Migraciones y racismo

  • <p>&laquo;Aspaldian ezagutu nuen Assata Shakur Habanan, Autobiografia bat lehenengoz argitaratu eta urte batzuetara. Ez zen prentsa amerikanoan marrazten zen munstroa, baizik Ameriketako Estatu Batuetan nagusi zen arrazismoaren aurka beste asko bezala altxatu zen emakume normal bat. Protesta politikoaren aurka Estatuak erabiltzen zuen errepresio gogorragatik, militantzia armatua aukeratu behar izan zuena, nahiz eta jakin konfrontazio armatuaren bidez ez zutela irabazteko ezelango aukerarik&raquo;. <br /> &mdash;Joseba Sarrionandia</p> <p>&laquo;Assata Shakur guztioi mintzo zaigu, eta, bereziki, espetxe-sare global gero eta handiagoan bahituta zaudetenei. Optimismoak gure hiztegi politikoan atzera egin duen honetan, opari ordainezinak ematen dizkigu: inspirazioa eta itxaropena&raquo;. <br /> &mdash;Angela Davis</p>
  • <p>Ninguna frontera es una simple l&iacute;nea, una barrera. En el caso del Mediterr&aacute;neo, que une y separa Europa, &Aacute;frica y Asia, esto es a&uacute;n m&aacute;s cierto. La zona fronteriza es una masa de agua con una tremenda carga de historias de sometimiento, de trabajo forzado, de violencia, pero tambi&eacute;n de resistencia, de fuga, de emancipaci&oacute;n. Mediterr&aacute;neo negro es el enfoque compartido por las activistas y acad&eacute;micas que contribuyen a este volumen desde distintas disciplinas: geograf&iacute;a, teor&iacute;a pol&iacute;tica, sociolog&iacute;a y estudios culturales. El desaf&iacute;o al que nos invitan consiste en repensar el &aacute;rea mediterr&aacute;nea como un espacio de producci&oacute;n racializada de fronteras, cuerpos y ciudadan&iacute;a inserto en los circuitos globales de acumulaci&oacute;n capitalista.</p> <p>El marco Mediterr&aacute;neo negro es cualquier cosa menos una frivolidad acad&eacute;mica. Al contrario, es un esfuerzo coral, coordinado y pol&iacute;ticamente orientado, que viene a intervenir en un campo de batalla bastante concurrido. En la actualidad compiten por el relato y la historia de las fronteras de Europa varias propuestas con agendas distintas. <em>Mediterr&aacute;neo negro</em> se opone frontalmente tanto a los populismos racistas de derechas como a las llamadas m&aacute;s amables al cierre de fronteras por parte de la socialdemocracia nativista y cierto chovinismo del bienestar. Su apuesta es radical: ir m&aacute;s all&aacute; del paradigma de la acogida y no conformarse con menos que la abolici&oacute;n, tanto de las fronteras como de todas las instituciones al servicio del capitalismo racial y sus din&aacute;micas de exclusi&oacute;n e inclusi&oacute;n diferenciada, que mantienen bajo control los costes salariales y el conflicto social.</p> <p>En suma, este libro impugna los t&eacute;rminos del debate sobre las migraciones en plena crisis de las clases medias europeas. La tarea, de la que est&aacute; casi todo por hacer, consiste en encontrar conexiones entre el empobrecimiento acelerado de quienes ya viven en el continente y la situaci&oacute;n desesperada de quienes acaban de llegar. La creaci&oacute;n de alianzas, comunidades de lucha, deseo y apoyo mutuo es la oportunidad a la que apuntan estas p&aacute;ginas.</p>
  • <p>Llegaron desde Palestina en los a&ntilde;os sesenta, se organizaron en torno a la Uni&oacute;n de Estudiantes Palestinos, aportaron una narrativa diferente de la que hab&iacute;a impuesto el relato sionista y fundaron la Comunidad Palestina de Catalu&ntilde;a. A&ntilde;os despu&eacute;s, crearon lo que hoy conocemos como Movimiento de Solidaridad con Palestina de Catalu&ntilde;a.</p> <p>Ellos son activistas, en gran medida mujeres, colectivos y organizaciones que, desde el internacionalismo, la no violencia y el feminismo, trabajan con el objetivo com&uacute;n de defender los derechos humanos y la libertad del pueblo palestino. Este libro ha sido redactado a partir de los testimonios de las personas que han formado y son parte de ese movimiento en Catalu&ntilde;a para poner en valor su compromiso pol&iacute;tico, sus ilusiones y explicar c&oacute;mo el &ldquo;largo camino hacia la libertad&rdquo; del pueblo palestino, igual que a&ntilde;os atr&aacute;s lo fue la lucha contra el apartheid en Sud&aacute;frica, es una de las cuestiones clave para combatir el racismo a escala global.</p>
