Ecologia i Urbanisme

  • Carcelona

    9,50
    <p>&laquo;Las breves cr&oacute;nicas de Caellas destilan una iron&iacute;a fina, esmerada, sin miedo a la represalia por meter el dedo en el ojo, con cero resentimiento. Nadie tiene la culpa de que la fiesta de la patrona de Carcelona coincida con la de las instituciones penitenciarias, ni de que la fiesta de los presos sea m&aacute;s chistosa que los car&iacute;simos anuncios publicitarios de Woody Allen. La elegancia en la prosa de Marc Caellas no es forma hueca o vendida, es fondo que obliga a la reflexi&oacute;n sobre la libertad ama&ntilde;ada. Nace de un hecho intrascendente, una experiencia personal o un sentimiento que inmediatamente incita a la reflexi&oacute;n inteligente, elaborada por quien ha bebido las fuentes adecuadas y no vacila en denunciar la falsedad hist&oacute;rica de los falsos defensores de la patria, es decir, los especuladores que imponen su canon y desdibujan el paisaje que ha ido configurando la identidad&raquo;</p> <p><strong>Pepe Ribas</strong></p>
  • <p>En este libro hemos tratado de cruzar y analizar conjuntamente los actuales conceptos de democracia y participaci&oacute;n pol&iacute;tica en relaci&oacute;n a las cuestiones ambientales, analizando el discurso de la sostenibilidad y el de la democracia participativa a la luz de los acontecimientos de nuestro tiempo. Con este prop&oacute;sito, nuestra intenci&oacute;n ha sido recopilar una serie de art&iacute;culos que aunaran reflexi&oacute;n te&oacute;rica y praxis interesantes situadas en diferentes realidades sociales y geogr&aacute;ficas ue sirvan de acicate para estimular el debate y el continuo aprendizaje en los campos de la acci&oacute;n ecol&oacute;gica y de la democracia participativa.</p>
  • <p>No es porque los valores se hayan convertido en algo que sirve para vender cosas. No porque los ricos sean cada vez m&aacute;s ricos ni porque se cierren las fronteras. No porque se extraiga de las entra&ntilde;as de la tierra hasta la &uacute;ltima gota de lo que nos sirve como recurso. No porque las palabras p&uacute;blico y colectivo est&eacute;n en peligro de extinci&oacute;n. No porque suframos un sistema que se basa en la desigualdad para poder sostenerse. Es porque estamos hartas, estamos indignados. Es por eso por lo que salimos a la calle. Ahora ya no hay nada que nos detenga.<br /> <br /> Pros&eacute;pica es una colecci&oacute;n que entrelaza la prosa &eacute;pica y la poes&iacute;a luchadora, entendiendo que ambas son herramientas necesarias de cambio desde el ecologismo social. Utilizando un lenguaje poco habitual para los movimientos sociales, modelando la palabra para que lo bello sea tambi&eacute;n combativo, la prosa y la poes&iacute;a resistentes se convierten en algo necesario en el momento actual. Ayudan a visibilizar, casi sin que nos demos cuenta, aquello que queda oculto detr&aacute;s del pensamiento &uacute;nico.</p>
  • <p>&laquo;Este es un libro para entender, de verdad, por qu&eacute; es tan importante fijarse en el turismo si queremos cuidar nuestro mundo. En medio de las inmediateces de la vida cotidiana, es f&aacute;cil dejarse confundir por los reclamos interesados en hacernos c&oacute;mplices de un movimiento natural y lineal de progreso orientado al goce individual sin otros l&iacute;mites que la voluntad de libertad y de superaci&oacute;n constante de nuevas metas. La promesa de liberaci&oacute;n individual del turismo es, precisamente, el exponente quiz&aacute;s m&aacute;s refinado y perfecto del poder de seducci&oacute;n de la maquinaria de publicidad en que se basa el industrialismo capitalista. <br /> <br /> Pocos mensajes merecen una aprobaci&oacute;n social tan masiva independientemente de las formas de vida, la posici&oacute;n social o las creencias individuales como el de la bondad de visitar nuevos destinos o, como m&iacute;nimo, el inalienable nuevo derecho humano a desconectar de la fatiga y el estr&eacute;s del d&iacute;a a d&iacute;a