Esta obra ofrece al lector en general, y no solo al estudioso, un análisis actualizado de Oriente Próximo, así como de las razones que han llevado a la actual situación: unas ideológicas, entre las que se incluyen los prejuicios y los estereotipos, junto a las corrosivas consecuencias de la burda tesis del «choque de civilizaciones»; otras históricas, comenzando por la violenta irrupción del colonialismo y el neocolonialismo en la región, que determinaron la «vieja cuestión» de Oriente y cuyas secuelas se arrastran hasta la actualidad; por fin, y sobre todo, económicas, que en algunos aspectos, en concreto el de la economía rentista, el autor considera «fuente de los problemas» del mundo árabe.
Georges Corm, libanés, ex ministro de Economía de su país e infatigable estudioso de la realidad proximooriental, es autor de diversas obras de referencia sobre esta, siempre desde una perspectiva laica y republicana, al tiempo que radicalmente crítica con los estragos de la presencia occidental en la región, entre los que tienen un papel relevante la promoción y apoyo al estado de Israel, así como una parte alícuota en los destructivos conflictos que la asolan. Su insistencia en el peso de los factores políticos, vinculados a la modernización forzada de las sociedades árabes, que es fruto de la imposición del paradigma económico capitalista, le lleva a mantener una posición hostil hacia el islamismo, al que reprocha su falta de comprensión de las dinámicas profundas de las sociedades, que lo convierte en aliado inconsciente del proyecto imperialista. Se trata de una visión que se completa con un sugerente análisis de las relaciones entre religión y política en las iglesias cristianas orientales y sus conflictos con el islam mayoritario, para poner de manifiesto el carácter exógeno de dichos conflictos y sus consecuencias en términos de tolerancia y erosión de la variedad de las sociedades.
De esta obra se desprende una doble lectura: la de que la realidad proximooriental muestra un sistema de valores (árabe-musulmanes) que no se oponen a los occidentales («judeocristianos») y que por tanto el análisis de aquella realidad no exige ninguna ruptura epistemológica basada en una «alteridad» de contenidos en ´última instancia orientalistas. Por ello propone incidir sobre una «diversidad» paralela a la occidental que remite a respuestas, y también exigencias, que está interrelacionadas.