  • <p>Sarah y Angelina, dos patricias del sur profundo estadounidense originarias de Charleston, renegaron de su patria y del destino que el capitalismo esclavista les ten&iacute;a reservado. La capacidad para comprender su posici&oacute;n de clase privilegiada, al tiempo que atrozmente opresora, les hizo escapar de la tela de ara&ntilde;a que la econom&iacute;a de las plantaciones llevaba siglos tejiendo a base de destrozar cuerpos y mentes.</p> <p>Su itinerario vital las llevar&iacute;a a convertirse en lideresas abolicionistas, primero, y en precursoras del feminismo m&aacute;s tarde. Convirtieron su severa formaci&oacute;n religiosa en combustible ideol&oacute;gico para la transformaci&oacute;n social. Su apuesta sin concesiones las llev&oacute; a ingresar en un cuaquerismo del que ser&iacute;an expulsadas; su pasi&oacute;n por la igualdad las convirti&oacute; en profesoras de escuelas libres; su b&uacute;squeda de la libertad las condujo a falansterios. Escribieron manifiestos y ensayos capitales para la emancipaci&oacute;n de las mujeres sepultados por la historeograf&iacute;a masculina. Fueron oradoras deslumbrantes ante auditorios multitudinarios, ridiculizadas por la prensa. Su elocuencia y astucia legendarias les hizo salir airosas de disputas con c&uacute;pulas eclesi&aacute;ticas, antiesclavistas contemporizadores y &eacute;lites patriarcales. En una sociedad puritana, machista y racista, hicieron a&ntilde;icos las convenciones sociales, la pol&iacute;tica de las medias tintas y la subalternidad de la mujer.</p> <p>Vivieron austeramente, siempre con la pobreza rondando, pero disfrutaron de la vida con una clarividencia y determinaci&oacute;n que, todav&iacute;a hoy, resultan deslumbrantes. Y ello, a pesar de ser plenamente conscientes del tiempo hist&oacute;rico en el que estaban atrapadas. Su epopeya, guiada por una voluntad f&eacute;rrea, es la de quienes lo quieren todo y, gracias a ello, fuerzan los l&iacute;mites de lo posible.</p>
  • <p>&laquo;Como si me da&ntilde;ara el dar a los otros las mismas oportunidades y derechos de que gozo &ndash; como si no fuera indispensable para mis propios derechos el que otros los posean&raquo; - Walt Whitman</p> <p>Han pasado m&aacute;s de seis a&ntilde;os desde que la Plataforma Ciudadana Ongi Etorri Errefuxiatuak (Bienvenidos Refugiados) inici&oacute; su andadura en la lucha por los derechos de las personas refugiadas. Este libro recoge una parte del proceso de construcci&oacute;n de esta Plataforma, el af&aacute;n por contribuir a un gran movimiento social, del alcance de los movimientos feminista, ecologista, antirracista y contra las guerras, actuando de manera articulada con ellos. Un movimiento social en el que se reconozcan los miles de asociaciones y colectivos que hoy luchan por los derechos de las personas migradas. Un movimiento social necesario para hacer frente al reto civilizatorio de una sociedad que condena a la exclusi&oacute;n a millones de personas en todo el mundo.</p> <p>Los textos recopilados en este libro nos hablan de cuestiones comunes a todos los movimientos sociales y organizaciones que los sostienen: el asentamiento de una base ideol&oacute;gica entendida como un proceso en construcci&oacute;n sustentado en la pr&aacute;ctica, la convivencia de pensamientos y modos de hacer diferentes, sobre la necesaria amplitud del movimiento acorde a la envergadura de su objetivo y sobre la necesidad de tener estructuras eficaces basadas en la autoorganizaci&oacute;n y la autonom&iacute;a para que todas las pr&aacute;cticas tengan su espacio.</p>
