bdsm

  • La historia del deseo es la historia de sus disidencias. A pesar de las persecuciones y los encarcelamientos, de las amenazas y los castigos, el deseo nunca ha podido ser encerrado en los estrechos márgenes de la moral que establecen las clases dominantes.
  • BdeSéaMe

    20,00
    <p>La gu&iacute;a m&aacute;s completa para iniciarte en los secretos del BDSM. La sex&oacute;loga Espe L&oacute;pez propone en este ensayo un acompa&ntilde;amiento para entender las pr&aacute;cticas BDSM. Con un enfoque distendido, asequible y feminista, nos lleva de la mano por los aspectos clave y las t&eacute;cnicas para sacarle el mayor partido a tus deseos sexuales.</p>
  • <p><span id="ContentPlaceHolder1_txtSinpsis" class="tdDataItem">Construir un puente de cuerdas no es sencillo. Aprender los rudimentos del shibari es r&aacute;pido, llegar a dominarlo puede llevar toda una vida. La recompensa es grande: comprobar c&oacute;mo las cuerdas pueden ser un camino para llegar a un coraz&oacute;n ajeno.</span></p>
  • BDSM

    25,00
    <p>Conocer el BDSM es penetrar en un &aacute;mbito que no deja indiferente a quien se atreve a emprender semejante aventura. Es adentrarse en un &aacute;mbito que cuestiona muchas de las categor&iacute;as fundamentales que tradicionalmente sirven de legitimaci&oacute;n de gran parte de nuestras instituciones m&aacute;s r&iacute;gidas y blindadas a la posibilidad de revisi&oacute;n y adecuaci&oacute;n a la realidad social; es inquirir la validez de nuestros conceptos de placer, juego, rol, estatus, igualdad, respeto, consenso, fantas&iacute;a, y otros muchos cuyas bases creemos s&oacute;lidas y bien fundadas, y que, sin embargo, la simple lectura de este libro sirve, si no para derribar, s&iacute; para poner en entredicho. En definitiva, lo que este libro puede aportar al lector lego es una concepci&oacute;n de la sexualidad en la que parece l&iacute;cito buscar el placer de la mejor manera que sepamos o creamos que podemos obtenerlo, siempre en los l&iacute;mites del respeto hacia el deseo y la voluntad de los otros, claro est&aacute;; una concepci&oacute;n de la que es incluso leg&iacute;timo discrepar, as&iacute; como de las v&iacute;as por las que otros transitan en busca de ese inefable placer que es el goce er&oacute;tico. Es pertinente rechazar el BDSM por motivos est&eacute;ticos, por temor o porque se disiente de los presupuestos y valores que lo configuran y que tal vez son contrapuestos a los que nuestra educaci&oacute;n nos ha inculcado, y al sentir general. Lo que es del todo inaceptable &mdash;al menos desde la coherencia y la responsabilidad&mdash; es rechazarlo desde su desconocimiento. Ahora se trata de que, tal como nos recuerda el viejo Tylor desde su gabinete, esas habilidades hablen por s&iacute; mismas, d&aacute;ndonos pistas acerca de la extra&ntilde;a, rica y compleja naturaleza humana.</p>
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