América Latina

  • <p>En M&eacute;xico, tan s&oacute;lo en los &uacute;ltimos veinte a&ntilde;os se han extra&iacute;do m&aacute;s minerales &quot;preciosos&quot; que durante toda la &eacute;poca colonial. Los altos precios en el mercado justificaron esta pr&aacute;ctica &ndash;en el pa&iacute;s y en toda Am&eacute;rica Latina&ndash; junto con otras sin precedentes, como la explotaci&oacute;n de la naturaleza pese al da&ntilde;o irreversible a los ecosistemas. El argumento de los gobiernos para permitirlo era enmendar tres promesas incumplidas: erradicar la pobreza, reducir la desigualdad y promover el &quot;desarrollo&quot;, pero sin atender el otro lado de la ecuaci&oacute;n: el extractivismo provoca tremendos conflictos sociales y ecol&oacute;gicos, y Latinoam&eacute;rica es la regi&oacute;n con m&aacute;s incidencia de &eacute;stos en el mundo.</p> <p>Desde esta perspectiva, el Dawid Bartelt acude a los hechos y expone que los discursos pol&iacute;ticos no evitan que la naturaleza sea vista como un &quot;recurso&quot; (en la miner&iacute;a y la agroindustria) para &quot;salvar&quot; el presente a costa del futuro.</p> <p>De manera concisa, llega a la matriz del conflicto: la diferencia entre comprender la pertenencia al territorio o ser propietario de &eacute;ste. Dicho de otra forma: las transnacionales (y los gobiernos que las invitan y subsidian) ven una simple explotaci&oacute;n donde los habitantes contemplan el arraigo y el espacio en que desarrollan su vida.</p> <p>Acompa&ntilde;an la investigaci&oacute;n dos valiosas colaboraciones (una de Gustavo Esteva y otra de Aleida Azamar Alonso) que nutren la discusi&oacute;n desde el ecofeminismo, la construcci&oacute;n de la desigualdad, y proponen nuevas rutas de participaci&oacute;n social.</p>
  • <p>En la primavera de 2006, Bolivia sali&oacute; en la portada de todos los medios de comunicaci&oacute;n por un hecho: la nacionalizaci&oacute;n de los hidrocarburos. Pero, dos a&ntilde;os despu&eacute;s de aquel anuncio, &iquest;en qu&eacute; se ha traducido esa medida para el pueblo boliviano? &Eacute;sta es la pregunta a la que vienen a responder los investigadores del Centro de Documentaci&oacute;n e Informaci&oacute;n &ndash; Bolivia. Para ello, en el libro se lleva a cabo un an&aacute;lisis de lo que ha supuesto para Bolivia la explotaci&oacute;n petrolera a lo largo del siglo XX: desde las anteriores nacionalizaciones que tuvieron lugar en el pa&iacute;s hasta la que ha tenido lugar recientemente, pasando por la privatizaci&oacute;n de la industria petrolera como resultado de las reformas neoliberales. Los autores plantean la necesidad de contar con una empresa petrolera estatal que disponga del monopolio sobre toda la cadena de producci&oacute;n hidrocarbur&iacute;fera, como un primer paso que permita avanzar en la tarea de establecer l&iacute;mites a las actividades de las corporaciones transnacionales, profundizando en la idea de que los pueblos recuperen la soberan&iacute;a sobre su territorio, sus recursos naturales y sus actividades econ&oacute;micas.</p>
  • <p>En Am&eacute;rica Latina, como en Europa, la fuerte y excluyente orientaci&oacute;n androc&eacute;ntrica de la filosof&iacute;a en el desarrollo de sus tradiciones centrales ha llevado a una relaci&oacute;n tensa, molesta y profundamente asim&eacute;trica con la mujer. La filosof&iacute;a aparece como un continuado &laquo;mon&oacute;logo masculino&raquo; en el que la mujer apenas si puede intervenir. De esta &laquo;relaci&oacute;n dif&iacute;cil&raquo; entre mujer y filosof&iacute;a habla este libro con la finalidad de mostrar la injusticia de este proceso. Para ello analiza en su primera parte la imagen de mujer que han sostenido y propagado importantes fil&oacute;sofos latinoamericanos, sobre todo de los siglos XIX y XX.</p>
