<p>En agosto de 1999 el nombre de Jos&eacute; Bov&eacute; salt&oacute; a las primeras p&aacute;ginas de la prensa internacional al protagonizar la demolici&oacute;n de un McDonald's en la localidad francesa de Millau. Una acci&oacute;n emprendida, contra el s&iacute;mbolo por excelencia de la comida basura, por un campesino franc&eacute;s que alcanz&oacute; una notoriedad universal. No fue un gesto espont&aacute;neo causado por una irritaci&oacute;n moment&aacute;nea, sino un jal&oacute;n m&aacute;s en una vida dedicada a combatir los desprop&oacute;sitos que el sistema fomenta a nivel planetario. As&iacute;, Bov&eacute; se ha destacado por combatir la globalizaci&oacute;n econ&oacute;mica realmente existente, por entorpecer los ensayos nucleares en el Pac&iacute;fico, por arrancar las plantas transg&eacute;nicas de los cultivos en varios pa&iacute;ses, por contraponer, a la agricultura intensiva que s&oacute;lo busca el m&aacute;ximo beneficio, una agricultura respetuosa con el medio ambiente y con el ser humano. Tambi&eacute;n ha participado en toda clase de movilizaciones contra la OMC y el resto de instituciones internacionales que han condenado al hambre y a la miseria a una buena parte de los habitantes de la Tierra. Aqu&iacute; se recogen las vivencias de Jos&eacute; Bov&eacute; en algunas de esas luchas, y se explicitan sus ideas en torno a la desobedencia civil, a la no-violencia, a la importancia del zapatismo, a la necesidad de que cada pa&iacute;s alcance la autosuficiencia alimentaria, a la patentizaci&oacute;n de lo vivo, etc., y todo ello mientras se relatan sus actividades en un escenario m&uacute;ltiple que comprende desde los EEUU a la Polinesia, de Colombia a la India, de Cuba a Brasil, de M&eacute;xico a la Uni&oacute;n Europea. Desde su granja en el Larzac, Bov&eacute;, casi sin querer, ha asumido la condici&oacute;n de campesino del mundo.</p>