  • <p>&laquo;Los libros de Eduardo Romero son un g&eacute;nero &uacute;nico: comprometidos, humanos, desde el margen. Es un alquimista de la literatura de lo real. Ahora iba a por carb&oacute;n y ha sacado oro. Una gran historia&raquo;.&mdash;Paco Cerd&agrave;.</p> <p>&laquo;Y es que la raz&oacute;n occidental se r&iacute;e de las creencias de indios y negros. &iquest;C&oacute;mo va a ser la monta&ntilde;a un dios? Hag&aacute;mosle un agujero y saquemos ese puto carb&oacute;n&raquo;.</p> <p><em>&iquest;C&oacute;mo va a ser la monta&ntilde;a un dios?</em> es un viaje de ida y vuelta por dos universos separados por miles de kil&oacute;metros, pero interconectados por varios hilos: el carb&oacute;n y la miner&iacute;a, el capital y su log&iacute;stica portuaria, la migraci&oacute;n y el exilio.</p> <p>Eduardo Romero traza un puente entre Asturias y Colombia, y nos hace part&iacute;cipes de una historia real &mdash;maravillosamente contada&mdash; en la que el &laquo;azar global&raquo; conecta el destino com&uacute;n de los de abajo.</p>
  • <p>Harry Haywood fue una de las figuras m&aacute;s influyentes entre los pensadores, escritores, organizadores y activistas que ayudaron a hacer que el mundo fuera consciente del racismo virulento que mancha nuestras sociedades.</p> <p><i>Bolchevique Negro</i> es la autobiograf&iacute;a de Harry Haywood (Omaha del Sur, Nebraska, 1898-1985), uno de los comunistas afroamericanos m&aacute;s destacados del siglo xx. Hijo de una familia humilde de exesclavos del sur de Estados Unidos, narra su temprana politizaci&oacute;n en movimientos secretos y radicales como la Hermandad de la Sangre Africana, haciendo frente a pol&iacute;ticas segregacionistas, persecuciones y linchamientos sistem&aacute;ticos contra la poblaci&oacute;n negra. Militante del Partido Comunista desde 1925, comparte aspectos de su formaci&oacute;n pol&iacute;tica en la URSS, donde fue pionero de la teor&iacute;a del &laquo;colonialismo interno&raquo;, proponiendo una lucha por la liberaci&oacute;n y autodeterminaci&oacute;n de la poblaci&oacute;n negra en el sur de Estados Unidos. Tambi&eacute;n desarrolla pasajes de su participaci&oacute;n en acontecimientos clave del siglo, como la Primera y Segunda Guerra Mundial o la guerra civil espa&ntilde;ola, as&iacute; como sus actividades de organizaci&oacute;n en el movimiento obrero afroamericano y sus debates con el movimiento Black Power en la d&eacute;cada de los a&ntilde;os sesenta.</p> <p>Este volumen incluye una selecci&oacute;n de otros art&iacute;culos donde Haywood desarrolla la teor&iacute;a del colonialismo interno desde la d&eacute;cada de los a&ntilde;os veinte, enfatizando la importancia de atender el fen&oacute;meno de la sobreexpotaci&oacute;n y la divisi&oacute;n racial del trabajo para una comprensi&oacute;n m&aacute;s integral del capitalismo. Sus reflexiones forman parte importante de la amplia tradici&oacute;n de los marxismos negros y los marxismos del Sur, desarrollando an&aacute;lisis no-euroc&eacute;ntricos y descolonizadores de la cr&iacute;tica marxista a la econom&iacute;a pol&iacute;tica.</p>
  • <p>Personas negras los hay en todos los pa&iacute;ses, integrantes de todas las religiones y de todos los niveles de las jerarqu&iacute;as sociales. &iquest;Se puede, pues, decir &laquo;los negros&raquo; como si fueran un conglomerado de individuos todos id&eacute;nticos? Despu&eacute;s de haber pagado con millones de vidas el delito de ser negras, siguen encerradas en una prisi&oacute;n identitaria. &iquest;Qu&eacute; identidad puede reclamar alguien cuando es &laquo;negro&raquo; y se llama Toussaint Louverture, Ahmad Baba, Behanzin, Malcolm X, Elijah Muhammad, Aim&eacute; C&eacute;saire, Cheikh Anta Diop, Edson Arantes do Nascimento, m&aacute;s conocido como Pel&eacute;? &iquest;Tienen derecho aquellos a los que seguimos llamando &laquo;hombres de color&raquo;, &laquo;n&egrave;gres&raquo;, &laquo;negros&raquo;, &laquo;blacks&raquo; a un reconocimiento que no sea el asociado a la marca som&aacute;tica?</p> <p>Bassidiki Coulibaly reflexiona sobre la fabricaci&oacute;n de la identidad, tanto negra como blanca. La &laquo;cuesti&oacute;n negra&raquo; o el &laquo;problema negro&raquo; es &mdash;nos dice&mdash;, tambi&eacute;n una cuesti&oacute;n &laquo;no negra&raquo;, un problema blanco, &aacute;rabe, amarillo&hellip; O sea, una cuesti&oacute;n de la humanidad misma. El crimen de ser negro constituye un estudio asequible y altamente provocativo, que busca desenredar nuestra interpretaci&oacute;n de las ideas racistas y de las fuerzas que las producen.</p>