  • <p>&ldquo;&hellip;yo me form&eacute; como dirigente de mi comunidad, primero part&iacute; como dirigente juvenil, como delegada de las mujeres; as&iacute; me eligieron.&rdquo; </p> <p>Esta frase es parte de un testimonio de una lideresa mapuche, que relata su experiencia como mujer mapuche, y su rol en la &ldquo;historia, persistencia y continuidad&rdquo;, en particular refiri&eacute;ndose a los valores y la cultura del Pueblo mapuche. Los valores a los que ella trata de dar continuidad son: &ldquo;&hellip;en gran parte gracias a mi abuelita&hellip;, explicaba lo que era ser mapuche, qu&eacute; significaba en este caso hablar en mapuzungun, sentirse mapuche, participar en ng&uuml;illatunes&rdquo;. </p> <p>Este libro presenta un trabajo realizado &ldquo;por y con&rdquo; mujeres mapuches que tratan de visibilizar a la mujer ind&iacute;gena, su situaci&oacute;n dentro de la sociedad chilena y la sociedad mapuche. Se intenta dilucidar su rol en la historia y cultura del pa&iacute;s, a trav&eacute;s de una serie de testimonios estructurados en tres categor&iacute;as de mujeres mapuches: lideresas de su comunidad, de organizaciones sociales ind&iacute;genas y pertenecientes al mundo profesional. Presenta una conceptualizaci&oacute;n etno-feminista utilizada como cuerpo anal&iacute;tico para comparar las experiencias de las mujeres entrevistadas. Se analiza el &laquo;concepto de complementariedad&raquo; y la emergencia de un feminismo ind&iacute;gena, basado en el saber (kim&uuml;n) y su cosmovisi&oacute;n.</p>
  • <p>Desde el &uacute;ltimo ciclo de luchas, a finales del siglo pasado, se han producido una gran cantidad de cambios en os movimientos populares y en las formas de acci&oacute;n colectiva que ser&aacute;n analizados en este trabajo. En menos de dos d&eacute;cadas la regi&oacute;n pas&oacute; de la hegemon&iacute;a conservadora y neoliberal a la hegemonia progresista, para deslizarse nuevamente haci la derecha cuando comenz&oacute; el fin de ciclo de los gobiernos que se inspiraron en la lucha de los movimientos.</p> <p>En este marco, aquellos movimientos han sufrido mutilaciones: algunos desaparecieron centrifugados en problemas internos, otros fueron coptados por los gobiernos o decidieron plegarse a las instituciones, y pocos quedan en pie. Los que persisten han experimentado cambios notorios, digamos que han llegado a la meseta de la madurez. Unos se han normalizado y ya no presentan un riesgo de desestabilizaci&oacute;n para los sistemas pol&iacute;ticos que han aprendido a relacionarse con ellos. Sin embargo, otros, m&aacute;s bien pocos, han sabido reinventarse, encontrando nuevas fuentes de rejuvenecer su militancia, mantenerse vivos y reforzar sus perfiles antisist&eacute;micos.</p>
  • <p>Hace bastante tiempo que los movimientos sociales dan que hablar en Am&eacute;rica Latina. Entre los que destacan, sin lugar a duda, los movimientos ind&iacute;genas. &iquest;Pero cu&aacute;les son y c&oacute;mo se configuran? &iquest;Qu&eacute; los hace realmente antisist&eacute;micos? &iquest;Cu&aacute;l es la especificidad de los movimientos sociales ind&iacute;genas? Es lo que Carlos Aguirre se propone responder en Movimientos antisist&eacute;micos y cuesti&oacute;n ind&iacute;gena en Am&eacute;rica Latina. Una visi&oacute;n desde la larga duraci&oacute;n hist&oacute;rica. Para ello, recoge el pensamiento cr&iacute;tico desplegado por autores tales como Karl Marx, Immanuel Wallerstein, Fernand Braudel, vali&eacute;ndose adem&aacute;s, de diversos comunicados y documentos elaborados por el Ej&eacute;rcito Zapatista de Liberaci&oacute;n Nacional (EZLN), entre otros.