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<p>El videojuego <em>Polybius</em>, presentado en forma de arcade tradicional, fue lanzado al mercado en 1981 por una compañía desconocida llamada Sinneslöschen. Su distribución fue escasa, apenas unas pocas salas recreativas de los suburbios de Portland, Estados Unidos. La simplicidad del juego y la superioridad de los gráficos y el sonido lo convirtieron en un videojuego tremendamente adictivo. No obstante, sus efectos eran demoledores en el subconsciente del jugador: brotes epilépticos, mareos, pérdidas de memoria, náuseas, alucinaciones, terrores nocturnos. Se han documentado incluso intentos de suicidio propiciados por los mensajes subliminales del juego: murmullos ininteligibles que brotaban sin obedecer a ninguna lógica interactiva, gritos aterradores y quejidos de dolor. Después de que un niño de ocho años falleciese de un ataque epiléptico, las máquinas fueron retiradas de los salones recreativos y <em>Polybius </em>desapareció para siempre. El propio nombre de la compañía ya era una advertencia: en alemán Sinneslöchen significa “pérdida de los sentidos”.</p>
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<p>Una crónica profundamente inmersiva de cómo los empresarios de Silicon Valley se propusieron crear un Internet libre y democrático y cómo los cínicos propagandistas de la extrema derecha explotaron esa libertad para impulsar estos extremismos en la masa social.</p> <p>Marantz explora dos mundos: el de los emprendedores de las redes sociales, que con ingenuidad y una imprudente ambición, cambiaron los medios tradicionales de recibir y transmitir información; y el de «los intrusos»: conspiradores, supremacistas blancos y trolls nihilistas, que se han hecho expertos en el uso de redes sociales para promover su corrosiva agenda.</p>
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<p>Una brillante investigación sobre los efectos políticos y psicológicos de nuestra cambiante relación con los medios sociales. Los antiguos ejecutivos de la industria social nos dicen que el sistema es una máquina de adicción. Somos usuarios que esperamos histéricos nuestro próximo éxito, con sus likes, sus comentarios y su difusión compartida. Escribimos a la máquina como individuos, pero esta nos responde agregando nuestros deseos, fantasías y debilidades, y convirtiéndolo todo en datos. Nos transformamos, queramos o no, en una experiencia de mercancía. En la obra de Paul Klee Die Zwitscher-Maschine (The Twittering Machine o La máquina de trinar, 1922), la canción del pájaro de una máquina diabólica actúa como un cebo para atraer a la humanidad a un pozo de condenación. De igual forma, las redes y la industrial social nos ofrecían la promesa de construir nuestra propia historia, pero ¿hasta qué punto elegimos la pesadilla en la que se ha convertido?</p>
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<p>Vivimos en la edad del algoritmo. Las decisiones que afectan a nuestras vidas no están hechas por humanos, sino por modelos matemáticos. En teoría, esto debería conducir a una mayor equidad: todos son juzgados de acuerdo con las mismas reglas, sin sesgo. Pero en realidad, ocurre exactamente lo contrario. Los modelos que se utilizan en la actualidad son opacos, no regulados e incontestables, incluso cuando están equivocados.<br /> Esto deriva en un refuerzo de la discriminación: si un estudiante pobre no puede obtener un préstamo porque un modelo de préstamo lo considera demasiado arriesgado (en virtud de su código postal), quedará excluido del tipo de educación que podría sacarlo de la pobreza, produciéndose una espiral viciosa. Los modelos apuntalan a los afortunados y castigan a los oprimidos: bienvenido al lado oscuro del big data. O’Neil expone los modelos que dan forma a nuestro futuro, como individuos y como sociedad. <br /> Estas «armas de destrucción matemática» califican a maestros y estudiantes, ordenan currículos, conceden (o niegan) préstamos, evalúan a los trabajadores, se dirigen a los votantes, fijan la libertad condicional y monitorean nuestra salud.</p>
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<p>El transhumanismo es un movimiento cuyo objetivo es utilizar la tecnología para cambiar la condición humana, mejorando nuestros cuerpos y mentes hasta convertirnos en otra cosa mejor que los animales que somos. Una filosofía que, según cómo se mire, puede parecer esperanzadora, terrorífica o absurda. Entre sus partidarios están algunos de los nombres más destacados de Silicon Valley, como Peter Thiel, Elon Musk o Ray Kurzweil. El periodista Mark O’Connell explora las asombrosas —y aterradoras— posibilidades que se presentan cuando se piensa que nuestro cuerpo es un dispositivo anticuado. Visita la instalación de criopreservación más importante del mundo, descubre un colectivo de biohackers que refuerza sus sentidos mediante la implantación de dispositivos electrónicos bajo la piel y se reúne con miembros de un equipo que investiga cómo proteger a la humanidad de la superinteligencia artificial… Cómo ser una máquina nos presenta la primera exploración completa del transhumanismo: sus raíces filosóficas y científicas, sus actores clave y posibles futuros. Pero también es una sorprendente meditación sobre lo que significa ser humano, un vívido retrato de la excentricidad humana y una importante reflexión acerca del deseo inmemorial de trascender los hechos básicos de nuestra existencia, un deseo que es tan antiguo como las religiones.</p>
