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<p>El discurso europeo sobre los Derechos Humanos aplicado a Cuba es el espejo de una política internacional y una geopolítica diplomática de marcado carácter cínico, en el que firmeza y comprensión se reparten de manera desigual a partir de criterios mezquinos y arbitrarios.</p>
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<p>Una mirada rigurosa a las mal llamadas democracias latinoamericanas concluiría que salvo unos poquísimos casos: Cuba, Venezuela, ahora Bolivia y Ecuador, en el resto lo que tenemos son regímenes oligárquicos vestidos con los ropajes externos de la democracia. Oligárquicos porque, fiel a la definición aristotélica, son "gobiernos de los pocos en beneficio de los ricos" que, como lo recuerda Aristóteles, siempre son una minoría. El lenguaje político contemporáneo, producto de la dominación cultural e ideológica del imperialismo, intenta disimular tan flagrante traición a los ideales democráticos mediante un ejercicio de prestidigitación gracias al cual una democracia se define por su sensata "gobernanza", eufemismo con el que se designan las artes, artificios y artimañas del político "prudente y responsable" que gobierna en consonancia con los deseos de los mercados.</p> <p>Buena gobernanza, por lo tanto, es la de Lula, quien con sus políticas hizo posible que el capital bancario obtuviera en los últimos años las mayores tasas de rentabilidad de toda su historia; o la de Concertación chilena, que continuó y profundizó la política económica de Pinochet convirtiendo a Chile en uno de los países más injustos de América Latina. Mala gobernanza, en cambio, es la de Chávez, que erradicó el analfabetismo; o la de Evo Morales, que cumplió con su promesa electoral de nacionalizar los hidrocarburos bolivianos. Este libro pretende aportar elementos en torno a una interrogante fundamental: ¿será posible "democratizar la democracia" dentro del capitalismo, es decir, sin que previamente se produzca la superación histórica de un régimen social de producción cuyas lacras e injusticias congénitas son tan evidentes como irreparables dentro de los parámetros del sistema?</p>
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<p>En la primavera de 2006, Bolivia salió en la portada de todos los medios de comunicación por un hecho: la nacionalización de los hidrocarburos. Pero, dos años después de aquel anuncio, ¿en qué se ha traducido esa medida para el pueblo boliviano? Ésta es la pregunta a la que vienen a responder los investigadores del Centro de Documentación e Información – Bolivia. Para ello, en el libro se lleva a cabo un análisis de lo que ha supuesto para Bolivia la explotación petrolera a lo largo del siglo XX: desde las anteriores nacionalizaciones que tuvieron lugar en el país hasta la que ha tenido lugar recientemente, pasando por la privatización de la industria petrolera como resultado de las reformas neoliberales. Los autores plantean la necesidad de contar con una empresa petrolera estatal que disponga del monopolio sobre toda la cadena de producción hidrocarburífera, como un primer paso que permita avanzar en la tarea de establecer límites a las actividades de las corporaciones transnacionales, profundizando en la idea de que los pueblos recuperen la soberanía sobre su territorio, sus recursos naturales y sus actividades económicas.</p>
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<p>Esta obra constituye tal vez una de las síntesis más perfectas del imaginario de Galeano: celebraciones, sucedidos, crónicas, sueños, memorias y desmemorias; todo ello mediante relatos breves, directos, conmovedores, asombrosos, en los que hasta las paredes hablan, y en los que, a sus palabras, se suman sus grabados y dibujos.</p>
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<p><strong>Pedro García Olivo</strong> analiza cómo la Escuela, ya desde la época de la Revolución, se ha erigido en México en una instancia mayúscula de aniquilación de la idiosincrasia indígena. El modelo de organización autónoma indígena, allí donde no se vio sustancialmente alterado por la injerencia occidental, se caracteriza, y no sólo en Chiapas, por unas estructuras y prácticas sociales altamente participativas, con rotación de cargos y -en buena medida- de tareas, que rehúyen, por sí mismas, la especialización, favorecen el apoyo mutuo en forma de intercambio de bienes o servicios, evitan la monetarización de las relaciones y dejan en manos de la comunidad la administración de la justicia y la producción y difusión del saber.</p> <p>En detrimento de esta educación tradicional, comunitaria, sin aulas ni profesores, la Escuela multicultural aspira a optimizar la colonización mental de los indígenas y su conversión en mano de obra barata. La Escuela difunde hábitos sociales, ideas y valores hostiles a la organización comunera; favorece el abandono de las pautas culturales autóctonas por parte de los más jóvenes, a quienes se les inculca el deseo individualista de un éxito personal fuera de la comunidad y hasta en perjuicio de los intereses de la colectividad Sin embargo, cuando la resistencia indígena entorpece este proceso de aniquilación cultural, y confluye además un interés económico que desata la avidez del capital nacional o multinacional, al lado de la escuela aparece la bala (el terror policial, militar y paramilitar), pudiéndose hablar de un verdadero holocausto indígena, lento genocidio que los Gobiernos occidentales velan y alientan. El caso de los experimentos escolares zapatistas en Chiapas merece especial atención para García Olivo.</p> <p>Consciente de las dificultades a las que se enfrenta la resistencia chiapaneca, el autor intenta analizar en qué medida la inserción de la Escuela en el tejido comunitario puede ayudar a consolidar o convertirse en un peligro para los modelos de participación y autogestión indígenas, y para el proyecto mismo de autonomía. Tras una profunda reflexión al respecto, aboga por una profundización en la «educación comunitaria indígena», en las prácticas informales de enseñanza, en las instancias de transmisión cultural tradicionales; modalidades de socialización del saber, de subjetivización y de moralización de los comportamientos mucho más coherentes con el espíritu de la democracia india -y con el igualitarismo social y económico subyacente- que el engendro altericida de la Escuela occidental.</p> <p> </p>
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<p>En América Latina, como en Europa, la fuerte y excluyente orientación androcéntrica de la filosofía en el desarrollo de sus tradiciones centrales ha llevado a una relación tensa, molesta y profundamente asimétrica con la mujer. La filosofía aparece como un continuado «monólogo masculino» en el que la mujer apenas si puede intervenir. De esta «relación difícil» entre mujer y filosofía habla este libro con la finalidad de mostrar la injusticia de este proceso. Para ello analiza en su primera parte la imagen de mujer que han sostenido y propagado importantes filósofos latinoamericanos, sobre todo de los siglos XIX y XX.</p>