Que La Vorágine tuviera su editorial parecía un resultado lógico en su devenir. ¡Una más!, sí. Pero hay cosas que nunca están de más: los amaneceres, los helados caseros, un buen poema, el roce de dos cuerpos encendidos, la llama del fuego no planificado y… y las editoriales. Así que tenemos una editorial crítica desde el año 2015 y lo que empezó un poquito de broma y sin sistematicidad, ha ido adquiriendo personalidad propia.