descolonialismo

  • <p>&laquo;Debo admitir que la palabra nosotros es muy extra&ntilde;a. Y, aunque me cuesta mucho convencerme de que esa unidad es posible, no puedo resignarme a la idea de que no se ha intentado todo. As&iacute; que debemos empezar por lo que lo impide.&raquo;</p> <p>Decir que el terreno est&aacute; minado es quedarse cortos: un Estado-naci&oacute;n construido sobre la esclavitud y la colonizaci&oacute;n, organizaciones pol&iacute;ticas fieles al pacto nacional-racial, un chovinismo de izquierdas que ha extinguido de modo progresivo el internacionalismo obrero, una sociedad civil indiferente a los estragos del imperialismo y la profunda &laquo;asimetr&iacute;a de los afectos&raquo; entre los &laquo;blanquitos&raquo; y los sujetos poscoloniales. Estas son algunas de las manifestaciones del &ldquo;Estado racial integral&rdquo; diseccionadas en este libro.</p> <p>Es en estas brechas donde debemos &laquo;clavar el clavo e ir en busca del inter&eacute;s com&uacute;n&raquo;, construir una pol&iacute;tica decolonial, inventar una dignidad blanca que compita con la de la extrema derecha, defender la autonom&iacute;a ind&iacute;gena y aceptar ensuciarnos las manos luchando contra el consenso racista. Entonces, frente al bloque burgu&eacute;s occidental sacudido por las crisis que &eacute;l mismo ha provocado, podr&aacute; forjarse la alianza in&eacute;dita de los patanes y los b&aacute;rbaros.</p>
  • <p><em>Nuestra historia es el futuro</em> es un recordatorio de la perpetuidad de las formas de vida ind&iacute;genas que desaf&iacute;an la fuerza destructiva del capitalismo racial tal como se personifica en el estado de los colonos estadounidenses, pero se hizo eco en todo el mundo y la lectura esencial para aquellos comprometidos con el proyecto material y epistemol&oacute;gico de descolonizaci&oacute;n. Su punto de partida son las alianzas desarrolladas entre las comunidades ind&iacute;genas y no ind&iacute;genas en los a&ntilde;os previos a la cristalizaci&oacute;n del movimiento #NoDAPL en Standing Rock en 2016.</p> <p>La profec&iacute;a siux hablaba de Zuzeca Sapa, la serpiente negra que se extend&iacute;a por la tierra y pon&iacute;a en peligro todo tipo de vida, empezando por el agua. De la cabeza, o de las muchas cabezas de la serpiente, brotaban la muerte y la destrucci&oacute;n. Zuzeca Sapa es el Dakota Access Pipe Line (DAPL), lo son todos los oleoductos que invaden y atraviesan los territorios ind&iacute;genas. La profec&iacute;a de la serpiente negra augura la cat&aacute;strofe, pero tambi&eacute;n anuncia historias ind&iacute;genas de una resistencia y un resurgimiento hist&oacute;ricos que llevaban generaciones sin aparecer, si es que hab&iacute;an existido alguna vez.</p> <p>Si se quiere proteger a Unci Maka, la Abuela Tierra, los pueblos ind&iacute;genas y no ind&iacute;genas tendr&aacute;n que unirse para doblegar las fuerzas que destruyen la tierra: el capitalismo y el colonialismo. Pero los profetas y las profec&iacute;as no predicen el futuro; no son acontecimientos m&iacute;sticos ni ahist&oacute;ricos. No son m&aacute;s que diagn&oacute;sticos de la &eacute;poca en la que vivimos y visiones de lo que hay que hacer para liberarse. En el pasado, los j&oacute;venes recib&iacute;an el consejo de sus mayores, los ancianos. Pero en estos tiempos prof&eacute;ticos son los ancianos quienes se dejan guiar por el liderazgo de los j&oacute;venes, los j&oacute;venes que encabezan el movimiento #NoDAPL</p>
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