El sistema internacional de cooperación al desarrollo está dominado por un discurso que niega las raíces políticas de los procesos de empobrecimiento y de vulneración de derechos. Entiende que estas son cuestiones con soluciones «técnicas», que pueden proveer expertos, ongd y agencias de desarrollo. Esto estaría creando un sistema funcional al proyecto neoliberal y que desactiva el rol de organizaciones y movimientos sociales con agendas transformadoras.
Sin embargo, aunque de forma minoritaria, existen prácticas en el sistema que ponen en el centro la naturaleza política de la lucha por los derechos, la centralidad de los movimientos sociales, la necesidad de transformaciones estructurales y la importancia de la solidaridad internacionalista para activar una ciudadanía global. Este es el caso de las relaciones solidarias que numerosas organizaciones del Estado español han mantenido durante años con colectivos y movimientos sociales colombianos, a quienes han acompañado en sus procesos de construcción de derechos, cambios estructurales y modelos alternativos, en un contexto de gran violencia y criminalización de la movilización.
El libro explora algunos de estos casos: aborda los aprendizajes que se han producido en las personas y colectivos que han participado en ellos, y reflexiona sobre lo que estas experiencias enseñan para pensar un modelo de cooperación basado en la solidaridad y en la apuesta por la transformación social.