lo m&aacute;s lejos posible de all&iacute; donde vivimos y nos ganamos el pan. Pareciera como si el turismo constituyera un aut&eacute;ntico oasis de paz, libertad y crecimiento personal al margen de la vor&aacute;gine de un mundo afectado por incertidumbres y urgencias cada vez m&aacute;s extremas, desde el agigantamiento del foso econ&oacute;mico entre el Norte y el Sur hasta el cambio clim&aacute;tico [...] <br /> <br /> No cabe a&ntilde;adir nada m&aacute;s sino animarles a leer y reflexionar a partir de este libro necesario sobre la urgencia de incorporar a la agenda de las propuestas de emancipaci&oacute;n y solidaridad Norte &ndash; Sur a un turismo internacional dominado por corporaciones transnacionales a quienes no importamos ni ustedes ni nosotros, ni las comunidades ni el Planeta&raquo; <br /> <br /> <i>Extracto del pr&oacute;logo de Joan Buades y Ernest Ca&ntilde;ada</i></p>
  • <p><font size="2" face="Verdana">Para evitar los peores efectos del cambio clim&aacute;tico tenemos que reducir radicalmente las emisiones de gases de efecto invernadero. Los gobiernos neoliberales y el mundo de los negocios defienden que la econom&iacute;a de mercado podr&iacute;a resolver el reto... salvaguardando al tiempo sus beneficios. Energ&iacute;a nuclear, secuestro de carbono, comercio de emisiones... Soluciones para unos, &laquo;alternativas infernales&raquo; para otros que al analizar en detalle ese &laquo;imposible capitalismo verde&raquo; se encuentran con poco m&aacute;s que una dilaci&oacute;n del problema. Una ecolog&iacute;a de izquierdas, una ecolog&iacute;a social, un ecosocialismo son urgentes y necesarios. Necesitamos construir una nueva alternativa pol&iacute;tica, un proyecto que concentre combates ahora indisociables: contra la explotaci&oacute;n del trabajo humano y contra la destrucci&oacute;n de los recursos naturales. Una alternativa con la que, parafraseando a Marx, el hombre socializado, los productores asociados consigan regular, digna y racionalmente, ese &laquo;metabolismo suyo con la naturaleza&raquo;. </font></p>
  • <p>Tres historias fronterizas de las muchas que se dan hoy en nuestras ciudades: la organizaci&oacute;n de la supervivencia de las comunidades de inmigrantes en edificios abandonados, la espontaneidad social y la mezcla cultural en un mercadillo informal, y la apasionada batalla de un grupo de jubilados en defensa de un trozo de terreno transformado en huerto. Espacios desechados y an&oacute;nimos, nuevamente definidos por sujetos colectivos merced a una suspensi&oacute;n de la &laquo;norma&raquo; que les permite aprovecharlos. El viaje al interior de estos tres mundos es el punto de partida para una reflexi&oacute;n de car&aacute;cter general sobre el significado de estos comportamientos urbanos, que la mayor&iacute;a de las veces surgen de una condici&oacute;n de privaci&oacute;n y una capacidad imaginativa y pr&aacute;ctica para hallar soluciones alternativas, distintas de las tradicionales.</p>
  • <p>El crecimiento econ&oacute;mico se ha vuelto insostenible para nuestro entorno. Pero la hora del decrecimiento no es solamente la de la urgencia ecol&oacute;gica, sino que, como proponen los autores, debe ser el momento de rehabilitar el tiempo, de trabajar menos para vivir mejor y de inventar nuevas formas de vida para recuperar el placer de la sobriedad.<br /> <br /> El c&eacute;lebre economista y especialista del decrecimiento <span class="subtitol">Serge Latouche</span>, junto con Didier Hapag&egrave;s, profesor de Ciencias econ&oacute;micas y sociales, ambos militantes del decrecimiento, exponen con claridad el proyecto decreciente en este libro breve y conciso.<br /> <br /> Una lectura b&aacute;sica para todas aquellas personas que deseen abordar en profundidad los temas y las propuestas del decrecimiento.</p>
  • La transformación de la ciudad de Barcelona en espacios tematizados para el consumo turístico comenzó a planificarse en las primeras décadas del siglo XX.
