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<p>“Ahora ya no pienso tanto en eso, pero todos sabemos cómo fue”, es la declaración de intenciones con la que Eric Nepomuceno desata la colección de cuentos, Bangladesh, tal vez. Un museo lleno de culpa, arrepentimiento, vergüenza y remordimiento. A veces pensando en los buenos tiempos y a veces huyendo del pasado más aterrador. Nepomuceno presenta al lector diecinueve historias que resumen la fragilidad humana, echando mano de un cuaderno repleto de vivencias y buenas ideas digno de ocupar posiciones nobles en la literatura brasileña de las últimas décadas. Es difícil escapar de su inquietante prosa y su técnica depurada; uniendo ambas, no hay salida. Bangladesh, tal vez es una sucesión de traumas que te acorralan contra la pared.</p>
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<p>Cuando tenía 18 años, fuerzas militares irrumpieron en su casa y se llevaron a sus padres. Luego, secuestraron a su hermana de 15 años y a su cuñada. Su hermano Sergio estaba haciendo la conscripción en la ESMA y nunca más volvió. En una noche, la del 15 de julio de 1976, Daniel Tarnopolsky perdió a toda u familia y se convirtió en un sobreviviente. Se exilió primero en Chile, después en Israel y en Francia hasta que el regreso de la democracia le ofreció garantías y fuerzas para volver al país. Su búsqueda nunca cesó. Su lucha lo llevó a ganar un juicio sin precedentes en el 2004, por el cual el ex almirante Emilio Massera debió pagarle una indemnización. </p> <p>Nada de esto le devolvió a su familia. Tardó en enconrar algo de paz. Buscó, como muchos, en la religión un lugar de contención y de alivio; buscó también en videntes y médiums alguna respuesta para poder recrear la historia de aquella noche en la que la violencia lo dejó solo. Necesitaba entender, reconstruir desde las ruinas. </p>
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<p>Esteban Montejo, un viejo revolucionario mambí, afrocubano y nacido esclavo, cimarrón para más señas, cuenta su vida a un joven de 23 años, Miguel Barnet. Lo hace en 1963, en un país en el que una revolución triunfante apuesta por desenterrar la memoria silenciada de las rebeliones populares, de las resistencias que fueron ignoradas o criminalizadas, en fin, recuperar «la historia de la gente sin historia». El anciano recuerda un sinfín de detalles de la vida cotidiana que se imbrican en hechos históricos transcendentales: el régimen de terror en los ingenios azucareros, la vida en el monte como cimarrón, la abolición de la esclavitud, la Guerra de la Independencia. Entra y sale de ellos con paso discreto, lo suyo no es la grandilocuencia. Deja a su memoria discurrir libremente por veredas y vericuetos en los que también transitan otros muchos rostros anónimos. Rostros de hombres y mujeres que conforman el sustrato nutricio de la identidad popular cubana.</p> <p><em>Biografía de un cimarrón</em> es un relato de no ficción.</p>
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<p>«Precariedad» más que un significado estable ofrece una constelación móvil de conceptos y de intervenciones. ¿Cómo se escribe, se narra y se filma, se hace crónica o se vuelve textura temática la precariedad? ¿Existe algo así como una operación formal de lo precario? ¿Qué forma adquiere la época, la dimensión del presente histórico, en los procesos de precarización transversales de la vida?</p> <p>En América Latina, al igual que en otras tantas latitudes, el adjetivo «precario» resulta inseparable de las luchas en torno al trabajo, se ancla sobre cuerpos y subjetividades concretas atravesadas por las grandes tensiones de la ecología y pareciera encarnar un sujeto político que emerge a tientas contra la intensificación de la razón neoliberal y sus políticas.</p> <p><em>Bios precario: cultura y precariedad en Latinoamérica</em>, de Martin De Mauro Rucovsky, se apoyará en tres dimensiones de análisis para elaborar una caracterización del viviente y un cuestionamiento de los modos en que la cultura conjuga saberes e imaginarios. Dichas dimensiones serán el régimen afectivo y sus marcas anímicas en los cuerpos; la deriva genocida que habita la precariedad y que se trasluce tanto en la figura paradigmática del feminicidio como, más veladamente, en las propias crónicas del trabajo precarizado; y la dimensión pos-antropocéntrica o animal de la precariedad.</p> <p>La apuesta de fondo radica en visibilizar el umbral de un común por construir, marcado por la interdependencia, la vulnerabilidad y la superación de las falsas fronteras de la individuación. Porque la reflexión sobre las representaciones de la condición precaria nos devolverá, al fin, un verdadero mapa de nuestras formas de entender la propia vida.</p>
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<p>Publicado en 1941, <em>Brasil, país de futuro</em> parece un libro recién terminado. Zweig escribió tanto sobre aquella tierra que parecía haber nacido allí, evocando con gran precisión los detalles y entresijos de la historia, economía, y cultura brasileñas, así como el desarrollo de sus principales ciudades. Con su habitual destreza y sensibilidad, echó mano de sus vivencias e impresiones personales para retratar una vasta, atrayente y fértil tierra con inmensos recursos y una historia carente de grandes guerras, lejos del derrumbe de la civilización europea que le obligaron a exiliarse en tierras latinoamericanas.</p> <p><em>Brasil, país de futuro</em> es un lectura muy recomendable para viajeros de salón, para estudiantes de geografía y estudios americanos, así como para todos aquellos interesados en la riqueza de la historia, cultura y sociedad brasileñas. En él queda plasmada la belleza intacta del interior, el vibrante crecimiento y desarrollo de las áreas urbanas, y la visión de un lugar casi utópico, aparentemente a salvo de los males del mundo moderno y que ofrecía un gratificante refugio frente a las hostilidades globales.</p>
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<p>En la transición que vivimos hacia un mundo multipolar, Brasil será una de las ocho potencias globales que jugarán un papel preponderante en las relaciones internacionales. Para la región latinoamericana, pero sobre todo para América del Sur, la emergencia de este gigante como primera potencia intrarregional en nuestra historia, representará un cambio de larga duración llamado a remodelar la geopolítica local y planetaria.<br /> <br /> Aún es pronto para determinar si el Brasil Potencia será la argamasa capaz de integrar una región que asume cada vez más claramente sus diferencias con Estados Unidos y Canadá, o si se convertirá en un nuevo imperialismo destinado a someter al resto de la región. <br /> <br /> Este trabajo explora la tensión entre ambos caminos y concluye que estamos ante un escenario abierto. Analiza los cambios internos que llevaron a una remodelación de las clases dominantes de Brasil y al desarrollo de su capacidad autónoma de acumulación de capital, debatiendo con la tesis de Ruy Mauro Marini, quien acuñó el concepto de “subimperialismo”. Concluye con los desafíos que se presentan a los movimientos populares de Brasil, y de toda la región, ante los cambios sistémicos en curso.</p>