Las memorias que tiene el lector entre sus manos fueron en su día rescatadas del fuego y, en consecuencia, del olvido. Representan, a partes iguales, la voluntad premeditada de difundir una experiencia y, a la vez, una condensación de inquietudes que su autor a veces no pudo gestionar. Su vigencia, sin embargo, explica el interés de esta edición por sacar a la luz la vida de un incansable personaje de acción; un idealista, como él mismo se llegó a definir, cuyo objetivo fue siempre la lucha por la dignidad humana. Su testimonio es incisivo y problemático, pero históricamente elocuente y relevante. Algunas vidas parecen ser concebidas para estar en los lugares clave en los momentos propicios; esa es la percepción que nos acompañará a lo largo de toda la lectura. Tòfol Pons encarna la figura del isleño que se desvinculó de los tópicos costumbristas y exóticos para convertirse en un referente distinto que nos recuerda que existió también otra Isla. Su mundo fue, como el nuestro, un escenario susceptible de ser problematizado y deconstruido; su experiencia nos ofrece la posibilidad de actualizar el pasado y tensionar nuestra historia.