El movimiento jornalero andaluz y su expresión organizada fundamental en las últimas cuatro décadas, el Sindicato Obreros del Campo, ha sido uno de los movimientos sindicales más invisibilizados de Europa. No es posible explicar la historia de Andalucía sin sus procesos de despojo campesino y sus luchas jornaleras por el reparto de la tierra. El SOC se enlaza con las tradiciones anarcosindicalistas, el cristianismo de base, el marxismo y el sindicalismo de izquierdas, para conformar un nuevo tipo de movimiento sindical rural, único en su tiempo y forma, que transformaría radicalmente las demandas por el reparto del trabajo, el derecho a la tierra y la reforma agraria. El SOC se enlazó también con las otras luchas campesinas internacionales participando en La Vía Campesina, una nueva internacional campesina que construirá una nueva agenda mundial por la tierra, el territorio y los recursos naturales.