Narrativa

  • <p>Una novela surrealista de suspense y sobresaltos en la que ocurren los hechos m&aacute;s atroces, s&aacute;dicos, sangrientos y perversos con un aire de una normalidad tan perfecta que s&oacute;lo existe en las m&aacute;s espantosas pesadillas.</p>
  • <p>Recopilaci&oacute;n de las &laquo;Cartas a mi sombra&raquo; y otros art&iacute;culos period&iacute;sticos o intervenciones sobre cuestiones del momento.</p>
  • <p>Poeta e int&eacute;rprete de sus propias canciones, J.A. Labordeta canaliza en este libro su primera consumada experiencia en el campo narrativa. <em>Cada cual que aprenda su juego</em> re&uacute;ne dos novelas cortas: la que da t&iacute;tulo al volumen y <em>El trajinero</em>. En ambas aborda una muy parecida t&eacute;cnica en el trasvase de la corriente tem&aacute;tica. Dentro de un clima rural de posguerra, equidistante entre el objetivismo hist&oacute;rico y la desbordante intimidad, la novel&iacute;stica de Labordeta viene a situarse en una sintom&aacute;tica -y vigorosa- confluencia generacional.</p>
  • <p>Historia de Franz Tundra, amigo de Roth, quien afirma no haber inventado nada. &laquo;Lo m&aacute;s importante es observar&raquo;. Tundra se mueve en el ambiente de despu&eacute;s de la primera Guerra Mundial en Viena, Par&iacute;s, Berl&iacute;n, sin saber para qu&eacute;, un h&eacute;roe in&uacute;til, sin rumbo. Una historia &laquo;rom&aacute;ntica&raquo;, seg&uacute;n Roth, &uacute;nica forma de sobrevivir.</p>
  • <p>Leon Tolstoi, el principe pacifista y bueno, uno de los rebeldes m&aacute;s radicales de todos los tiempos, no es solamente un anarquista que se opone al l&aacute;tigo del zar. Es sobre todo un pedagogo. Este libro significa en realidad el primer intento sistem&aacute;tico por hacer posible una escuela de la libertad en medio de la libertad. Muchas de las p&aacute;ginas que ulteriormente han sido escritas est&aacute;n contenidas en el presente libro.</p>
  • El ingenuo

    5,00
    <p><em>El Ingenuo</em> es, seg&uacute;n Schlosser, el mejor de los relatos de Voltaire. Al menos, se trata de uno de los m&aacute;s representativos ejemplos de su narrativa, sobre todo en lo que respecta a los m&eacute;todos utilizados para conseguir una fricci&oacute;n dial&eacute;ctica entra &laquo;la naturaleza y las conveniencias sociales&raquo;.</p>
  • <p>El Quijote, &quot;constante de la cultura&quot;, es una obra escrita con precauci&oacute;n. Su autor afirma una y otra vez que su prop&oacute;sito es <em>solo</em> entretener al &quot;desocupado lector&quot;, y, adem&aacute;s, hacerle aborrecer los libros de caballer&iacute;as. El lector de hoy -a quien nada hay que explicarle, como ayer suced&iacute;a- observa que las precauciones del viejo y maltratado autor no dejan de ser significativas. Los personajes, Sancho y Don Quijote, son dos seres alienados.</p>
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