Editorial: Montesinos

ISBN: 9788495776853

200 págs.

Año: 2004

Formato: Rústica

Idioma: Castellano

Metafísica de cercanías

La metafísica no remite a nada más allá de todo aquello que consituye nuestra vida. El ojo metafísico no mira a lo lejos. Mira a lo que tiene más cerca. Por eso quienes adolecen de presbicia mental no ven nada a través de la metafísica. Y como el espectáculo de este mundo se ha vuelto tan deslumbrante, tan erizado de fogonazos que ciegan los ojos sin iluminar las cosas, por eso hay tanto présbite del espíritu, tanto “pensamiento cansado” incapaz de ver lo que pasa a una distancia igual o menos que la de sus narices. Al présbite mental le queda un recurso de segunda mano para tratar de reconocerse a sí mismo en la película de cada día: la religión. Alguien que le diga desde fuera lo que es y lo que le pasa. En definitiva, un espejo. Pero los espejos, como es bien sabido, invierten la imagen. La metafísica permite verse en el mundo sin inversiones de ningún tipo. Pero requiere mucho más esfuerzo de concentración y no estar cegado por los resplandores de la hoguera de las vanidades. Por eso no vende como el esoterismo, la astrología o la religión prêt-à-prier. Son éstos tiempos de búsqueda afanosa de máximos rendimientos con mínimas inversiones, desde la economía hasta el amor, pasando por la pedagogía. Al animoso lector de este libro no le espera ningún viaje a remotas esferas transmundanas ni se le promete la salvación en una vida de ultratumba. Se le ofrece, simplemente, lo que ya tiene pero que acaso, a fuerza de tenerlo, ha dejado de apreciar: el apasionante ejercicio de pensar; pero no en cualquier cosa, sino en las propias raíces de sus actos de pensamiento, que son el meollo de su vida. ¿Vale la pena? Según el viejo Sócrates lo que no vale la pena, en ningún caso, es una vida no pensada.

14,00

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Categorías: Filosofia

 

Metafísica de cercanías

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La metafísica no remite a nada más allá de todo aquello que consituye nuestra vida. El ojo metafísico no mira a lo lejos. Mira a lo que tiene más cerca. Por eso quienes adolecen de presbicia mental no ven nada a través de la metafísica. Y como el espectáculo de este mundo se ha vuelto tan deslumbrante, tan erizado de fogonazos que ciegan los ojos sin iluminar las cosas, por eso hay tanto présbite del espíritu, tanto “pensamiento cansado” incapaz de ver lo que pasa a una distancia igual o menos que la de sus narices. Al présbite mental le queda un recurso de segunda mano para tratar de reconocerse a sí mismo en la película de cada día: la religión. Alguien que le diga desde fuera lo que es y lo que le pasa. En definitiva, un espejo. Pero los espejos, como es bien sabido, invierten la imagen. La metafísica permite verse en el mundo sin inversiones de ningún tipo. Pero requiere mucho más esfuerzo de concentración y no estar cegado por los resplandores de la hoguera de las vanidades. Por eso no vende como el esoterismo, la astrología o la religión prêt-à-prier. Son éstos tiempos de búsqueda afanosa de máximos rendimientos con mínimas inversiones, desde la economía hasta el amor, pasando por la pedagogía. Al animoso lector de este libro no le espera ningún viaje a remotas esferas transmundanas ni se le promete la salvación en una vida de ultratumba. Se le ofrece, simplemente, lo que ya tiene pero que acaso, a fuerza de tenerlo, ha dejado de apreciar: el apasionante ejercicio de pensar; pero no en cualquier cosa, sino en las propias raíces de sus actos de pensamiento, que son el meollo de su vida. ¿Vale la pena? Según el viejo Sócrates lo que no vale la pena, en ningún caso, es una vida no pensada.

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Editorial: Montesinos

ISBN: 9788495776853

200 págs.

Año: 2004

Formato: Rústica

Idioma: Castellano