  • <p>Nuestra sociedad es la r&eacute;plica de un barco negrero, aquellos nav&iacute;os l&uacute;gubres donde las personas viajaban estratificadas en distintos niveles. Los africanos permanec&iacute;an encadenados en la bodega h&uacute;meda y oscura, mientras los esclavistas europeos hac&iacute;an su vida en la cubierta superior, al aire libre. Sin embargo, aunque ten&iacute;an experiencias vitales radicalmente distintas, todos viajaban a bordo del mismo buque de muerte.</p> <p>Hay un antirracismo que solo pide acceder a la cubierta superior del barco. Y hay otro, el que defiende Emma Dabiri, que busca la emancipaci&oacute;n, orillando los planteamientos identitarios y apostando por el apoyo mutuo y las alianzas horizontales. <em>&iquest;Qu&eacute; hacer ahora con el racismo blanco?</em> interpela a la &laquo;blanquitud&raquo; de manera directa, con un relato sobre las claves hist&oacute;ricas que la componen, los privilegios que sustenta, y las din&aacute;micas de poder que la constituyen. Porque la cuesti&oacute;n es c&oacute;mo hacer astillas el barco.</p>
  • <p>El lenguaje oficial sobre la igualdad de g&eacute;nero es un repertorio de violencia: acoso, violaci&oacute;n, abuso, feminicidio. Estas palabras designan una cruel realidad, pero &iquest;no ocultan otra realidad, la de la violencia cometida con la complicidad del Estado?</p> <p>En este libro, Fran&ccedil;oise Verg&egrave;s denuncia el giro de la seguridad en la lucha contra el sexismo. Al centrarse en los &laquo;hombres violentos&raquo;, no se cuestionan las fuentes de esta violencia. No hay duda, el capitalismo racial, el populismo ultraconservador, el aplastamiento del Sur por las guerras y el saqueo imperialista, los millones de exiliados o la escalada carcelaria ponen las masculinidades al servicio de una pol&iacute;tica de muerte. Verg&egrave;s nos insta a rechazar la obsesi&oacute;n punitiva del Estado en favor de la justicia reparadora.</p> <p>Una comprensi&oacute;n decolonial y feminista de la violencia nunca ha sido tan obligatoria como hoy para imaginar futuros de liberaci&oacute;n.</p> <p>&laquo;En este contundente desaf&iacute;o decolonial al feminismo carcelario, Francoise Verg&egrave;s aclara por qu&eacute; es necesario un enfoque estructural de la violencia. Si queremos entender c&oacute;mo el capitalismo racial est&aacute; vinculado a la proliferaci&oacute;n de la violencia &iacute;ntima y estatal dirigida a las mujeres y a las personas que no se ajustan al g&eacute;nero no debemos dejar de leer este oportuno an&aacute;lisis&raquo;. &mdash;Angela Y. Davis (University of California) <br /> &laquo;Fran&ccedil;oise Verg&egrave;s ofrece una impresionante reflexi&oacute;n sobre la banalizaci&oacute;n de la agresi&oacute;n. Violencia sexista, sexual y racial. M&aacute;s que una realidad: un sistema&raquo;. Cl&eacute;ment Arbrun, Terrafemina &laquo;La escritura incandescente de Verg&egrave;s arroja luz sobre las desigualdades globales, los brutales sistemas carcelarios, la militarizaci&oacute;n sin l&iacute;mites y las ideolog&iacute;as punitivas que dan forma a las intimidades violentas&raquo;. &mdash;Laleh Khalili (Queen Mary University of London) <br /> &laquo;Una llamada a unirse a la urgente labor feminista decolonial de repensar las pr&aacute;cticas de la (llamada) protecci&oacute;n fuera de las l&oacute;gicas de la violencia. Tenemos la capacidad, insiste Verg&egrave;s, de promulgar una sociedad posviolenta, de hacer realidad otro mundo&raquo;. &mdash;Christina Sharpe (York University) <br /> &laquo;Una hoja de ruta de imaginarios emancipatorios radicales para dar forma a un cambio social y pol&iacute;tico urgente. Los argumentos de Verg&egrave;s surgen de la base, de la experiencia vivida de la disidencia, la acci&oacute;n y la movilizaci&oacute;n contra las heridas y los da&ntilde;os infligidos por el capitalismo extractivo en todo el mundo&raquo;. &mdash;Rasha Salti (comisaria de arte y cine)</p>
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