Editorial: Octaedro

ISBN: 9788499214344

92 págs.

Carta a mis hijos y a los hijos del mundo por venir

He percibido –no solo en mis hijos y nietos, sino también en un creciente número de jóvenes– ese nuevo aliento que anima la voluntad de instaurar verdaderos valores humanos (solidaridad, creatividad, generosidad, saber, reinvención del amor, alianza con la naturaleza, atracción festiva por la vida), rompiendo con los valores patriarcales (autoridad, sacrificio, trabajo, culpabilidad, servilismo, clientelismo, contención y descarga de las emociones), esencialmente centrados en la predación, el dinero, el poder y esa separación de uno consigo mismo de donde proceden el miedo, el odio y el desprecio del otro.

A pesar de los medios de comunicación que se aplican en ignorarlo, una sociedad viviente se construye clandestinamente bajo la barbarie y las ruinas del Viejo Mundo. Resulta útil mostrar de qué modo se manifiesta y cómo progresará.

9,80

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Categorías: Filosofia

 
Raoul Vaneigem. Bélgica obrera de posguerra. En 1956 se licenció en filología romana en la Universidad libre de Bruselas, para luego ejercer como profesor de literatura en la «École normale» de Nivelles hasta 1964 (posteriormente lo sería en otros centros y trabajaría como redactor para diversas publicaciones). En 1961 entró en contacto con Kottany, Bernstein y Debord, integrándose en la Internacional Situacionista, colaborando en su revista e iniciando, con su obra Trivialidades de base (1962), una actividad teórica y crítica. En 1967 publica Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones, al tiempo que Guy Debord publica La sociedad del espectáculo y Mustapha Khayati De la misère en milieu étudiant, obras que pronto se convirtieron en los elementos teórico-políticos que articularon la mirada del 68 parisino. Vaneigem pasó a ser uno de los principales inspiradores de una corriente que rompía con los moldes de la izquierda proletaria y ponía en primer término la necesidad de componer una nueva forma de vida alejada de la espectacular primacía de lo económico y que permitiera el desarrollo libre de la individualidad y la organización de una forma de cooperación social sustentada en la autonomía y en la autogesión generalizada. Por desacuerdos con Debord, abandonó la organización en noviembre de 1970. Es autor de un gran número de obras, como Trivialidades de base (1962); Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones (1967); Para la revolución (Terrorismo o revolución) junto a Ernest Coerderoy (1972); El libro de los placeres (1979); Aviso a los vivos sobre la muerte que los gobierna y la oportunidad de deshacerse de ella (1990); Les Hérésies (1994); Aviso a escolares y estudiantes (1995); Nous qui désirons sans fin (1996); Por una internacional del género humano (1999); De l'inhumanité de la religión (2000) o Déclaration universelle des droits de l'être humain, De la souveraineté de la vie comme dépassement des droits de l'homme (2001). Actualmente vive retirado en la campiña belga donde nació.
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Carta a mis hijos y a los hijos del mundo por venir

9,80

He percibido –no solo en mis hijos y nietos, sino también en un creciente número de jóvenes– ese nuevo aliento que anima la voluntad de instaurar verdaderos valores humanos (solidaridad, creatividad, generosidad, saber, reinvención del amor, alianza con la naturaleza, atracción festiva por la vida), rompiendo con los valores patriarcales (autoridad, sacrificio, trabajo, culpabilidad, servilismo, clientelismo, contención y descarga de las emociones), esencialmente centrados en la predación, el dinero, el poder y esa separación de uno consigo mismo de donde proceden el miedo, el odio y el desprecio del otro.

A pesar de los medios de comunicación que se aplican en ignorarlo, una sociedad viviente se construye clandestinamente bajo la barbarie y las ruinas del Viejo Mundo. Resulta útil mostrar de qué modo se manifiesta y cómo progresará.

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ISBN: 9788499214344

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Raoul Vaneigem. Bélgica obrera de posguerra. En 1956 se licenció en filología romana en la Universidad libre de Bruselas, para luego ejercer como profesor de literatura en la «École normale» de Nivelles hasta 1964 (posteriormente lo sería en otros centros y trabajaría como redactor para diversas publicaciones). En 1961 entró en contacto con Kottany, Bernstein y Debord, integrándose en la Internacional Situacionista, colaborando en su revista e iniciando, con su obra Trivialidades de base (1962), una actividad teórica y crítica. En 1967 publica Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones, al tiempo que Guy Debord publica La sociedad del espectáculo y Mustapha Khayati De la misère en milieu étudiant, obras que pronto se convirtieron en los elementos teórico-políticos que articularon la mirada del 68 parisino. Vaneigem pasó a ser uno de los principales inspiradores de una corriente que rompía con los moldes de la izquierda proletaria y ponía en primer término la necesidad de componer una nueva forma de vida alejada de la espectacular primacía de lo económico y que permitiera el desarrollo libre de la individualidad y la organización de una forma de cooperación social sustentada en la autonomía y en la autogesión generalizada. Por desacuerdos con Debord, abandonó la organización en noviembre de 1970. Es autor de un gran número de obras, como Trivialidades de base (1962); Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones (1967); Para la revolución (Terrorismo o revolución) junto a Ernest Coerderoy (1972); El libro de los placeres (1979); Aviso a los vivos sobre la muerte que los gobierna y la oportunidad de deshacerse de ella (1990); Les Hérésies (1994); Aviso a escolares y estudiantes (1995); Nous qui désirons sans fin (1996); Por una internacional del género humano (1999); De l'inhumanité de la religión (2000) o Déclaration universelle des droits de l'être humain, De la souveraineté de la vie comme dépassement des droits de l'homme (2001). Actualmente vive retirado en la campiña belga donde nació.
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