Perspectivas democráticas
y otros escritos
El ensayo Perspectivas democráticas, así como el resto de cartas y apuntes fragmentarios que integran la presente edición, son probablemente las más importantes obras en prosa de Walt Whitman, escritas en plena Guerra de Secesión (donde ejerció de voluntario y enfermero de la Unión) y pocos años después, durante la reconstrucción nacional. Sin abandonar en ningún momento su célebre tono lírico, el autor nos ofrece un inolvidable canto a la libertad política, en una de las mejores defensas escritas sobre la democracia.
En estas páginas, el gran poeta se nos muestra como un exigente comentarista político, más combativo que nunca. No nos encontramos con el vagabundo feliz que canta la épica de la democracia americana, sino con una angustiosa y desengañada reflexión sobre una democracia desvirtuada, degradada e incompleta, que no alcanza a convertirse en el escenario esperado para la aparición del hombre que la merezca. Escandalizado con las ruindades de la democracia institucional, los traficantes de votos y los clubes políticos, pendencieros e intolerantes, Whitman recomienda la participación en la política, pero pide al mismo tiempo distancia de los partidos, que a su juicio «serán útiles, quizá necesarios, pero son brutales instrumentos del cinismo».
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Categorías: Norteamérica, Poesía
Perspectivas democráticas
y otros escritos
El ensayo Perspectivas democráticas, así como el resto de cartas y apuntes fragmentarios que integran la presente edición, son probablemente las más importantes obras en prosa de Walt Whitman, escritas en plena Guerra de Secesión (donde ejerció de voluntario y enfermero de la Unión) y pocos años después, durante la reconstrucción nacional. Sin abandonar en ningún momento su célebre tono lírico, el autor nos ofrece un inolvidable canto a la libertad política, en una de las mejores defensas escritas sobre la democracia.
En estas páginas, el gran poeta se nos muestra como un exigente comentarista político, más combativo que nunca. No nos encontramos con el vagabundo feliz que canta la épica de la democracia americana, sino con una angustiosa y desengañada reflexión sobre una democracia desvirtuada, degradada e incompleta, que no alcanza a convertirse en el escenario esperado para la aparición del hombre que la merezca. Escandalizado con las ruindades de la democracia institucional, los traficantes de votos y los clubes políticos, pendencieros e intolerantes, Whitman recomienda la participación en la política, pero pide al mismo tiempo distancia de los partidos, que a su juicio «serán útiles, quizá necesarios, pero son brutales instrumentos del cinismo».