Migracions i racisme

  • <p>&laquo;&rdquo;&iquest;Se ve usted como africana o como india?&rdquo; me pregunt&oacute;, un norteamericano miembro del jurado. Al principio esta pregunta me pareci&oacute; absurda. &iquest;Acaso no ve&iacute;a que era &ldquo;ambas&rdquo; cosas?&raquo;. As&iacute; comienza este texto, tejido en la intersecci&oacute;n de experiencia vivida, debates te&oacute;ricos, movimientos pol&iacute;ticos y las condiciones sociales, pol&iacute;ticas y econ&oacute;micas que marcaron la construcci&oacute;n de &laquo;lo asi&aacute;tico&raquo; como un Otro &laquo;postcolonial&raquo; en la Gran Breta&ntilde;a de postguerra. Avtar Brah analiza as&iacute; la relacionalidad de m&uacute;ltiples modalidades de poder ?clase, g&eacute;nero, &laquo;raza&raquo; y racismo, etnicidad, nacionalismo, generaci&oacute;n y sexualidad? y propone pensar el &laquo;espacio de la di&aacute;spora&raquo; como un lugar &laquo;habitado&raquo; no s&oacute;lo por los sujetos que &laquo;se mueven&raquo;, sino tambi&eacute;n por aqu&eacute;llos a los que se construye y representa como &laquo;aut&oacute;ctonos&raquo;. Es aqu&iacute; donde lo postcolonial se derrama en mil evocaciones pr&aacute;cticas y te&oacute;ricas para los feminismos y las apuestas pol&iacute;ticas que tratan de abordar las complejas realidades metropolitanas de nuestro tiempo.</p>
  • <p>El 1 de enero de 2010 la poblaci&oacute;n inmigrante empadronada en el Estado espa&ntilde;ol ascend&iacute;a a 5,7 millones de personas. Pese al recrudecimiento de los controles policiales racistas, del encarcelamiento en los Centros de Internamiento de Extranjeros y de las expulsiones, la pol&iacute;tica migratoria espa&ntilde;ola no ha producido fundamentalmente inmigrantes expulsados sino inmigrantes amenazados de expulsi&oacute;n. El an&aacute;lisis de la Ley de Extranjer&iacute;a y su contextualizaci&oacute;n hist&oacute;rica en la historia de las migraciones en el capitalismo europeo revela el verdadero sentido de la pol&iacute;tica migratoria: instalar el miedo y la inseguridad para la explotaci&oacute;n de un trabajo barato y servicial, imprescindible para el crecimiento de la econom&iacute;a espa&ntilde;ola. La crisis no traer&aacute; consigo el retorno masivo de la poblaci&oacute;n inmigrante, sino la intensificaci&oacute;n de este modelo.</p>
  • <p>A lo largo del siglo XIX y hasta el &uacute;ltimo tercio del siglo XX, millones de espa&ntilde;oles abandonaron el pa&iacute;s huyendo de un aciago destino, con la esperanza de forjar una vida digna. Aquella aventura humana dej&oacute; un rastro notable en el cine, que se acerc&oacute; a la misma en numerosas ocasiones.</p>
  • ¿Chusma?

