplió estudios de Lógica matemática y Filosofía de la ciencia en Münster (Alemania). Su antifranquismo le costó la expulsión en 1965 de la universidad, a la que no volvería sino tras la muerte de Franco. Catedrático de Metodología de las Ciencias Sociales en la Universidad de Barcelona, tradujo al castellano a los principales filósofos y científicos sociales del siglo XX y de la tradición marxista (Marx, Engels y Gramsci, además de Adorno, Agnes Héller o E. P. Thompson). Entre sus principales obras destacan la Introducción a la lógica y al análisis formal (1969 y 1990), Las ideas gnoseológicas de Heidegger (1959 y 1995) y numerosos artículos y textos breves recopilados en cuatro volúmenes de Panfletos y materiales (1983-1985).
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Introducción de Joan Tafalla