Salvador Seguí Rubinat, El Noi del Sucre (Lleida, 1887 – Barcelona, 1923) Su formación autodidacta estuvo estrechamente ligada al trabajo, a los ateneos sindicales, a las tertulias de los cafés, a las lecturas de pensadores sociales (Bakunin, Marx, Fabbri, Pouget, Lorenzo, Mella) y a las publicaciones obreras. En 1910 y 1911 participó activamente en la constitución de la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña y de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). En 1916, fue nombrado secretario general de la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña y dimitió en 1917, para dedicarse a la reorganización del ramo de la construcción. Partidario de la unidad de acción con la UGT, representó a la CNT en las reuniones que precedieron a las huelgas generales de diciembre de 1916 y del verano de 1917. En el Congreso de Sants de la CNT catalana, en 1918, defendió los sindicatos únicos o de ramo, las escuelas racionalistas y la participación de las mujeres en las estructuras de coordinación sindicales; y fue elegido, de nuevo, secretario general. En 1919, el mitin de Seguí en la plaza de Las Arenas de Barcelona, ante 20.000 personas, forma parte de la historia mítica del movimiento obrero; puso fin a la Huelga de la Canadiense de 44 días, con la consecución de la mayoría de objetivos y de la jornada de las 8 horas por ley. Ese mismo año, tuvo un papel destacado en el Congreso de la Comedia de Madrid, en el que defendió los sindicatos únicos de ramo y la adhesión provisional de la CNT a la III Internacional. En 1919 y 1920 sufrió dos atentados de los que salió ileso. De noviembre de 1920 a abril de 1922, estuvo preso sin acusación ni juicio posterior, en la cárcel Modelo de Barcelona y en la prisión militar de La Mola de Mahón. En la Conferencia Sindical de Zaragoza, junio de 1922, se aprobó su ponencia (junto a Pestaña, Peiró y Viadiu) sobre el carácter socio político de la Confederación. El 10 de marzo de 1923, fue asesinado a tiros por pistoleros a sueldo de la patronal, protegidos por los representantes del Estado en Cataluña y los empresarios que capitanearon la represión obrera. Seguí fue un anarquista absolutamente convencido del papel capital del sindicalismo en la lucha reivindicativa por la mejora de las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadora, por su emancipación y por la construcción de la nueva sociedad comunista libertaria.