Pirandello no tiene la culpa

La mayor originalidad de este libro de Alfonso Sastre reside, quizás, en el hecho de que puede entenderse –y su autor se sitúa en esa posición– como una especie de «Manifiesto por los Derechos Humanos…» de los ciudadanos (imaginarios) habitantes en las páginas de las obras de ficción literaria y dramática; y ello (esta defensa de sus derechos) frente a las tentaciones totalitarias de quienes, escribiendo novelas o dramas, hacen de las capas de sus personajes sayos de sus arbitrariedades, confundiéndolos con los muñecos de un guiñol. Nuestro autor no sigue a su ilustre colega Valle Inclán por aquellos caminos en los que los autores mueven «sus» personajes manipulándolos con unos hilos. Este de los muñecos es un gran arte, que nuestro autor admira, pero su trabajo va en un sentido muy diferente. Cervantes, Unamuno y Pirandello son, en ese sentido, las grandes estrellas con las que habla y discute en este libro que, seguramente, además, ha de resultar muy divertido y mover francamente a la risa en algunos de sus momentos.

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Categorías: Teatro

 
Alfonso Sastre. Su notoriedad como dramaturgo ha ocultado en gran parte la importancia teórica de sus obras filosóficas cuya envergadura es ya hoy muy grande y, desde luego, insólita. Nacido en 1926 en Madrid, hizo sus estudios de Filosofía en Madrid y los terminó en la Universidad de Murcia. Su primera obra teórica apareció en Madrid en los años cincuenta del siglo pasado (Taurus) con el título Drama y sociedad, muy vinculada a su práctica teatral y a su gran tentativa de implantar en la sociedad española un Teatro de Agitación Social (TAS), desbaratado por la censura. Sus últimos grandes libros publicados son El drama y sus lenguajes (Hiru, 2000), Ensayo general sobre lo cómico (Hiru, 2002), Limbus o los Títulos de la Nada (Hiru, 2002) y Las Dialécticas de lo Imaginario (Hiru, 2003). Entre los trabajos pequeños, recordemos el Manifiesto contra el pensamiento débil (Hiru, 2003). En total, es un conjunto de tres mil doscientas páginas.
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Pirandello no tiene la culpa

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La mayor originalidad de este libro de Alfonso Sastre reside, quizás, en el hecho de que puede entenderse –y su autor se sitúa en esa posición– como una especie de «Manifiesto por los Derechos Humanos…» de los ciudadanos (imaginarios) habitantes en las páginas de las obras de ficción literaria y dramática; y ello (esta defensa de sus derechos) frente a las tentaciones totalitarias de quienes, escribiendo novelas o dramas, hacen de las capas de sus personajes sayos de sus arbitrariedades, confundiéndolos con los muñecos de un guiñol. Nuestro autor no sigue a su ilustre colega Valle Inclán por aquellos caminos en los que los autores mueven «sus» personajes manipulándolos con unos hilos. Este de los muñecos es un gran arte, que nuestro autor admira, pero su trabajo va en un sentido muy diferente. Cervantes, Unamuno y Pirandello son, en ese sentido, las grandes estrellas con las que habla y discute en este libro que, seguramente, además, ha de resultar muy divertido y mover francamente a la risa en algunos de sus momentos.

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Alfonso Sastre. Su notoriedad como dramaturgo ha ocultado en gran parte la importancia teórica de sus obras filosóficas cuya envergadura es ya hoy muy grande y, desde luego, insólita. Nacido en 1926 en Madrid, hizo sus estudios de Filosofía en Madrid y los terminó en la Universidad de Murcia. Su primera obra teórica apareció en Madrid en los años cincuenta del siglo pasado (Taurus) con el título Drama y sociedad, muy vinculada a su práctica teatral y a su gran tentativa de implantar en la sociedad española un Teatro de Agitación Social (TAS), desbaratado por la censura. Sus últimos grandes libros publicados son El drama y sus lenguajes (Hiru, 2000), Ensayo general sobre lo cómico (Hiru, 2002), Limbus o los Títulos de la Nada (Hiru, 2002) y Las Dialécticas de lo Imaginario (Hiru, 2003). Entre los trabajos pequeños, recordemos el Manifiesto contra el pensamiento débil (Hiru, 2003). En total, es un conjunto de tres mil doscientas páginas.
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