TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN Y EL PODER
Opinión pública y pseudocracia
Este libro contiene otros dos: un curso abreviado de comunicación (y ciudadanía) digital y un manual de estrategias para intervenir en la esfera pública. Cartografiamos el ecosistema comunicativo: identificamos sus mapas de poder, según quién controla y gestiona los canales y los flujos informativos.
La era digital difumina –pero no borra– la frontera entre emisores y usuarios. Y la capacidad de la ciudadanía para generar y viralizar (des)información no ha redundado en más conocimiento sino en pseudocracia: el gobierno de la mentira. En la democracia deliberativa, que da voz a la sociedad civil, esta actúa como polo de contrapoder: exige transparencia a los representantes de la opinión pública y que los centros de poder rindan cuentas. Para ello, concretamos prácticas y estrategias de generar y procesar información. Las encuadramos en los modelos clásicos que confieren poder a las elites o al «Pueblo» y apostamos por regularlo institucionalmente. Hablamos del poder que consiste en imponer una narrativa pública, con unas agendas y unos marcos determinados.
Así que estos contenidos no conciernen solo a futuros graduados en Comunicación. También constituyen materia de estudio en (pos)grados de Sociología, Ciencias Políticas, Antropología, Trabajo-Educación Social o Magisterio. Igual que la comunicación, estas páginas atraviesan distintas disciplinas y desbordan las fronteras académicas.
Ojalá vuelvan a saltar los muros de los campus y se hagan merecedoras de los elogios que equipararon versiones previas de este libro a un «manual de instrucciones» para generar el relato que la opinión pública asume como propio. Esta es la máxima expresión de poder comunicativo. Y, en democracia, determina quién (no) nos representa y gestiona –o destroza– el bien común.
22,00€
TEORÍAS DE LA COMUNICACIÓN Y EL PODER
Opinión pública y pseudocracia
Este libro contiene otros dos: un curso abreviado de comunicación (y ciudadanía) digital y un manual de estrategias para intervenir en la esfera pública. Cartografiamos el ecosistema comunicativo: identificamos sus mapas de poder, según quién controla y gestiona los canales y los flujos informativos.
La era digital difumina –pero no borra– la frontera entre emisores y usuarios. Y la capacidad de la ciudadanía para generar y viralizar (des)información no ha redundado en más conocimiento sino en pseudocracia: el gobierno de la mentira. En la democracia deliberativa, que da voz a la sociedad civil, esta actúa como polo de contrapoder: exige transparencia a los representantes de la opinión pública y que los centros de poder rindan cuentas. Para ello, concretamos prácticas y estrategias de generar y procesar información. Las encuadramos en los modelos clásicos que confieren poder a las elites o al «Pueblo» y apostamos por regularlo institucionalmente. Hablamos del poder que consiste en imponer una narrativa pública, con unas agendas y unos marcos determinados.
Así que estos contenidos no conciernen solo a futuros graduados en Comunicación. También constituyen materia de estudio en (pos)grados de Sociología, Ciencias Políticas, Antropología, Trabajo-Educación Social o Magisterio. Igual que la comunicación, estas páginas atraviesan distintas disciplinas y desbordan las fronteras académicas.
Ojalá vuelvan a saltar los muros de los campus y se hagan merecedoras de los elogios que equipararon versiones previas de este libro a un «manual de instrucciones» para generar el relato que la opinión pública asume como propio. Esta es la máxima expresión de poder comunicativo. Y, en democracia, determina quién (no) nos representa y gestiona –o destroza– el bien común.