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<p>No es este libro una biografía al uso, sino una novela cuyo protagonista no es otro que el personaje que le da título: Friedrich Hölderlin. Incapaz de adaptarse a una sociedad que “no estaba hecha para los poetas”, Hölderlin fue víctima de su trágico destino. Deambuló de aquí para allá, casi siempre como preceptor de hijos de familias adineradas, torturándose y deslizándose hacia un declive físico y mental que le sumergiría en la desazón o en una depresiva melancolía que le mantuvo en la práctica alejado del mundo real, un mundo agitado por la irrupción de los valores democráticos que impulsaría, con todos sus defectos, la Revolución francesa. Un mundo al que sus amigos –Hegel, Schiller, Schelling entre ellos– no lograron que regresara, hasta acabar en los últimos años de su vida recluido en la casa de un carpintero de Tu¨bingen, sumido en un extravío casi total que no le abandonaría hasta su muerte.</p>
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<p>Este es un libro de ilustraciones para colorear las historias de algunas de las mujeres españolas en las artes visuales de todas las épocas. Pero no solo: es también una pequeña acción pedagógica y creativa. Reivindica la recuperación de las vidas, el trabajo y la pasión de estas mujeres que siempre serán, y a las que el sistema del arte ha invisibilizado, a lo largo de la historia y aún hoy en día. Les rendimos un merecido homenaje celebrando sus obras, tratando de vincular su expresiones a la propia creatividad de cada lectora. Un proyecto sencillo que invita a la experiencia íntima pero con voluntad de acción colectiva. Como si tuvieses en tus manos un pequeño museo de tapas de cartulina, con un aire un poco nostálgico, que esconde todo el color de nuestras pasiones: la de las artistas y las lectoras.</p>
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<p>Aldwyn Roberts (1922-2000), más conocido como Lord Kitchener o simplemente Kitch, es, sin duda, una de las figuras más destacadas de la música del siglo XX. Nació en una familia pobre del pequeño pueblo de Arima, en Trinidad y Tobago, y muy pronto destacó por su capacidad deslumbrante para componer canciones. Con el tiempo, Kitch sería descrito como «el gran maestro de la música calipso» y sus canciones sonarían por todo el mundo, cantadas por él mismo o por artistas de renombre como Harry Belafonte.</p> <p>El calipso, más que una música, es una forma de mirar la vida. El universo de los calipsonianos es fascinante y va mucho más allá de los famosos carnavales caribeños: el calipso original fue una herramienta de denuncia social y el ritmo de sus tambores metálicos una forma de resistencia e insumisión colonial. En esta biografía de ficción, el poeta y músico trinitense Anthony Joseph nos ofrece un emocionante retrato de Kitch a través de las voces de aquellos que lo vieron crecer. Son, en su mayoría, las voces de los que nunca tuvieron voz: las sombras que habitaron los bajos fondos de Puerto España, donde el joven Aldwyn Roberts fue transformándose en Lord Kitchener.</p>
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<p>L’Atles il·lustrat de les comarques valencianes naix amb un propòsit educatiu i divulgatiu, sobre el fet de ser valencians i valencianes, i mostra els elements que conformen la nostra identitat i geografia. I ho fa de manera col·lectiva, ja que és el resultat d'un procés participatiu obert en què vora 400 persones han opinat sobre quins elements són els més representatius de la seua comarca. Podem dir que aquest atles és una invitació a repensar, en comú i intergeneracionalment, què significa ser valencians i valencianes ara i ací d'una manera lúdica, divertida i inclusiva, i des d'una perspectiva popular.</p>
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<p><em>Ruta emocional de Madrid</em> es la gran guía (o antiguía) del antiguo Madrid, una bellísima antología de esa urbe que ya se batía en retirada y que, a mediados de los años treinta, se parecía cada vez menos a la que Carrère paseó de madrugada. Por eso, él hace de taquígrafo e incansable flaneur de lo ya desaparecido o que está próximo a expirar. El tiempo se agota. Estamos ante el cuaderno de bitácora del último gran bohemio, que llegó a ser Cronista Oficial de la Villa, y el mayor homenaje jamás escrito al Madrid más sombrío y bullicioso.</p>