    11,00
    <p>Lejos de cualquier discurso prepotente, moralizante o pseudo-insurreccionalista, este riguroso y esclarecedor texto sit&uacute;a los acontecimientos del oto&ntilde;o de 2005 en Francia (y su prolongaci&oacute;n hasta la actualidad) dentro del proceso de desintegraci&oacute;n social y reforzamiento del Estado-Leviat&aacute;n iniciado en toda Europa. Y lo hace con la intenci&oacute;n de abrir un debate real y proponer una perspectiva revolucionaria ante el chantaje pol&iacute;tico-medi&aacute;tico que ofrece, como opci&oacute;n ineludible, la elecci&oacute;n entre la integraci&oacute;n laica y democr&aacute;tica frente al comunitarismo &eacute;tnico-religioso o pseudocultural.</p> <p>As&iacute; pues, este ensayo nos ofrece mucho m&aacute;s que una historia de la revuelta de los suburbios o de la inmigraci&oacute;n, ya que no se limita a dar las claves de varias d&eacute;cadas de evoluci&oacute;n social (lo que ya es todo un logro en s&iacute; mismo), sino que propone orientaciones concretas para el presente y el futuro inmediatos. Desde su aparici&oacute;n, este texto se ha convertido en cita obligada para todo aquel que desee conocer sin distorsiones la realidad de los &laquo;suburbios&raquo; franceses.</p> <p>Esta segunda edici&oacute;n ampl&iacute;a y actualiza las reflexiones de la primera, a la vez que aporta nuevos datos sobre la evoluci&oacute;n del conflicto, m&aacute;s enconado que nunca; como anexo, adem&aacute;s, incluye uno de los pocos escritos nacidos al calor de la revuelta, que concluye de forma tan sencilla como cruda: &laquo;Ya no tenemos nada que perder, preferimos morir rodeados de sangre que de mierda&raquo;.</p> <p><em>[&hellip;] La cuesti&oacute;n social por excelencia es la de la relaci&oacute;n con el mundo. El aislamiento, la separaci&oacute;n entre el individuo y la comunidad, son la condici&oacute;n misma del funcionamiento de la maquinaria capitalista. Para el capital es imperativo destruir, ya sea mediante la violencia directa o por medio de infames constre&ntilde;imientos, cualquier forma de arraigo local, a imagen de los campesinos ingleses del siglo XVIII a los que oblig&oacute;, a trav&eacute;s de las enclosures (cercados), a abandonar el campo para engrosar las filas del ej&eacute;rcito de reserva del salariado industrial. Desarraigados, privados del punto de apoyo de la comunidad rural, a los fabricantes textiles de Manchester y de Birmingham les serv&iacute;an igual para un roto que para un descosido. Ahora nos encontramos en una etapa en que ese proceso se ha globalizado bajo diversas formas, lo que significa que los incendios de los suburbios no plantean una cuesti&oacute;n de derechos, sino las cuestiones de la lucha social real, porque los j&oacute;venes parados-de-por-vida y precarios que nacen y crecen en estas &aacute;reas de marginaci&oacute;n no son el resultado de una injusticia particular, sino la condici&oacute;n de funcionamiento de un pa&iacute;s capitalista avanzado. [&hellip;]</em></p>
  • <p>El racismo biol&oacute;gico y sus excesos han provocado no s&oacute;lo el rechazo colectivo y el descr&eacute;dito cient&iacute;fico, sino que parad&oacute;jicamente han ocultado la existencia de otro racismo m&aacute;s perverso en sus alcances &uacute;ltimos: el elegante. Tras este t&eacute;rmino el autor quiere dejar constancia en este libro de la existencia de una ideaci&oacute;n, sobre todo francesa, de lo que ser&iacute;an las &laquo;razas culturales o hist&oacute;ricas&raquo;, amalgamadas por nociones espirituales o civilizatorias, verdadero cemento de la reconocida diversidad biol&oacute;gica de las naciones. En cierta forma nos encontrar&iacute;amos ante un racismo antirracista, construido te&oacute;ricamente por soci&oacute;logos de fin- de- si&egrave;cle como Gustave Le Bon o Alfred Fouill&eacute;e, y sancionado en la actualidad por el racismo ling&uuml;&iacute;stico, tal como preve&iacute;a Arthur Gobineau. Este racismo elegante estuvo dirigido en su momento y a&uacute;n hoy d&iacute;a al dominio de los pueblos extraeuropeos, pero tiene una dimensi&oacute;n intraoccidental, en la medida en que permite organizar jer&aacute;rquicamente a las naciones occidentales, con el fin de limitar la influencia sobre los primeros de posibles competidores. Frente a ello la antropolog&iacute;a del cubano Fernando Ortiz propuso la transculturaci&oacute;n, y la del franc&eacute;s Claude L&eacute;vi-Strauss la permanente vigilancia sobre los principios cognitivos que organizan la jerarqu&iacute;a. Este libro transcurre por los vericuetos de paradojas tales como que el multiculturalismo, acomodado a la vida buena de nuestras sociedades del bienestar, puede encerrar en s&iacute; mismo una trampa cultural neorracista. Libro desconstructivo sobre las &laquo;razas culturales&raquo; escrito en clave poscolonial.</p>
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