Antropologia i Sociologia

  • <p>Asumida &uacute;nicamente como la diferencia entre ricos y pobres &mdash;es decir, un problema de distribuci&oacute;n de ingresos&mdash;, la desigualdad parecer&iacute;a ser tan s&oacute;lo una consecuencia del sistema econ&oacute;mico. Sin embargo, su comportamiento reproductivo y su presencia en todos los &aacute;mbitos la convierten, m&aacute;s que en consecuencia, en una pieza estructurante del sistema: baste mencionar la lucha de clases, el patriarcado y el racismo, las desigualdades geopol&iacute;ticas o las confrontaciones intergeneracionales, para observar los diferentes modos en que se constituye.</p> <p>El presente libro ofrece una propuesta te&oacute;rica y pol&iacute;tica de emancipaci&oacute;n social, vista como una oportunidad para construir condiciones de igualdad en contextos de libertad, no s&oacute;lo por fundamentos &eacute;ticos sino esencialmente pol&iacute;ticos. Para lograrlo, los autores confrontan la desigualdad en dos v&iacute;as: como un fen&oacute;meno social (y, por tanto, hist&oacute;ricamente situado y estructurado) y mediante la reflexi&oacute;n cr&iacute;tica de los conceptos, categor&iacute;as, indicadores y marcos de su entendimiento. No se trata tanto de un estudio de la desigualdad en s&iacute; misma, cuanto de una reflexi&oacute;n cr&iacute;tica de las formas en que se ha pensado conceptual y pol&iacute;ticamente en diversos momentos, con especial referencia al modo en que se ha concebido en la sociedad moderna y capitalista.</p>
  • <p>&laquo;El mundo heterosexual &ndash;la sociedad azul, si se me permite&mdash;tiene una visi&oacute;n fantasmag&oacute;rica, distorsionada, exagerada y pesimista de la sociedad homosexual rosa. En la ideolog&iacute;a dominante, las pr&aacute;cticas perversas, incomprensibles y monstruosas (&hellip;) Pero, al leer este libro, lo primero que sorprende es la normalidad de la aparente anormalidad estigmatizada. Lo importante no es explicar que existe la estigmatizaci&oacute;n, sino c&oacute;mo se produce exactamente, qui&eacute;n define las normas, qu&eacute; pasa cuando las normas sociales se cumplen y como sufren las personas&raquo; &mdash;Jes&uacute;s M. de Miguel</p> <p>Esto dec&iacute;a en su pr&oacute;logo de <em>La sociedad rosa</em> hace treinta a&ntilde;os cuando se public&oacute; esta investigaci&oacute;n sobre el mundo gay. Este libro analiza las transformaciones sufridas entre los a&ntilde;os ochenta y principios de los noventa del s. XX por el universo homosexual espa&ntilde;ol como consecuencia de la extensi&oacute;n del modelo gay y el proceso de disoluci&oacute;n de la subcultura gay que provoc&oacute; el sida. Se describe la manera en que los heterosexuales clasifican la homosexualidad y el modo en que los varones homosexuales se definen a s&iacute; mismos. Se detallan tambi&eacute;n los modos de iniciaci&oacute;n y socializaci&oacute;n en la red homosexual, as&iacute; como el car&aacute;cter de la interacci&oacute;n homosexual que acontece en las instituciones gays y en los espacios p&uacute;blicos. Finalmente, se critica el anacronismo de las diferentes categor&iacute;as definitiorias de la homosexualidad masculina.</p> <p>Todos estos temas son abordados con la finalidad de explicar c&oacute;mo se produce la estigmatizaci&oacute;n del colectivo. Treinta a&ntilde;os despu&eacute;s se reedita esta obra fundacional de los estudios LGBTI en el Estado espa&ntilde;ol y podemos analizar que similitudes, diferencias y continuidades siguen existiendo.</p>
