Editorial: Burbuja Ediciones

Col·lecció: Burbujas a bocanadas

ISBN: 9788493444723

152 págs.

Edición: Primera edición | Mayo 2006

Trabajo sexual

Reconocer derechos

Qué dicen las mujeres que protagonizan ese nuevo movimiento emergente de trabajadoras del sexo, cómo se definen, cómo se sienten y cómo quieren construir su identidad, hacerse cargo de su vida. Una crítica de las posiciones políticas que dan otros agentes sociales y a las intervenciones públicas ya desarrolladas y emergentes.
Más allá del estigma, quiénes son las "prostitutas". si la representación social remite a "una mujer que pide dinero a cambio de sexo de forma explícita", parecen obviarse aquí otras compensaciones materiales a cambio de sexo recibidas por las mujeres en relaciones "legítimas" en una organización social patriarcal, androcéntrica y capitalista como la nuestra. Parece que lo cuestionado no es tanto el intercambio sino que la mujer gane su sustento autónomamente sin el control de los hombres de su entorno.
Pero sigamos preguntándonos: quién es el proxeneta (¿puede condenarse, como hace la ley, a todo aquel que es mantenido por una mujer que ejerce la prostitución, también a sus hijos por ejemplo?); quién es el cliente (libre de estigma, hombre cuya "naturaleza" justifica en la "necesidad sexual" la compra de este producto); y los vecinos, agente social que emerge con reivindicaciones muy concretas frente a la prostitución callejera (¿cuántas veces no serán los mismos hombres clientes de la prostitución?).

13,00

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Trabajo sexual

Reconocer derechos

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Qué dicen las mujeres que protagonizan ese nuevo movimiento emergente de trabajadoras del sexo, cómo se definen, cómo se sienten y cómo quieren construir su identidad, hacerse cargo de su vida. Una crítica de las posiciones políticas que dan otros agentes sociales y a las intervenciones públicas ya desarrolladas y emergentes.
Más allá del estigma, quiénes son las "prostitutas". si la representación social remite a "una mujer que pide dinero a cambio de sexo de forma explícita", parecen obviarse aquí otras compensaciones materiales a cambio de sexo recibidas por las mujeres en relaciones "legítimas" en una organización social patriarcal, androcéntrica y capitalista como la nuestra. Parece que lo cuestionado no es tanto el intercambio sino que la mujer gane su sustento autónomamente sin el control de los hombres de su entorno.
Pero sigamos preguntándonos: quién es el proxeneta (¿puede condenarse, como hace la ley, a todo aquel que es mantenido por una mujer que ejerce la prostitución, también a sus hijos por ejemplo?); quién es el cliente (libre de estigma, hombre cuya "naturaleza" justifica en la "necesidad sexual" la compra de este producto); y los vecinos, agente social que emerge con reivindicaciones muy concretas frente a la prostitución callejera (¿cuántas veces no serán los mismos hombres clientes de la prostitución?).

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