</p> <p>De Marx recupera la b&uacute;squeda por el fundamento material que subyace en los movimientos sociales, al tiempo que desarrolla la idea de triple transici&oacute;n asociada al fin del capitalismo (de una sociedad burguesa a una nueva sociedad comunista, de una sociedad clasista a una sin clases, del reino de la necesidad al reino de la libertad). De Wallerstein rescata la hip&oacute;tesis que admite a 1968 como fecha de profunda fractura hist&oacute;rica para el liberalismo. &Eacute;ste &uacute;ltimo instituido durante XIX, se mantiene m&aacute;s o menos estable en Occidente, hasta que, entre 1968 con la Revoluci&oacute;n Cultural Mundial y 1989 con la ca&iacute;da de los socialismos reales, su hegemon&iacute;a colapsa. En Am&eacute;rica Latina es severamente afectada con el Levantamiento Zapatista de 1994. De Fernand Braudel emplea su m&eacute;todo anal&iacute;tico, concibiendo as&iacute; m&uacute;ltiples temporalidades presentes en cada &eacute;poca, al tiempo que enmarca el desarrollo de los movimientos sociales antisist&eacute;micos en per&iacute;odos de tiempo de muy larga, larga y mediana duraci&oacute;n. Por &uacute;ltimo, del movimiento zapatista que toma como referente paradigm&aacute;tico, que asume central al momento de reconocer los diversos movimientos sociales ind&iacute;genas y no ind&iacute;genas realmente antisist&eacute;micos.</p> <p>Es sobre la base te&oacute;rica anteriormente descrita que Carlos Aguirre despliega un balance de los movimientos sociales antisist&eacute;micos presentes en Am&eacute;rica Latina. Se refiere a movimientos urbanos como lo son el movimiento piquetero en Argentina, cierto sector del Barrio 23 de Enero de Caracas, otros movimientos campesinos como las bases del Movimiento Sin Tierra de Brasil, parte de los paros agrarios y campesinos en Colombia, junto a movimientos ind&iacute;genas tales como el movimiento zapatista en M&eacute;xico, el movimiento mapuche en Chile, el sector amaz&oacute;nico de la CONAIE en Ecuador o el movimiento ind&iacute;gena del Cauca en Colombia, entre otros.</p> <p>El libro se divide en dos cap&iacute;tulos. En el primero, El mapa de los movimientos antisist&eacute;micos de Am&eacute;rica Latina, Carlos Aguirre sostiene la presencia de tres actores importantes en Am&eacute;rica Latina: la derecha que defiende el neoliberalismo, los movimientos sociales antisist&eacute;micos y anticapitalistas junto a las nuevas izquierdas vinculadas a ellos y los gobiernos progresistas. De esto deriva un permanente conflicto entre las burgues&iacute;as transcionales y burgues&iacute;as nacionales de cada pa&iacute;s de Am&eacute;rica Latina, que adem&aacute;s de sostener la inestabilidad en la regi&oacute;n, permite que las clases populares se aparten paulatinamente de la pol&iacute;tica sist&eacute;mica, dejando de concebir al Estado como medio de alcanzar sus metas y optando por proyectos genuinamente revolucionarios.</p> <p>Tras revisar los perfiles que hacen a los movimientos sociales realmente antisist&eacute;micos, pasamos al segundo cap&iacute;tulo, La cuesti&oacute;n ind&iacute;gena y los movimientos ind&iacute;genas en M&eacute;xico y en Am&eacute;rica Latina. Aqu&iacute; Carlos Aguirre se refiere a la especificidad ind&iacute;gena presente en numerosas organizaciones de Am&eacute;rica Latina, comenzando por el movimiento zapatista y su &uacute;ltima iniciativa: la candidatura presidencial de una mujer ind&iacute;gena, Marichuy. Nos hallamos ante una propuesta realmente anticapitalista y antisist&eacute;mica, m&aacute;s amplia inclusive, que la desarrollada durante la Otra Campa&ntilde;a a&ntilde;os atr&aacute;s. Por otro lado, la candidatura ind&iacute;gena es tambi&eacute;n sintom&aacute;tica de las mutaciones desencadenas en los movimientos sociales ind&iacute;genas y no ind&iacute;genas a partir de la Revoluci&oacute;n Cultural Mundial de 1968, un momento de crisis donde Carlos Aguirre reconoce al menos cinco curvas evolutivas de muy larga, larga o mediana duraci&oacute;n seg&uacute;n cada caso, que han configurado no s&oacute;lo al EZLN, sino que a los diversos movimientos sociales realmente anticapitalistas y antisist&eacute;micos contempor&aacute;neos.