  • <p>&Aacute;ngel Cappa y Marcos Roitman conversan apasionadamente &ndash;a caballo entre el amor por el deporte de sus vidas y la pulsi&oacute;n cr&iacute;tica que siempre los acompa&ntilde;&oacute;&ndash; para desentra&ntilde;ar el solapado, y tantas veces contradictorio, binomio que forman f&uacute;tbol y pol&iacute;tica.</p>
  • <p>En una &eacute;poca marcada por los intentos frustrados de transformaci&oacute;n social, y desde un afecto de desesperanza y cancelaci&oacute;n del futuro, proliferan discursos que acusan a la izquierda de haber abandonado a la clase trabajadora y desatendido la politizaci&oacute;n de la cuesti&oacute;n social. La lucha de clases, los problemas econ&oacute;micos y las preocupaciones materiales habr&iacute;an sido sustituidas por las pol&iacute;ticas de la identidad y las luchas por el reconocimiento. Se se&ntilde;ala una complicidad entre la llamada &lsquo;izquierda cultural&rsquo; y el neoliberalismo. Y quienes han quedado excluidos de esta alianza progre reciben el nombre de los olvidados, los perdedores de la globalizaci&oacute;n, quienes quedaron en los m&aacute;rgenes en la Am&eacute;rica desindustrializada del Detroit, en la Francia perif&eacute;rica, en la Espa&ntilde;a vac&iacute;a o en la Inglaterra rural.</p> <p>Este ensayo se propone atender a la coartada reaccionaria que se esconde tras estos planteamientos. Los olvidados son presentados como una imagen en la que parece vivir aun cierta pureza y evidencia proletaria. Pero se trata de una superficie de inscripci&oacute;n de odios y resentimientos. Contrario a este conservadurismo sensible, necesitamos trazar nuevos imaginarios que den cuenta de la fragilidad identitaria de nuestras sociedades luego de la larga traves&iacute;a que nos leg&oacute; la derrota obrera del siglo pasado, y sus hilos latentes a&uacute;n por descubrir.</p>
  • <p>Cuando una sociedad se vuelve m&aacute;s pr&oacute;spera, &iquest;pierde otros valores? &iquest;Se desperdician las habilidades que la educaci&oacute;n y la alfabetizaci&oacute;n dio a millones de personas en consumir cultura pop? &iquest;Los medios de comunicaci&oacute;n nos obligan a entrar en un mundo de lo superficial y lo material, o pueden ser una fuerza para el bien? Cuando Richard Hoggart hizo estas preguntas en su libro de 1957 &lsquo;Los usos del alfabetismo&rsquo;, Gran Breta&ntilde;a estaba experimentando un gran cambio social. Sin embargo, su obra hist&oacute;rica no ha perdido nada de su pertinencia y poder en la actualidad.</p> <p>Hoggart ofrece una visi&oacute;n fascinante de los valores estrechamente unidos que conforman las comunidades de la clase trabajadora del norte de Inglaterra y que est&aacute;n desapareciendo, y teje esta idea junto con sus puntos de vista sobre la llegada de una cultura de masas nueva y homog&eacute;nea de influencia estadounidense.</p> <p>Este trabajo pionero examina los cambios en la vida y los valores de la clase trabajadora inglesa en respuesta a los medios de comunicaci&oacute;n. Publicado por primera vez en 1957, traz&oacute; una nueva metodolog&iacute;a en los estudios culturales basada en la interdisciplinariedad y una preocupaci&oacute;n por c&oacute;mo los textos, en este caso, las publicaciones masivas, est&aacute;n entretejidas en los patrones de la experiencia vivida. Mezclando experiencias personales con historia social y cr&iacute;tica cultural, &lsquo;Los usos del alfabetismo&rsquo; anticipa el inter&eacute;s reciente en modos de an&aacute;lisis cultural que se niegan a esconder al autor detr&aacute;s de la m&aacute;scara de la t&eacute;cnica cient&iacute;fica social objetiva. En su m&eacute;todo y en su rica acumulaci&oacute;n de detalles de la vida de la clase trabajadora, este volumen sigue siendo &uacute;til y absorbente.</p> <p>Mas all&aacute; de su &eacute;xito en ventas y de que acapara grandes titulares, este libro abri&oacute; una nueva &aacute;rea de estudio cultural y sigue siendo una lectura esencial, tanto como documento hist&oacute;rico as&iacute; como an&aacute;lisis sobre la clase social, la pobreza y los medios de comunicaci&oacute;n.</p>
