Editorial: El Lokal

ISBN: 9788412532036

108 págs.

Lancaster 24

Historia de una brecha abierta en una ciudad de hormigón

Los nuevos okupantes habían tratado de alterar lo menos posible ese lugar, que evocaba los años sesenta del siglo anterior. Allí, en lo que había sido el bar americano Paraíso, habían instalado una biblioteca surtida con novelas y ensayos, y unos sillones despanzurrados. A la barra le habían devuelto su antiguo servicio, porque algunas noches abrían el local para la gente del barrio y despachaban unas cervezas o una infusión. Y leían poesías o hacían música. Pero también el espacio servía de dispensario, una vez a la semana, con un médico de guardia para visitar a quien lo necesitara, casi siempre inmigrantes sin papeles. Algunos de los pisos de las plantas superiores se habían adecentado para servir de vivienda en la que se instalaron unos jovencísimos padres de familia, con dos niños preciosos que jugueteaban por allí, víctimas de los innumerables desahucios.

Un proyecto ambicioso que requería compromiso diario, mucha ilusión, solidaridad y resistencia ante los embates de la “legalidad” a los que seguramente iban a ser sometidos, sin piedad. Porque las leyes son implacables para las personas sin recursos y tolerantes para con los poderosos. Todo esto y más fue por un tiempo esa “brecha en la ciudad de hormigón” que intentaron abrir un grupo de jóvenes en la calle Lancaster 24, y a la que llamaron: CSO Guernika. De ello y de sus historias de vidas, las de ellos y las que allí encontraron abandonadas, se habla en este libro.

5,00

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Lancaster 24

Historia de una brecha abierta en una ciudad de hormigón

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Los nuevos okupantes habían tratado de alterar lo menos posible ese lugar, que evocaba los años sesenta del siglo anterior. Allí, en lo que había sido el bar americano Paraíso, habían instalado una biblioteca surtida con novelas y ensayos, y unos sillones despanzurrados. A la barra le habían devuelto su antiguo servicio, porque algunas noches abrían el local para la gente del barrio y despachaban unas cervezas o una infusión. Y leían poesías o hacían música. Pero también el espacio servía de dispensario, una vez a la semana, con un médico de guardia para visitar a quien lo necesitara, casi siempre inmigrantes sin papeles. Algunos de los pisos de las plantas superiores se habían adecentado para servir de vivienda en la que se instalaron unos jovencísimos padres de familia, con dos niños preciosos que jugueteaban por allí, víctimas de los innumerables desahucios.

Un proyecto ambicioso que requería compromiso diario, mucha ilusión, solidaridad y resistencia ante los embates de la “legalidad” a los que seguramente iban a ser sometidos, sin piedad. Porque las leyes son implacables para las personas sin recursos y tolerantes para con los poderosos. Todo esto y más fue por un tiempo esa “brecha en la ciudad de hormigón” que intentaron abrir un grupo de jóvenes en la calle Lancaster 24, y a la que llamaron: CSO Guernika. De ello y de sus historias de vidas, las de ellos y las que allí encontraron abandonadas, se habla en este libro.

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