He visto Ramala
En esta revalorizada y redescubierta Ramala, Barguti, el escritor del exilio y la desposesión, se encuentra otra vez a sí mismo -pero sólo para descubrirse desplazado una y otra vez. "Basta con sufrir la primera experiencia del destierro para sentirse desterrado para siempre". Así, a pesar de los momentos de jovialidad y euforia, esta novela del retorno describe más el exilio que la vuelta a la patria. Aquí reside la dimensión trágica de esta novela y su sugerente precariedad.
«Este lírico e intenso fresco del retorno a Ramala (Cisjordania) en 1996 desde un prolongado exilio en el exterior es una de las mejores narraciones del destierro de las que disponemos hoy en día…
»Habiendo hecho yo mismo un viaje similar a Jerusalén (tras una ausencia de cuarenta y cinco años) conozco muy bien la mezcla de emociones, felicidad, lamento, tristeza, sorpresa, enfado y demás que un regreso de este tipo puede llegar a despertar. La gran novedad y fuerza de la obra de Barguti reside en el hecho de novelar de forma tan cuidadosa y esclarecedora la multitud de sentimientos y pensamientos que sobrevienen a uno en tales circunstancias. Después de todo, Palestina no es un lugar corriente. Aparece en todas las historias y tradiciones conocidas sobre el monoteísmo y ha asistido al trasiego de toda clase de conquistadores. En el siglo se convirtió en el escenario de una ininterrumpida contienda entre sus pobladores árabes, que fueron trágicamente desposeídos de sus propiedades y casi completamente desplazados en 1948, y un movimiento foráneo de judíos sionistas, la mayor parte de ellos procedentes de Europa, que fundaron un estado judío allí y, en 1967, conquistaron Cisjordania y Gaza, las cuales siguen manteniendo, de hecho, bajo su dominio. Por lo tanto, todos los palestinos se encuentran en la nada habitual tesitura de ver cómo una Palestina que fue se ha convertido hoy en un lugar con otro nombre, otro pueblo y otra identidad que niega a Palestina en su conjunto. “Volver” a Palestina se convierte así en un acontecimiento nada común…
»La principal virtud de He visto Ramala: relatar la historia de una pérdida en medio del retorno y el reencuentro. Es el rechazo y la resistencia de Barguti ante las razones de esa pérdida lo que da entidad a su poesía y confiere a su narrativa su valencia positiva… En esta revalorizada y redescubierta Ramala, Barguti, el escritor del exilio y la desposesión, se encuentra otra vez a sí mismo, pero sólo para descubrirse desplazado una y otra vez. “Basta con sufrir la primera experiencia del destierro para sentirse desterrado para siempre”. Así, a pesar de los momentos de jovialidad y euforia, esta novela del retorno describe más el exilio que la vuelta a la patria. Aquí reside la dimensión trágica de esta novela y su sugerente precariedad. Todo ello hace que la experiencia palestina adquiera una humanidad y una sustancia revividas».
16,00€
He visto Ramala
En esta revalorizada y redescubierta Ramala, Barguti, el escritor del exilio y la desposesión, se encuentra otra vez a sí mismo -pero sólo para descubrirse desplazado una y otra vez. "Basta con sufrir la primera experiencia del destierro para sentirse desterrado para siempre". Así, a pesar de los momentos de jovialidad y euforia, esta novela del retorno describe más el exilio que la vuelta a la patria. Aquí reside la dimensión trágica de esta novela y su sugerente precariedad.
«Este lírico e intenso fresco del retorno a Ramala (Cisjordania) en 1996 desde un prolongado exilio en el exterior es una de las mejores narraciones del destierro de las que disponemos hoy en día…
»Habiendo hecho yo mismo un viaje similar a Jerusalén (tras una ausencia de cuarenta y cinco años) conozco muy bien la mezcla de emociones, felicidad, lamento, tristeza, sorpresa, enfado y demás que un regreso de este tipo puede llegar a despertar. La gran novedad y fuerza de la obra de Barguti reside en el hecho de novelar de forma tan cuidadosa y esclarecedora la multitud de sentimientos y pensamientos que sobrevienen a uno en tales circunstancias. Después de todo, Palestina no es un lugar corriente. Aparece en todas las historias y tradiciones conocidas sobre el monoteísmo y ha asistido al trasiego de toda clase de conquistadores. En el siglo se convirtió en el escenario de una ininterrumpida contienda entre sus pobladores árabes, que fueron trágicamente desposeídos de sus propiedades y casi completamente desplazados en 1948, y un movimiento foráneo de judíos sionistas, la mayor parte de ellos procedentes de Europa, que fundaron un estado judío allí y, en 1967, conquistaron Cisjordania y Gaza, las cuales siguen manteniendo, de hecho, bajo su dominio. Por lo tanto, todos los palestinos se encuentran en la nada habitual tesitura de ver cómo una Palestina que fue se ha convertido hoy en un lugar con otro nombre, otro pueblo y otra identidad que niega a Palestina en su conjunto. “Volver” a Palestina se convierte así en un acontecimiento nada común…
»La principal virtud de He visto Ramala: relatar la historia de una pérdida en medio del retorno y el reencuentro. Es el rechazo y la resistencia de Barguti ante las razones de esa pérdida lo que da entidad a su poesía y confiere a su narrativa su valencia positiva… En esta revalorizada y redescubierta Ramala, Barguti, el escritor del exilio y la desposesión, se encuentra otra vez a sí mismo, pero sólo para descubrirse desplazado una y otra vez. “Basta con sufrir la primera experiencia del destierro para sentirse desterrado para siempre”. Así, a pesar de los momentos de jovialidad y euforia, esta novela del retorno describe más el exilio que la vuelta a la patria. Aquí reside la dimensión trágica de esta novela y su sugerente precariedad. Todo ello hace que la experiencia palestina adquiera una humanidad y una sustancia revividas».