  • <p>Quan es pos&agrave; la primera pedra de la Boqueria el 1840, llegim: &laquo;El Gefe superior pol&iacute;tico va fer el discurs central i el m&eacute;s llarg de l&rsquo;acte. De la Boqueria poc se&rsquo;n parl&agrave;; sabem que quan s&rsquo;invoca una i altra vegada la Patria, malament: s&rsquo;amaguen realitats ingrates i aquelles que es tapen acostumen a ser les m&eacute;s importants, com s&oacute;n el malestar general, repressions, atur, greus difer&egrave;ncies socials, els preus dels aliments, etc. Patria &eacute;s una paraula carregada d&rsquo;ideologia que d&oacute;na peu a l&rsquo;arbitrarietat i a actuacions autorit&agrave;ries desp&ograve;tiques. En nom d&rsquo;aquella, quants milions d&rsquo;humans no han estat enviats al dolor i la mort mitjan&ccedil;ant les guerres, en nom de la defensa de col&ograve;nies, de la democr&agrave;cia&hellip; tot per la Patria.&raquo; (&hellip;)</p> <p>Sobre els bolets: &laquo;En principi, aquest aliment que tant ens connecta amb la naturalesa per la seva olor, gust, generositat i simplicitat, no pagava impostos a les portes de la ciutat, fins que l&rsquo;augment del seu consum va fer que tamb&eacute; fossin penalitzats; la gent protest&agrave; dient que a aquell pas tamb&eacute; haurien de pagar el julivert i els cargols, que tamb&eacute; creixien als patis de les cases, i el maig de 1853 s&rsquo;aconsegu&iacute; que els bolets foren eximits de tasses a la ciutat.&raquo; (&hellip;)</p> <p>El dia a dia: &laquo;La Boqueria era un term&ograve;metre que mesurava cada dia all&ograve; que es respirava i esdevenia a Barcelona; les converses entre compradores i venedores de confian&ccedil;a allargaven les petites transaccions; sortien problemes familiars i personals, s&rsquo;abocaven les pen&uacute;ries que vivia cada una de les parts amb intercanvi de confid&egrave;ncies, amb la recerca i necessitat de ser escoltat i rebre un altre parer; tamb&eacute; es compartien les opinions sobre si de veritat vindrien temps millors, o pel contrari tot encara podria empitjorar. L&rsquo;abundor i les sobres de menjar exposades a les taules no volia dir que els venedors anessin tots ells sobrats de b&eacute;ns i diners, per&ograve; en el seu conjunt, aquelles muntanyes d&rsquo;aliments contrastaven amb la mis&egrave;ria de molta gent; abund&agrave;ncia que descarnava les escenes de fam i raquitisme que arrossegaven tants cossos, molts d&rsquo;ells infantils.&raquo;</p> <p>La vaga general de 1902: &laquo;Nombrosos grups de venedors i venedores recorrien els carrers on hi havia tamb&eacute; botigues de fruites i verdures les quals, aprofitant-se de l&rsquo;escassetat de productes del camp, els venien ara a preus molt alts. Els piquets exigien que tanquessin les portes; la majoria ho feien i els que s&rsquo;hi resistien contemplaven com patates, tom&agrave;quets i altres productes rodolaven pel carrer.&raquo;</p> <p>La postguerra, 1939: &laquo;A la Boqueria es parlava fluixet quan es preguntava per la fam&iacute;lia, perqu&egrave; la majoria restaven mutilades, amb components a l&rsquo;exili o empresonats o als camps, d&rsquo;altres executats&hellip; La por a tants confidents que els podies tenir a la mateixa cua del mercat o passejant, per&ograve; sempre escoltant per delatar i fer m&egrave;rits.&raquo;</p>
