ISBN: 9788472908574

328 págs.

Entre España y Palestina

Revisión crítica de unas relaciones

Durante los dos siglos de relaciones entre España y Palestina esta última he estado encerrada en el papel de víctima: víctima de haber albergado una ciudad que es santa para tres religiones, víctima de la codicia colonialista (el mandato británico no dejó de ser una cololia casi sin disfraz), víctima de un pueblo extranjero que se identifica por una religión y que se pretende —prácticamente lo que ha conseguido— heredero de un estado que, con mucha benevolencia, dejó de existir hace dos mil años.
Para España, encerrada a su vez en sus servidumbres internas y exteriores, Palestina solo fue durante mucho tiempo "Tierra Santa". Para el franquismo, en aras de la tradicional amistad con los árabes, pasó a ser una causa para romper el aislamiento del régimen; con la democracia y más aún con el ingreso en la Unión Europea, España continuó con esa política de solidaridad, que era la que dictaban las instancias internacioneles, casi siempre con la misma debilidad y carencia de resultados a pesar de las protestas, que todos admitían que solo tenían un valor retórico.
 

18,00

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Palabras clave: historia de palestina;

 

Entre España y Palestina

Revisión crítica de unas relaciones

18,00

Durante los dos siglos de relaciones entre España y Palestina esta última he estado encerrada en el papel de víctima: víctima de haber albergado una ciudad que es santa para tres religiones, víctima de la codicia colonialista (el mandato británico no dejó de ser una cololia casi sin disfraz), víctima de un pueblo extranjero que se identifica por una religión y que se pretende —prácticamente lo que ha conseguido— heredero de un estado que, con mucha benevolencia, dejó de existir hace dos mil años.
Para España, encerrada a su vez en sus servidumbres internas y exteriores, Palestina solo fue durante mucho tiempo "Tierra Santa". Para el franquismo, en aras de la tradicional amistad con los árabes, pasó a ser una causa para romper el aislamiento del régimen; con la democracia y más aún con el ingreso en la Unión Europea, España continuó con esa política de solidaridad, que era la que dictaban las instancias internacioneles, casi siempre con la misma debilidad y carencia de resultados a pesar de las protestas, que todos admitían que solo tenían un valor retórico.
 

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