</p> <p>Por &uacute;ltimo, Carlos Aguirre plantea que la cuesti&oacute;n ind&iacute;gena ha seguido tres posicionamientos desde la Revoluci&oacute;n Cultural Mundial de 1968. El primero es un indigenismo reformulado desde arriba, el segundo es el indigenismo fundamentalista, y el tercero reivindica una herencia ind&iacute;gena al tiempo que incorpora la tradici&oacute;n cr&iacute;tica de Europa o de cualquier parte del mundo. &iquest;Son los movimientos sociales realmente anticapitalistas y antisist&eacute;micos, ind&iacute;genas y no ind&iacute;genas, los que junto a las nuevas izquierdas afines a ellos, se encuentran realizando actualmente de manera creadora y rebelde el m&aacute;s universal proyecto de una nueva modernidad para la humanidad? Es algo que descubriremos en las p&aacute;ginas de Movimientos antisist&eacute;micos y cuesti&oacute;n ind&iacute;gena en Am&eacute;rica Latina. Una visi&oacute;n desde la larga duraci&oacute;n hist&oacute;rica.</p>
  • <p><font size="2" face="Verdana">El r&eacute;gimen de brutal violencia que asola M&eacute;xico pa&not;rece haberse consolidado m&aacute;s all&aacute; de erupciones puntuales, m&aacute;s o menos espectaculares, m&aacute;s o menos mediatizadas. Tras una d&eacute;cada de &laquo;guerra contra el narco&raquo;, hablar de &laquo;fracaso&raquo; resulta vano y equ&iacute;voco, cobijando adem&aacute;s el trampantojo de la inevitable inferioridad de la pol&iacute;tica frente al poder del mer&not;cado. Pero &iquest;acaso est&aacute;n separados? La pol&iacute;tica &mdash;la guerra&mdash; crea nuevos mercados y reestructura los existentes. La guerra contra el narco y los mercados de drogas ilegales se presentan como hermanos siameses; las drogas ilegales y la guerra contra ellas componen el eje de un mismo sistema, de una misma econom&iacute;a, de una forma social no solo pavorosa sino estable, y aderezada con altas dosis de producci&oacute;n de terror y muerte. Esta obra, entre la cr&oacute;nica y el ensayo, representa tambi&eacute;n un respetuoso homenaje a los y las periodistas mexicanos que desempe&ntilde;an su trabajo aun a riesgo de sus vidas y a quienes han muerto, v&iacute;ctimas de esta guerra. <br /> </font></p>
  • <p>La alimentaci&oacute;n y las diferentes maneras de comer se han vuelto un tema de especial relevancia en los &uacute;ltimos a&ntilde;os, particularmente el cambio alimentario y sus posibles implicaciones sociales, culturales, econ&oacute;micas y de salud. En el M&eacute;xico contempor&aacute;neo, el an&aacute;lisis de los sistemas alimentarios es una v&iacute;a para entender c&oacute;mo la globalizaci&oacute;n se inserta en todos los &aacute;mbitos de la vida social y se manifiesta a trav&eacute;s de distintas problem&aacute;ticas que impactan en todos los &aacute;mbitos de la alimentaci&oacute;n. En este libro se presentan algunos ejemplos para explicar las implicaciones y los alcances de la modernidad alimentaria en diferentes &aacute;mbitos: desde las pol&iacute;ticas p&uacute;blicas para garantizar la comida a todos los sectores de la poblaci&oacute;n, hasta las interacciones sociales a la hora de comer en casa, en la calle, o la gastronom&iacute;a para el turismo. A lo largo del texto, el lector descubrir&aacute; c&oacute;mo la modernizaci&oacute;n y la globalizaci&oacute;n se expresan localmente de manera diferente y con relaciones jer&aacute;rquicas entre s&iacute;.</p>
  • <p>Este libro no es neutral. Como dice Howard Zinn nadie puede ser neutral en este tren que est&aacute; en marcha y en el que nos hemos embarcado. En medio de la aberraci&oacute;n imperialista que trata de acumular las riquezas del mundo sin importarle el exterminio de la humanidad, est&aacute;n surgiendo puntos luminosos de vida que se defienden de la agresi&oacute;n, que se resisten al sometimiento, que buscan nuevos caminos y nuevas formas de organizarse m&aacute;s libres, m&aacute;s justas, m&aacute;s creadoras. Son como antorchas que avisan al desorientado caminante de la sociedad del consumo, de que no est&aacute; solo, de que reaccionar es posible y unirse necesario. Una de esas antorchas, la m&aacute;s resplandeciente en estos momentos, es Venezuela. Algo sorprendente y esperanzador est&aacute; ocurriendo all&iacute; y hacia all&iacute; miramos. Intelectuales, artistas, personas