  • <p>&iquest;Por qu&eacute; el discurso de los valores de la familia fue fundamental para la revoluci&oacute;n conservadora y de libre mercado de la d&eacute;cada de 1980 y por qu&eacute; ha seguido ejerciendo una influencia tan profunda en la vida pol&iacute;tica estadounidense y de otros pa&iacute;ses occidentales? &iquest;Por qu&eacute; los neoliberales del libre mercado a menudo han hecho causa com&uacute;n con los conservadores sociales sobre la cuesti&oacute;n de la familia, a pesar de sus diferencias en todo lo dem&aacute;s?</p> <p>En este libro, Melinda Cooper desaf&iacute;a la idea de que el neoliberalismo privilegia el individualismo atomizante sobre las solidaridades familiares, as&iacute; como la libertad contractual sobre el estatus heredado. En la tradici&oacute;n de las leyes de pobres de los pa&iacute;ses anglosajones, muestra c&oacute;mo el esp&iacute;ritu liberal de la responsabilidad personal siempre ha estado respaldado por un imperativo m&aacute;s amplio de responsabilidad familiar y c&oacute;mo esta inversi&oacute;n en las obligaciones de parentesco ha facilitado recurrentemente la alianza entre los liberales del libre mercado y los conservadores sociales.</p> <p>El neoliberalismo, argumenta, debe entenderse como un esfuerzo por revivir y traducir la tradici&oacute;n de las leyes de pobres a la lengua contempor&aacute;nea de la deuda familiar. A medida que los pol&iacute;ticos neoliberales impusieron recortes en los presupuestos de salud, educaci&oacute;n y bienestar, identificaron a la familia como una alternativa total al Estado de bienestar. Y a medida que la responsabilidad del gasto deficitario pas&oacute; del Estado al hogar, las obligaciones de deuda privada de la familia se definieron como fundamentales para el orden socioecon&oacute;mico.</p> <p>A pesar de sus diferencias, los neoliberales y los conservadores sociales han estado b&aacute;sicamente de acuerdo en que los lazos familiares deben ser fomentados y, m&aacute;s a&uacute;n, hacerse cumplir, como contraparte necesaria de la libertad de mercado. Solo al restaurar la familia a su posici&oacute;n central en el proyecto neoliberal podemos entender la alianza pol&iacute;tica que define nuestro tiempo entre la econom&iacute;a de libre mercado y el conservadurismo social.</p>
  • LOS ROTOS

    20,50
    <p>La vida cotidiana atravesada por la clase est&aacute; en constante remiendo. <em>Los rotos</em> son las personas de clase obrera, pero tambi&eacute;n los constantes destrozos de una existencia popular; las fracturas de una vida hostil, rota, como una kelly al final del turno. Roto como el &aacute;nimo de quien pierde dos horas cada d&iacute;a en el transporte p&uacute;blico o en la sala de espera de un ambulatorio, sin esperanza de mejora; sin futuro. Rotos de dolor al enterrar a un compa&ntilde;ero muerto en el tajo que se parti&oacute; la cabeza al ca&eacute;rsele una l&aacute;mina de hierro de 500 kilos o sufriendo el insomnio que provoca la incertidumbre por la proximidad de un ERE o la falta de carga de trabajo en una f&aacute;brica que no es tuya, pero te da de comer.</p> <p>Los rotos conllevan remiendos, zurcidos y repuestos. La clase obrera lo es porque est&aacute; en continua fractura y reconstrucci&oacute;n. No hay nada estable, concreto e irrompible en la existencia de una vida trabajadora. Las grietas forman parte de la normalidad, son algo a lo que habituarse sin que esa sensaci&oacute;n de fragilidad acabe por demoler la confianza. Zurcir es una forma artesana de paliar el paso de la existencia de la clase trabajadora, porque no hay vida humilde sin esa urdimbre visible. Esta obra es una visi&oacute;n personal, &iacute;ntima y subjetiva de c&oacute;mo el origen social influye en la vida de la clase trabajadora.</p>
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