Los años 1857-1858 fueron particularmente vibrantes y fecundos en la evolución intelectual de Marx. Fue en la década de 1850 –que arrancó, tras las revoluciones frustradas de 1848, con el exilio y la radicación definitiva de Marx en Londres y en la British Library– cuando profundizó en el estudio de la economía política y cimentó su trayectoria posterior, comenzando por la que a la postre sería su obra más influyente publicada en vida, el libro I de El Capital (1867).

Formadas por borradores, esquemas y apuntes preparatorios inéditos hasta mediado ya el siglo XX, las Líneas fundamentales de la crítica de la economía política o «Grundrisse» se han erigido desde entonces en un elemento clave de las novedosas reinterpretaciones de la obra marxiana.

«Los “Grundrisse” han sido descritos certeramente como el fruto más fecundo del pensamiento de Marx.»
—Eric Hobsbawm

«Uno de los textos más importantes y metodológicamente más ricos –así como de los menos atendidos– de Marx.»
—Stuart Hall

«Los imperativos específicos del capitalismo, su tendencia competitiva hacia la acumulación mediante el incremento de la productividad de la fuerza de trabajo, era algo diferente de la antigua lógica del aprovechamiento de las ganancias comerciales, y los principios del capitalismo no podían encontrarse remontándose a lo largo de toda la historia. Aunque Marx nunca desarrolló por completo estas perspectivas históricas, sus frutos pueden verse en los “Grundrisse”, que contiene su abordaje más sistemático de las sociedades precapitalistas y donde se enfrenta al problema de explicar el paso de las relaciones de propiedad precapitalistas a capitalistas, sin suponer la preexistencia del capitalismo.»
—Ellen Meikins Wood