sensibles que desean cambiar esta sociedad tan insatisfactoria se han expresado a su manera y una selecci&oacute;n de sus opiniones es la que publicamos ahora. Miradas distintas, desde &aacute;ngulos opuestos, desde &oacute;pticas muy diferentes, pero que confluyen todas en el mismo punto: esa incipiente y arrolladora revoluci&oacute;n bolivariana. Insisto, no es un libro neutral. Se decanta por el fabuloso movimiento popular que ha despertado y las m&uacute;ltiples y originales experiencias y transformaciones que est&aacute; llevando a cabo. Un libro, en fin, que se decanta por la vida y la solidaridad.</p>
  • <p><font size="2" face="Arial"><font color="#000000">El 1910 esclatava a M&egrave;xic la revoluci&oacute;. El desencadenant era la situaci&oacute; d&rsquo;extrema mis&egrave;ria deguda al latifundisme, a l&rsquo;explotaci&oacute; estrangera dels recursos naturals i a la repressi&oacute; pol&iacute;tica del govern de Porfirio D&iacute;az.<br /> <br /> Pascual Orozco, Emiliano Zapata i Pancho Villa eren els dirigents m&eacute;s populars de la revoluci&oacute;. Encara avui el crit de &laquo;Zapata vive, la lucha sigue&raquo; presideix revoltes com la del poble ind&iacute;gena de Chiapas.<br /> <br /> John Reed, periodista nord-americ&agrave;, va anar a M&egrave;xic a valorar la destrucci&oacute; causada per la intervenci&oacute; dels EUA i con&egrave;ixer l&rsquo;entramat de la revoluci&oacute;. Les seves cr&ograve;niques, escrites amb un estil literari que contrastaven amb el periodisme fet fins llavors, ofereixen una profunda visi&oacute; de les causes de la transformaci&oacute; social que s&rsquo;hi produ&iuml;a, i descriuen els dirigents de la revoluci&oacute; amb una humanitat, uns detalls psicol&ograve;gics i una precisi&oacute; que nom&eacute;s era possible de fer amb una estreta conviv&egrave;ncia amb els revoltats. <em>M&egrave;xic insurgent</em> &eacute;s el primer reportatge de la hist&ograve;ria sobre la pol&iacute;tica intervencionista dels EUA i la defensa del leg&iacute;tim dret dels mexicans a fer la seva revoluci&oacute; sense inger&egrave;ncies.</font></font></p>
  • <p><em>Mec&aacute;nica de la Escritura</em> contiene la materia prima que Manuel Rojas (1896, Argentina &ndash; 1973, Chile) utiliz&oacute; en las clases que imparti&oacute; por diversos pa&iacute;ses de Hispanoam&eacute;rica. Un texto mecanografiado de 97 p&aacute;ginas, todas numeradas de su pu&ntilde;o y letra que el escritor proyectara en 1952. Una trayectoria docente que se inicia luego de la publicaci&oacute;n de su tercera novela, <em>Hijo de ladr&oacute;n</em> (1951), cuando recorre pa&iacute;ses como Colombia, Panam&aacute;, Puerto Rico y Estados Unidos dictando conferencias. Ese mismo a&ntilde;o es nombrado director de los Anales de la Universidad de Chile y, luego de un viaje a Cuba junto Enrique Espinoza &mdash;fundador de la revista Babel&mdash;, comienza a dar clases en la reci&eacute;n creada Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile.</p> <p>Algunos a&ntilde;os despu&eacute;s, su labor docente da un giro a su vida en 1959 al impartir un curso en Middlebury College de Estados Unidos, momento en que decide extender su estad&iacute;a hasta 1963 dictando clases como fellow professor por diversas universidades del pa&iacute;s del norte como Washington, California, Davies, Berkeley, Riverside y Oreg&oacute;n.</p> <p><em>Mec&aacute;nica de la Escritura</em> re&uacute;ne por primera vez los apuntes de las clases de un renovador de la literatura chilena; y un nombre ineludible de las letras hispanoamericanas del siglo XX. Esta edici&oacute;n incluye adem&aacute;s una plaqueta con el texto &iacute;ntegro &ldquo;La creaci&oacute;n en el trabajo&rdquo; de 1937, un ensayo germinal en el que Rojas expon&iacute;a ya entonces las tensiones ideol&oacute;gicas y est&eacute;ticas del oficio; las que, impl&iacute;citamente, tambi&eacute;n cruzan este manual.</p>
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