Labriola es uno de los más originales teóricos del marxismo. Frente al dogmatismo economicista que dominara el marxismo de la segunda internacional, Labriola afrontó la filosofía de Marx sin reducirla a mero determinismo. Propone una visión del marxismo, que sería posteriormente desarrollada por Antonio Gramsci, que define como filosofía de la praxis al núcleo, a la médula del materialismo histórico y defiende la independencia filosófica del marxismo. Un marxismo como concepción no dogmática del mundo, que no puede ser reducido a un catecismo, a una generalización esquemática, sino que ha de ser un «hilo conductor» en continuo movimiento que permita afrontar los nuevos problemas que se derivan de unas circunstancias políticas y sociales siempre cambiantes.