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<p>Siempre nos quedará Beirut recorre audiovisualmente los episodios violentos sufridos en el Líbano desde 1975 y demuestra cómo las películas, conformando en su conjunto una filmografía completa y diversa, son una herramienta que sirve para preservar la memoria íntima, colectiva y nacional de un país.</p> <p>A lo largo de sus capítulos, somos testigos del modo en que la sociedad civil libanesa, y en concreto sus cineastas, responden al horror de la guerra. Así, a pesar de las diferencias religiosas o de clase social entre éstos, su obra, en conjunto, crea una memoria histórica regional que refleja y reflexiona en torno a cómo la sociedad civil no sólo se resiste a la violencia, sino que construye y reconstruye lo que ésta destruye.</p> <p>Lejos del silencio o la propaganda, el cine libanés es la manifestación que cuestiona y hace público lo que ocurre en el interior de las casas, dejando constancia de la historia no narrada por los noticiarios, de la cotidianidad golpeada por las decisiones políticas de un sistema mundial que no tiene en cuenta la vida de las personas y sus anhelos más sencillos y, por ello, más profundos.</p> <p>Este libro se perfila como una obra fundamental para quienes quieran adentrarse en la historia contemporánea de Oriente Medio y del cine mundial.</p>
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<p>La figura de Linda Nochlin (1931-2017) es una de las más importantes en la Historia del arte del último tercio del siglo xx. Formada con los grandes historiadores que, huyendo de Europa en los años 30, se instalaron en Estados Unidos y recalaron en el Institute of Fine Arts de Nueva York, ejerció su magisterio sobre varias generaciones de historiadores tanto en Estados Unidos como en Europa. Autora de textos fundamentales como El realismo o «¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?», artículo seminal de la Historia del arte feminista que abre el presente volumen, su nombre es hoy insoslayable en cualquier reflexión en torno al genero y en la práctica histórico-artística en general. Esta antología es un reflejo de la producción de Nochlin a lo largo de más de 3 décadas, sobre todo de los años 1970, 1980 y 1990. No son textos que respondan a un tema preciso, sino que en ella se combinan ensayos de tenor más teórico con otros dedicados a Gustave Courbet, el pintor sobre el que más escribió, y finalmente con diversos artículos monográficos dedicados a un artista o una obra. Dicha selección permitirá al lector constatar su evolución, su forma de definir sus objetos de estudio, los modelos teóricos a los que remite, o su respuesta a las nuevas orientaciones de la Historia del arte hacia un paradigma más teórico e interdisciplinar. La presente edición corre a cargo de Isabel Valverde, profesora de Historia del arte en la Pompeu Fabra.</p>
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<p>Natalia Miró do Nascimento -més coneguda com a Namina- explora a Ens endurem el vent, noves sonoritats i formats, fusionant les disciplines artístiques que l’han acompanyada al llarg de tota la vida com la música i poesia amb la il·lustració, disciplina en la que s’estrena amb aquesta publicació. Fidel a la seva manera de treballar, on l’expressió de la singularitat mana per sobre d’estils i cotilles, i amb un clar accent feminista, en aquest treball Namina fondeja en les profunditats de les relacions humanes i la quotidianitat per a fer un crit a la llibertat en un llibre-cd del tot imprescindible.</p>
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<p>A comienzos de 1889, mientras en Londres se desataba la cacería del misterioso Jack el Destripador, en nuestro país se vivió una increíble oleada de pánico que hizo creer que este, tras huir del cerco policial de Scotland Yard, se escondía en Barcelona, La Coruña, Orense, Ferrol, Murcia, Almería, Huelva, Valencia, Málaga, Alcoy o Madrid. Nacía así nuestra particular ripperología. Diariamente se publicaban noticias de los sucesos de Whitechapel, pero en estas el asesino respondía al nombre de Jaime, Juan e incluso un catalanizado e hilarante Jaume. En Madrid fue donde la paranoia adquirió dimensiones colosales. Una fobia hacia los bajos fondos dominó durante un tiempo la ciudad. Whitechapel parecía ser el barrio de las Injurias, uno de los tradicionales focos de la golfería y las clases pobres de la capital, el siempre proletarizado Carabanchel o los trogloditas de la montaña de Príncipe Pío, que vivían en cuevas practicadas en la misma pendiente y daban cobijo a mendigos, fugitivos y hampa de la peor calaña. Se aseguró que estos lugares eran posibles guaridas del ubicuo asesino. Más tarde un hombre, acusado de ser el Destripador, fue perseguido por una gran muchedumbre que pedía su cabeza, al tiempo que en otras ciudades se describía al criminal como un imitador del legendario Sacamantecas, un espectro o fantasma, un hábil matarife y hasta un «sospechoso» inglés fue detenido y, posteriormente, puesto en libertad. Durante semanas, con los madrileños encerrados en sus casas, los niños no fueron al colegio y se vivió en un estado de alarma permanente. La difusión, sensacionalismo y repercusión del crimen de Fuencarral —el primero en ser seguido a diario por la prensa—, sucedido poco antes, unido a una oleada de atroces crímenes (descuartizamientos, secuestros de niños o desapariciones) y la aparición de la prensa de sucesos y la literatura especializada en casquería y sangre, crearon un clima propicio para creer que el Destripador, sobre el que se escribieron decenas de artículos, poemas y obras de teatro, nos acechaba.</p>