  • <p>El actual modelo productivo, econ&oacute;mico y social, basado en la l&oacute;gica del crecimiento y la acumulaci&oacute;n, genera en su evoluci&oacute;n un orden aparente &mdash;cimentado sobre crecientes desigualdades&mdash;, que engendra a su vez un desorden creciente de &iacute;ndole interna &mdash;econ&oacute;mica y social&mdash; y externa &mdash;ambiental&mdash;, al disolver y absorber estructuras previas que ten&iacute;an un mayor grado de orden interno y una relaci&oacute;n m&aacute;s equilibrada con el medio, es importante se&ntilde;alar que el orden aparente del presente modelo se sustenta en un aumento constante del consumo energ&eacute;tico.<br /> <br /> Es decir, al contrario que los procesos de creaci&oacute;n y evoluci&oacute;n de la vida sobre el planeta, que son capaces de crear orden &mdash;a partir de la energ&iacute;a solar que les llega, como sistemas abiertos que son, del exterior&mdash; en contraposici&oacute;n a la tendencia global del Universo hacia el desorden &mdash;o la entrop&iacute;a, de acuerdo con la segunda ley de la Termodin&aacute;mica de degradaci&oacute;n de la energ&iacute;a&mdash;, el modelo vigente contribuye de forma acelerada a la creaci&oacute;n de desorden a todos los niveles, precipitando los procesos entr&oacute;picos.<br /> <br /> Este desorden se manifiesta de forma preponderante en las grandes concentraciones urbanas: las metr&oacute;polis, que son los n&uacute;cleos principales de acumulaci&oacute;n y consumo, que act&uacute;an como los espacios clave de apropiaci&oacute;n de recursos de todo tipo y de impacto sobre el entorno, y que concentran espacialmente los mayores grados de desigualdad social.<br /> <br /> El libre despliegue del modelo genera, pues, tres tipos de crisis: la econ&oacute;mica &mdash;por los cada d&iacute;a mayores desequilibrios de este tipo que provoca&mdash;, la sociopol&iacute;tica &mdash;por la creciente ingobernabilidad de lo social que desata&mdash;, y la ambiental &mdash;por el progresivo agotamiento de recursos no renovables y deterioro del entorno que su funcionamiento supone&mdash;. Crisis que evidentemente se interrelacionan y realimentan mutuamente.<br /> <br /> El orden aparente del modelo necesita para mantenerse y desarrollarse recurrir, cada vez m&aacute;s, a mecanismos coercitivos y represivos para controlar el progresivo desorden en que incurre, lo que produce, junto con la tendencia hacia la creaci&oacute;n de megaestucturas &mdash;derivada de la l&oacute;gica interna de gradual incremento de tama&ntilde;o de sus unidades productivas y de gesti&oacute;n&mdash;, una creciente ineficacia y coste econ&oacute;mico que dificulta el funcionamiento del propio modelo.<br /> <br /> Por otro lado, el modelo, que se inici&oacute; en su momento en el Centro, necesita, para seguir creciendo y acumulando, una cada d&iacute;a mayor proyecci&oacute;n planetaria; es decir, precisa, para mantenerse, recurrir cada vez m&aacute;s a la explotaci&oacute;n y rapi&ntilde;a de la Periferia, que se justifica &mdash;y enmascara&mdash; siempre en aras de la necesaria &quot;modernizaci&oacute;n&quot;, estableci&eacute;ndose unas desigualdades Centro-Periferia que van en constante aumento.<br /> <br /> Si bien es conveniente apuntar que no existe una Periferia homog&eacute;nea, al igual que tampoco se da un Centro is&oacute;tropo, sino que se configura un gradiente de Periferias seg&uacute;n las relaciones que se establecen y se imponen desde el Centro. En este marco, las tendencias de concentraci&oacute;n urbana adoptan formas distintas en el Centro y en la Periferia, por el car&aacute;cter dependiente que adquieren los procesos de urbanizaci&oacute;n en esta &uacute;ltima; en cuyas metr&oacute;polis se disparan actualmente los procesos de crecimiento demogr&aacute;fico.</p>
  • <p>El &laquo;mundo de 2007&raquo; se ha acabado, ya no existe como tal, ni volver&aacute; jam&aacute;s. Es un &laquo;mundo&raquo; que se est&aacute; deshaciendo poco a poco ante nuestros ojos, pero sin darnos cuenta. Estamos en un punto de inflexi&oacute;n hist&oacute;rica. Una bifurcaci&oacute;n de enorme trascendencia de la que todav&iacute;a no somos conscientes. O tan s&oacute;lo m&iacute;nimamente. Se est&aacute;n produciendo ya profundas mutaciones econ&oacute;micas, geopol&iacute;ticas y culturales, muchas de ellas de car&aacute;cter todav&iacute;a subterr&aacute;neo, que irrumpir&aacute;n con fuerza en la superficie en las pr&oacute;ximas dos d&eacute;cadas, pero que a&uacute;n permanecen ocultas, sobre todo para los que no las quieren ver. La gran mayor&iacute;a de las sociedades del mundo, condicionadas por los mensajes que les transmiten sus estructuras de poder y la Aldea Global, pero las fuerzas que las van a sacar bruscamente a la luz y las van a intensificar a&uacute;n m&aacute;s se est&aacute;n fraguando r&aacute;pida e intensamente en la trastienda, pues no se han mostrado todav&iacute;a tampoco de forma abierta, o tan s&oacute;lo en parte, para los que las quieran ver tambi&eacute;n. Y esas fuerzas no son otras que el progresivo agotamiento de los combustibles f&oacute;siles o el principio del fin de la era de la energ&iacute;a barata, al menos en un primer momento, pero tambi&eacute;n los l&iacute;mites ecol&oacute;gicos planetarios al despliegue &ldquo;sin fin&rdquo; del actual Capitalismo Global y la Civilizaci&oacute;n Industrial.</p>
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