Heil Hitler
El cerdo está muerto
Debido a la trágica dimensión de los horrores cometidos por el régimen nazi mucha gente tiene dificultades para adoptar una mirada cómica sobre Hitler y el nazismo. Cada vez que alguien lo hace es acusado de restar importancia y trivializar el Holocausto, pero lo cierto es que hay una larga historia de chistes al respecto. En este libro, el primero sobre la comedia y la sátira en el Tercer Reich, Herzog reúne todas las manifestaciones del humor: caricaturas, cabaret, espectáculos de variedades, entretenimiento, películas, canciones pop y musicales. De esta manera nos muestra cómo la imagen ridícula del Führer no fue en absoluto una invención de la posguerra.
En los primeros años del régimen muchos alemanes se burlaron de Hitler y otros altos funcionarios, una historia fascinante y aterradora: la supresión de la escena de cabaret antifascista de la década de 1930, las bromas durante la Segunda Guerra Mundial, las colecciones de “chistes susurrados” publicadas en los medios al terminar la guerra, los numerosos alemanes encarcelados y ejecutados por contar chistes sobre el Führer y su entorno. Las bromas aquí recogidas también muestran que no todos los alemanes fueron hipnotizados por la propaganda nazi.
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Categories: Història
Heil Hitler
El cerdo está muerto
Debido a la trágica dimensión de los horrores cometidos por el régimen nazi mucha gente tiene dificultades para adoptar una mirada cómica sobre Hitler y el nazismo. Cada vez que alguien lo hace es acusado de restar importancia y trivializar el Holocausto, pero lo cierto es que hay una larga historia de chistes al respecto. En este libro, el primero sobre la comedia y la sátira en el Tercer Reich, Herzog reúne todas las manifestaciones del humor: caricaturas, cabaret, espectáculos de variedades, entretenimiento, películas, canciones pop y musicales. De esta manera nos muestra cómo la imagen ridícula del Führer no fue en absoluto una invención de la posguerra.
En los primeros años del régimen muchos alemanes se burlaron de Hitler y otros altos funcionarios, una historia fascinante y aterradora: la supresión de la escena de cabaret antifascista de la década de 1930, las bromas durante la Segunda Guerra Mundial, las colecciones de “chistes susurrados” publicadas en los medios al terminar la guerra, los numerosos alemanes encarcelados y ejecutados por contar chistes sobre el Führer y su entorno. Las bromas aquí recogidas también muestran que no todos los alemanes fueron hipnotizados por la propaganda nazi.