Colección: Poesía Necesaria

ISBN: 9788412764994

120 págs.

Año: 2025

Formato: Rústica

Idioma: Castellano

BIC: 1FBP

Gaza: El poema hizo su parte

Desde Gaza nos llega el segundo título de la colección «Poesía necesaria». «Los poemas del genocidio no son el resultado de una experiencia o una visión meramente personal: el dolor es más que nunca colectivo y precisa encontrar en la poesía un cauce de expresión. El poema —dice Rabah en la entrevista que se recoge al final de este volumen— es como la cometa de un niño que ondula en el aire, tiene vida propia y está a merced de lo imponderable».

La obra de Nasser Rabah enraíza en una Gaza que desde hace veinte años está bajo asedio. Él mismo así lo declara. Como declara, en lo literario, su vínculo con la tradición palestina, representada por Mahmud Darwish, y con la tradición árabe en general y la egipcia y un poeta como Amal Dunqul en particular. Rabah es un poeta singular. Así lo han reconocido otros escritores gazatíes más jóvenes, como Mosab Abu Toha, que reivindican su figura y su magisterio. Atrevido, cálido, directo, honesto, Rabah recoge la herencia de los grandes que le han precedido y propone su texto, pone al poema a hablar.
Nasser Rabah es un refugiado. Si bien la condición de refugiado se hereda, a diferencia de la tierra y sus derechos, por los que cada palestino lucha, esta condición conlleva una conciencia existencial y va más allá del estatuto jurídico, bajo el que viven prácticamente la mitad de los palestinos. De ello se derivan dos de las características principales de su poesía: la fuerza objetual de la realidad, que incluye el rechazo de la espectralidad del ser en que se quiere recluir a lo palestino, y el humor como antídoto contra las falsas ilusiones: «El cardiólogo que me trata ya solo me recomienda que deje de escribir el diario de un pueblo muerto». Las escenas de sus poemas rehúyen la retórica, las imágenes son necesarias y la lengua precisa. La perplejidad, las dudas, las contradicciones forman parte de su humanidad, de la visión de alguien que no consigue entender su mundo, Gaza, y se sorprende de ello.
En los poemas de esta antología de las últimas obras de Nasser Rabah, en excelente traducción de Alberto Benjamín López Oliva, los edificios son como las personas, están heridos, muertos, hambrientos, amputados, necesitan una ambulancia; la esperanza es una última pastilla, por más que esté caducada; el jarabe para la tos marca el paso del tiempo; o existe un olor inconfundible, que nadie había identificado antes: el de los estudiantes que han suspendido. Y el poeta, a pesar de las bombas y la aniquilación, prosigue su búsqueda del poema autónomo, universal, que todo poeta pretende, como este extraordinario y no declarado haiku:

12,00

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Categorías: Novedades, Poesía

Palabras clave: Palestina

 

Gaza: El poema hizo su parte

12,00

Desde Gaza nos llega el segundo título de la colección «Poesía necesaria». «Los poemas del genocidio no son el resultado de una experiencia o una visión meramente personal: el dolor es más que nunca colectivo y precisa encontrar en la poesía un cauce de expresión. El poema —dice Rabah en la entrevista que se recoge al final de este volumen— es como la cometa de un niño que ondula en el aire, tiene vida propia y está a merced de lo imponderable».

La obra de Nasser Rabah enraíza en una Gaza que desde hace veinte años está bajo asedio. Él mismo así lo declara. Como declara, en lo literario, su vínculo con la tradición palestina, representada por Mahmud Darwish, y con la tradición árabe en general y la egipcia y un poeta como Amal Dunqul en particular. Rabah es un poeta singular. Así lo han reconocido otros escritores gazatíes más jóvenes, como Mosab Abu Toha, que reivindican su figura y su magisterio. Atrevido, cálido, directo, honesto, Rabah recoge la herencia de los grandes que le han precedido y propone su texto, pone al poema a hablar.
Nasser Rabah es un refugiado. Si bien la condición de refugiado se hereda, a diferencia de la tierra y sus derechos, por los que cada palestino lucha, esta condición conlleva una conciencia existencial y va más allá del estatuto jurídico, bajo el que viven prácticamente la mitad de los palestinos. De ello se derivan dos de las características principales de su poesía: la fuerza objetual de la realidad, que incluye el rechazo de la espectralidad del ser en que se quiere recluir a lo palestino, y el humor como antídoto contra las falsas ilusiones: «El cardiólogo que me trata ya solo me recomienda que deje de escribir el diario de un pueblo muerto». Las escenas de sus poemas rehúyen la retórica, las imágenes son necesarias y la lengua precisa. La perplejidad, las dudas, las contradicciones forman parte de su humanidad, de la visión de alguien que no consigue entender su mundo, Gaza, y se sorprende de ello.
En los poemas de esta antología de las últimas obras de Nasser Rabah, en excelente traducción de Alberto Benjamín López Oliva, los edificios son como las personas, están heridos, muertos, hambrientos, amputados, necesitan una ambulancia; la esperanza es una última pastilla, por más que esté caducada; el jarabe para la tos marca el paso del tiempo; o existe un olor inconfundible, que nadie había identificado antes: el de los estudiantes que han suspendido. Y el poeta, a pesar de las bombas y la aniquilación, prosigue su búsqueda del poema autónomo, universal, que todo poeta pretende, como este extraordinario y no declarado haiku:

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Categorías: Novedades, Poesía

Palabras clave: Palestina

Colección: Poesía Necesaria

ISBN: 9788412764994

120 págs.

Año: 2025

Formato: Rústica

Idioma: Castellano

BIC: 1FBP