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<p>Mitnick fue el <em>hacker</em> más escurridizo de la historia. Logró colarse en ordenadores y redes de las agencias y compañías más grandes del mundo, aparentemente impenetrables, como Motorola, Sun Microsystems o Pacific Bell. Para Kevin, hackear no iba solo de alcanzar avances tecnológicos: era un juego de confianza que requería burlar y confundir para acceder a información valiosa. Impulsado por un fuerte estímulo para lograr lo imposible, engañando a los empleados para obtener información privada y maniobrando a través de capas de seguridad, obtuvo acceso a datos que nadie podía ver. Cuando el FBI comenzó a acecharle, Kevin se dio a la fuga, en un juego de persecución cada vez más sofisticado, que le llevó a adoptar identidades falsas y muchos cambios de aspecto, a pasar temporadas en una gran cantidad de ciudades y a un enfrentamiento final con los federales, que no pararían hasta derribarlo. Una emocionante historia real de intriga, suspense e increíble evasión, y el retrato de un visionario cuya creatividad, habilidad y persistencia obligaron a las autoridades a replantearse la forma en que lo perseguían, inspirando cambios permanentes en el modo en que las personas y las empresas protegen su información más confidencial.</p>
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<p>¿Qué riesgos esconde el nuevo mundo digital? ¿Cómo debemos movernos en este nuevo entorno? ¿Cuáles son los riesgos y oportunidades de internet? En este ensayo los autores Aina Fernández y Albert Garcia proponen ayudarnos a comprender este mundo, cambiante y complejo, donde la tecnología y la digitalización son protagonistas de un histórico punto de inflexión que afecta a todos los ámbitos. Hablamos de amenazas reales pero también de enormes oportunidades: el nuevo escenario modifica la economía y las empresas; genera amenazas como la inseguridad o la falta de privacidad; abre el debate sobre el futuro de las ciudades o la evolución de la especie y plantea cambios en el modelo educativo o energético, por caducados e insostenibles.</p> <p>Sin olvidarse de los conceptos más básicos para dar una visión global del cambio, el libro trata temas como la colaboración, práctica que internet y la digitalización propician más que nunca y que permite ahora compartir conocimiento o cualquier activo, incluido el trabajo. Asimismo, la fabricación digital impulsada por el movimiento <i>maker </i>puede introducir cambios importantes en la manera de producir objetos y organizar el trabajo, entre muchos otros. Por ese motivo, debemos <strong>empoderar tecnológicamente a las personas</strong>, para que puedan tomar decisiones conscientes y aprovechar la parte positiva que promete el mundo digital, atenuando sus riesgos, y construir el mundo que queremos</p>
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<p>¿Qué Internet queremos? Hoy en la Red observamos un combate similar al de Tesla y Edison, cada uno con intereses distintos y con un enfoque diferente de la creatividad y de la sociedad. No deja de ser preocupante que en pleno siglo XXI no se haya realizado una pregunta tan importante y trascendental para nuestro futuro, a pesar de que son muchos y diversos los colectivos concienciados y activos en Internet. Contestarla llevaría tiempo y precisaría de una deliberación y una contraposición de ideas y argumentos que excede la ridícula mitificación de una tecnología que nos ofrece posibles mejoras, así como amenazas evidentes; una aproximación ingenua que obvia las relaciones de dominio que se pueden desarrollar. El problema reside en que mientras el tiempo pasa y la ciudadanía ni tan siquiera la plantea, otros la están respondiendo y actuando, conformando una Red común de acuerdo a sus intereses.</p>
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<p>Poco antes de aparecer <i>The Wealth of Networks</i>, afirmaba Yochai Benkler que uno de los problemas de escribir sobre Internet es lo difícil que resulta discernir las modas pasajeras de los cambios profundos. Algo similar podría aducirse de toda la tinta llovida desde entonces sobre estas cuestiones, pero casi una década después pocos discuten el indeleble sedimento teórico de esta monumental obra, hoy por fin disponible en castellano.</p> <p>En<em> La riqueza de las redes</em> Benkler describe la emergencia de la «economía de la información en red» y el creciente protagonismo en ella del procomún, como estrategia de gestión alternativa a los esquemas estatales y mercantiles, así como de la producción social, «la materia oscura de nuestro universo de producción económica». A continuación, ofrece un examen de las promesas democratizadoras aparejadas al surgimiento de la «esfera pública en red» que hoy se antoja indispensable para quienes aspiren a una comprensión crítica y cabal del panorama comunicativo post-Wikileaks/Snowden.</p> <p>Para concluir, Benkler detalla las posiciones y «capas» clave de una «batalla en torno a la ecología institucional del entorno digital» tan actual hoy como sus palabras: «El surgimiento de la producción informativa basada en el procomún representa una genuina discontinuidad respecto de la economía de la información industrial del siglo xx. La ley y la regulación conforman una esfera importante en la que se disputan estas batallas sobre la configuración de nuestro emergente sistema de producción informativa. A la hora de observar dichas batallas, a la hora de participar en ellas o a la hora de interpretarlas como legisladores, jueces o negociadores de tratados, es importante que entendamos las implicaciones normativas de lo que tenemos entre manos.»</p>
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<p>Las nuevas lógicas de acumulación de riqueza aumentan la brecha entre la alta burguesía cognitiva y el cognitariado, instituyendo así una sociedad global basada en la ignorancia. Por eso, ningún proyecto político emancipador puede eludir el debate sobre alternativas para generar y gestionar el conocimiento como una “virtud de los comunes”. <br /> <br /> En este marco, RENÉ RAMÍREZ GALLEGOS propone construir un sistema de ciencia, tecnología e innovación social abierto, libre y público, que promueva la virtud de los comunes para el buen vivir de la humanidad y el planeta. Frente al neoliberalismo, que buscó construir “paraísos fiscales” para la circulación del capital, el socialismo del buen vivir se propone edificar “paraísos de conocimientos abiertos” para el bien común y la emancipación humana. <br /> <br /> Algunas aristas de este proyecto, y sus desafíos sociales, políticos, ambientales, culturales y económicos, se esbozan en las páginas de este libro, en el contexto de los cambios paradigmáticos que se están emprendiendo en Ecuador.</p>