Hans Haacke y la crítica de la institución del arte
Hans Haacke (Colonia 1936) marchó a principios de los años 60 a Nueva York, donde llegó a establecerse como artista y a ganarse la vida como docente. En su trabajo, Haacke ha manifestado desde bien temprano interés por confrontar al público con situaciones y objetos reales. Pronto abandonó la pintura y escultura a favor de sus sistemas físicos y biológicos en tiempo real. En el clima de movilizaciones neoyorkino de los primeros setenta, Haacke comenzó a trabajar en sus sistemas sociales en tiempo real. En ellos, recurre a las prácticas ensayadas por el arte conceptual para poner en relación el ámbito del arte con los de la política, la economía y la ideología. La censura institucional ha sido una constante que ha sufrido el trabajo de Hans Haacke y, a la vez, un elemento que este artista ha sabido incluir, a tiempo real, en sus sistemas. El potencial de los sistemas sociales radica en su capacidad para señalar las contradicciones que se dan entre los relatos esencialistas del arte y las prácticas en las que se sostiene la institución arte, así como en su disposición para modificar el aparato de producción del arte. Ambas tareas han sido compartidas por otros artistas contemporáneos a Haacke –así Daniel Buren, Michael Asher, Marcel Broodthaers, Louise Lawler, Andrea Fraser, Hito Steyerl o Nuria Güell– cuya práctica de crítica a la institución arte se recoge también en el libro agrupada en aspectos relativos al museo, el patrocinio del arte, la memoria histórica o el espacio público. Todas ellas aportan conocimiento útil sobre el campo del arte en las últimas décadas y en el presente, más aún teniendo en cuenta la apropiación del arte y la cultura, o la educación, que realiza el capitalismo de la globalización neoliberal.
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Categories: Contracultura i Art
Hans Haacke y la crítica de la institución del arte
Hans Haacke (Colonia 1936) marchó a principios de los años 60 a Nueva York, donde llegó a establecerse como artista y a ganarse la vida como docente. En su trabajo, Haacke ha manifestado desde bien temprano interés por confrontar al público con situaciones y objetos reales. Pronto abandonó la pintura y escultura a favor de sus sistemas físicos y biológicos en tiempo real. En el clima de movilizaciones neoyorkino de los primeros setenta, Haacke comenzó a trabajar en sus sistemas sociales en tiempo real. En ellos, recurre a las prácticas ensayadas por el arte conceptual para poner en relación el ámbito del arte con los de la política, la economía y la ideología. La censura institucional ha sido una constante que ha sufrido el trabajo de Hans Haacke y, a la vez, un elemento que este artista ha sabido incluir, a tiempo real, en sus sistemas. El potencial de los sistemas sociales radica en su capacidad para señalar las contradicciones que se dan entre los relatos esencialistas del arte y las prácticas en las que se sostiene la institución arte, así como en su disposición para modificar el aparato de producción del arte. Ambas tareas han sido compartidas por otros artistas contemporáneos a Haacke –así Daniel Buren, Michael Asher, Marcel Broodthaers, Louise Lawler, Andrea Fraser, Hito Steyerl o Nuria Güell– cuya práctica de crítica a la institución arte se recoge también en el libro agrupada en aspectos relativos al museo, el patrocinio del arte, la memoria histórica o el espacio público. Todas ellas aportan conocimiento útil sobre el campo del arte en las últimas décadas y en el presente, más aún teniendo en cuenta la apropiación del arte y la cultura, o la educación, que realiza el capitalismo de la globalización neoliberal.