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<p>De todos los modos de organización política, el Estado Moderno ha sido el que ha alcanzado la mayor perfección sistémica. Sin embargo, también desde sus orígenes, el Estado tiene un punto débil, ese momento del cambio político que, inevitablemente, se produce cada cierto tiempo. En ese momento, el aparato político entra en una crisis que amenaza con destruirlo. Los juristas, como los sacerdotes de las viejas religiones, se aprestan a borrar esos detalles. La ideología, la propaganda y el derecho se afanan en cubrir, con el velo de la legalidad, las vergu?enzas del emperador desnudo. Sin embargo, son momentos de horror repletos de violencia, confrontación entre el poder constituido y un poder constituyente que busca abrir nuevos ciclos. Es a esto a lo que el autor, analizando las fortísimas dosis de violencia física y simbólica que se movilizan, denomina “Golpe de Estado”. Este libro viene a hablar de estas vulnerabilidades, pero sobre todo de la ideología que han ido desarrollando los juristas y teóricos para ocultarlas.</p>
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<p>Un llibre com un artefacte per fer caure les barreres dels confinaments. Un llibre ple de murs per pintar, escriure, grafitejar, omplir de colors lliurement. Un llibre per retrobar-nos i fer-nos preguntes en família. Un llibre per canviar la realitat des de la creativitat. Suma’t a l’estiu Pintamurs!</p> <p>Pintamurs és el primer àlbum de l’artista Marc Peris, més conegut com SOMA, un dels referents de l’street art a Mallorca. Un llibre per pintar ple d’imatges divertides i metafòriques concebudes en ple confinament i que ens conviden acolorir els murs que ens aïllen els uns dels altres. Una llibre, en definitiva, per incentivar la creativitat en família mentre obrim escletxes per parlar de la societat en què vivim.</p>
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<p>El libro de las visiones de las gentes de las tierras del Norte. Neopaganismo y sincretismo tenebroso y pesadillesco donde las criaturas voladoras se mezclan con apariciones sobrenaturales y demonios, todo ello ilustrado y narrado magistralmente por Pablo Gallo.</p> <p>Cae la noche y nos acompañan las sombras, los espectros, las presencias. Estamos en manos de Maruxainas (hermosas sirenas), Meigas (brujas o hechiceras) o Mouras (mujeres que habitan bajo el agua o la tierra). Los mitos nos ayudan a explicar los misterios del mundo y lo incognoscible, el supremo error de una humanidad que intenta restablecer un cierto equilibrio primordial a través, precisamente, del mito y la leyenda. Las visiones de las gentes de las tierras del Norte (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco) son propias de un neopaganismo y sincretismo tenebroso y pesadillesco donde las criaturas voladoras se mezclan con apariciones sobrenaturales, demonios y seres que pueblan los relatos, tanto pasados como incluso actuales, contados por nuestros abuelos y abuelas.</p> <p>En cada mito, en su modo de expresar un fenómeno, hay una parte de verdad. Muchos de estos han llegado hasta nosotros mediante la tradición oral que, más tarde, ha sido plasmada en libros de antropólogos, etnógrafos e investigadores que no dudaron en lanzarse a los campos y mezclarse entre el vulgo para, simplemente, escuchar y luego tomar notas en cuadernos improvisados. El Norte es prolífico en leyendas y mitos que, con frecuencia, se remontan al albor de los tiempos, cuando el poder de la Iglesia aun no era absoluto y la relación de sus habitantes con la naturaleza era más íntima. Su capacidad de resistencia al cristianismo, que cuenta con sus propios y grandes mitos acerca de la Caída o la comunión, supuso que este también se mezclase. Lo maravilloso nos aguarda siempre a la vuelta de la esquina.</p> <p>Esta es una obra que nos cuenta la riqueza cultural de nuestro mundo y una parte de nuestro territorio, pero sus temas son sin duda casi universales. Porque las bestias esperan ahí fuera, se cuelan en nuestros sueños o nos asaltan en la oscuridad. El asturiano Carru de la muerte hace su ronda nocturna en busca de moribundos, los también asturianos chupasangres acechan el sueño de los niños, los infernales Caballucos del diablo cántabros inician su vuelo.</p> <p>Pablo Gallo, uno de nuestros mejores ilustradores ahora convertido en mitógrafo, los dibuja, relata sus orígenes para abrir de par en par las siempre fascinantes puertas de lo misterioso y los vuelve cercanos y, por tanto, más aterradores aún. Sospechamos su proximidad y hasta, en ocasiones, hemos creído verlos de soslayo. La luna lo sabe y el aullido del Lobishome nos lo confirma: están aquí, cerca de nosotros. Han seguido durante siglos nuestros pasos. Ante este auténtico bestiario solo nos queda escuchar las palabras del Gaueko, el genio de las tinieblas que llega junto a un viento helado, al tiempo que susurra la frase: «La noche para Gaueko, el día para el día».</p>