<p>Tras siglos de intentos de &laquo;blanqueamiento&raquo; de la identidad espa&ntilde;ola, la vuelta a los archivos promovida por la Ilustraci&oacute;n revela la complejidad de la Iberia medieval y ocasiona el establecimiento del arabismo como campo de estudio. En la &eacute;poca pos-ilustrada, la tarea de asimilar la &laquo;herencia afro-isl&aacute;mica&raquo; de la naci&oacute;n lleva a un estado de &laquo;desorientaci&oacute;n&raquo;: mientras que muchos se esfuerzan por rechazar esa herencia y afirmar una espa&ntilde;olidad homog&eacute;nea, otros la usan estrat&eacute;gicamente seg&uacute;n las exigencias pol&iacute;ticas del momento. Empezando en el siglo XIX, algunos arguyen que la modernidad lleg&oacute; a Espa&ntilde;a &ndash;y luego a Europa&ndash; a trav&eacute;s de Al &Aacute;ndalus; los proponentes de un colonialismo compensatorio en &Aacute;frica aseveran que precisamente por su &laquo;sensibilidad africana&raquo; los espa&ntilde;oles son los m&aacute;s aptos para fundar un imperio en el continente vecino. Sin embargo, el auge del &laquo;racismo cient&iacute;fico&raquo; y la entrada en escena de los nacionalismos perif&eacute;ricos complican considerablemente ese proyecto, que abarca gran parte del per&iacute;odo moderno en Espa&ntilde;a, y sigue impactando en el discurso pol&iacute;tico-cultural hoy en d&iacute;a.<br /> <em> Desorientaciones</em> analiza una amplia gama de fen&oacute;menos y textos culturales para revelar c&oacute;mo la interpretaci&oacute;n del legado medieval junto con el colonialismo africano han producido una interesada y cambiante performance de identidad nacional, que implica adem&aacute;s cuestiones de religi&oacute;n, &laquo;raza&raquo;, g&eacute;nero y sexualidad.</p>