Milicianos como los anarquistas de la CNT, socialistas, comunistas o de cualquier otra ideología política o sindical, obreros que combatieron y murieron en estos montes. Milicianos sin homenajes, sin placas, sin monumentos ni columbarios, algunos anónimos y otros con nombre, apellidos, procedencia y familia. Incontables horas invertidas, viajes a los archivos a los que hemos podido acceder, más de 40 kilómetros cuadrados recorriendo los caminos andados por los milicianos durante el otoño del 1936. Durante nuestro transitar, hemos podido comprobar el celo con el que los investigadores guardan su información, hemos entendido que… la guerra no ha terminado.
Tratamos de hacer nuestra pequeña aportación haciendo un ejercicio de memoria. No sabemos si de memoria histórica o de memoria obligada, los nombres no se entierran en las cunetas. Hemos tratado de entender el desarrollo de la defensa de las posiciones de este frente, trabajando desde la documentación encontrada durante nuestra investigación y de un trabajo de campo. Intentando definir la participación de las diferentes compañías y batallones, situar los lugares de combate donde sin duda alguna hoy día queden numerosos milicianos enterrados en trincheras y fosas. Que estas personas y pasajes y lugares no caigan en el olvido